Por Sarita Deffitt
¿Cuáles son las tentaciones
que obstaculizan los procesos de integración?
La América Meridional, es una
tierra con mucho que contar y mucho que aprender de su historia. En los tiempos
de Bolívar en 1819, se materializó el sueño del compromiso de unión de los
pueblos a través de la proclamación de Colombia con la adhesión del Virreinato
de la Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela, la presidencia de Quito
y la provincia Libre de Guayaquil; la cual en palabras de Jonh Quincy Adams, “esa
Nación está destinada a convertirse en una de las naciones más grandes del
planeta”. Esta declaración se corresponde en la actualidad con las
potencialidades de los pueblos de Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador. Pero
por influencias de intereses extranjeros propios de las políticas fragmentarias
aplicadas a la región desde los tiempos de la doctrina Monroe y su “América
para los americanos”, que indujeron a la disolución de Colombia, a través de
impulsar las ideas separatistas, aunados a sentimientos nacionalistas de los
países miembros. En la actualidad se reproducen esas influencias con los nuevos
gobiernos de los Estado Unidos, (Bush, Obama y Trump por mencionar los tres
últimos) a través de la intervención que pretenden aislar a Venezuela de los
países hermanos, al generar desconfianza con la presencia de bases militares
por toda la región, como es el caso de las instaladas en Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Guyana Francesa y Suriname.
Así como, a través de los tanques pensantes de
la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia Central de Inteligencia, la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Agencia
Antinarcóticos de los Estado Unidos y el Comando Sur; todos con líneas de
penetración en los países progresistas de la región. Tal como lo evidencia la
gira latinoamericana realizada por el vicepresidente de los Estados Unidos Mike
Pence, el cual promovió aislar y bloquear a Venezuela para ahogar al gobierno
bolivariano, e informó de las intenciones desde Washington contra Venezuela,
quien ha sido amenazada reiteradamente por ese gobierno a través de
declaratorias de ser una amenaza inusual y extraordinaria y haber aplicado
sanciones económicas.
Del mismo modo con los
gobiernos de Derecha de Macri (Argentina) y Temer (Brasil), quienes intentan
excluir a Venezuela de Mercosur, son acciones que van haciendo perder el
terreno abonado desde el gobierno del Comandante Chávez. Para ser más específica,
los obstáculos son circunstancias creadas, aprovechan situaciones históricas
por la lucha de la demarcación de la frontera, caso: Venezuela-Guyana;
Nicaragua-Costa Rica; por acceso al mar entre Chile y Bolivia; Perú-Chile o por
razones ambientales como Argentina y Uruguay; en fin los obstáculos son de
carácter externo por medio de los intereses de las potencias e imperios en la región
y los venidos de los conflictos históricos entre los pueblos, los cuales
deberían ser dilucidados en organismos como Mercosur y la CELAC, donde los
Estados Unidos ni Canadá tienen presencia directa, aunque si, en influencia a
través de los países que se sucumben a sus ambiciones.
Sin embargo se debe mantener
el optimismo, ya que el despertar de los pueblos cada día es más evidente, la
toma de conciencia de los nuevos sujetos históricos van impulsando nuevos
actores sociales que tributan a la consolidación de la visión originaria de
Sebastián Francisco de Miranda, Simón Bolívar, José de San Martin, entre otros
que tenían la claridad geopolítica, sobre la base de la Unión, Liga y
Confederación Perpetua, se podría garantizar la independencia, la libertad y el
desarrollo de los pueblos para establecer la paz y el derecho a la
autodeterminación y la soberanía.
Chávez Vive!