sábado, 13 de septiembre de 2025

 

LA CONSCIENCIA ESPIRITUAL
COMO FUNDAMENTO ONTOLÓGICO Y ESTRATÉGICO PARA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN




 Cástor Leonardo Lucero Lyutenko, Caracas 2024 

                                  

LA PROBLEMÁTICA.

INTRODUCCIÓN

La investigación, producto del Doctorado en Seguridad de la Nación, fue dirigida sobre el estudio exhaustivo de las dimensiones de la Consciencia Espiritual como ámbito para contrarrestar los nuevos métodos de la guerra contemporánea que ha puesto en la mira el fenómeno de la consciencia humana como objeto de la guerra, abarcando la conciencia cognitiva, cultural, ética y revolucionaria. Su objetivo es ofrecer una propuesta innovadora a los desafíos que enfrenta la Seguridad de la Nación ante la Guerra Híbrida multifactorial y multiforme impulsada por Estados Unidos contra Venezuela. Consolidada con las directrices del Ministerio del Poder Popular para la Defensa y del Viceministerio para la Educación Militar.

En el devenir del tiempo la cosas, las personas, las ideas y las ideologías mutan por coyunturas generacionales, históricas, ambientales, económicas y tecnológicas. No es lo mismo la generación de jóvenes nacidos entre 1960 al 1980 marcada por la televisión, el cine y la didáctica escolar propia de esa época; a las generaciones nacidas entre el 2000 y 2024 configuradas con las redes sociales, la internet y la inmediatez de la información entre otras propias de la época. Es decir, las ideas están sujetas a evolucionar o desaparecer. Por ejemplo, Las teorías del materialismo histórico desarrolladas por Marx y Engels fueron adaptadas por su contexto histórico cultural por Lenin, Stalin en Rusia; Mao en China y Castro en Cuba.

De igual modo, la Doctrina Bolivariana ideada y desarrollada en el siglo XIX no podrá dar respuesta si no se adapta a la cosmovisión del venezolano del siglo XXI; el comandante Hugo Chávez lo vislumbro cuando verso sobre el socialismo del siglo XXI uniéndolo al Cristo Redentor para formar las bases de un nuevo socialismo buscando sedimentar sus raíces en lo espiritual, ya que esta dimensión le otorga a la doctrina carácter universal y trascendencia a través del tiempo. El Socialismo Bolivariano si no se adapta, quedará como un hecho histórico arcaico; las ideas se hacen perdurables en el tiempo cuando su conceptualización proviene del Ser, es decir, como diría Platón, cuando la idea como “causa eficiente” proviene de la “causa originante”

Es por eso, que el objetivo general de esta investigación fue teorizar la Consciencia Espiritual como fundamento ontológico y estratégico para la Seguridad de la Nación. Para ello, se establecieron objetivos específicos para comprender, analizar y comprobar la relación de la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación a través de los hallazgos. Y finalmente proponer un constructo teórico-filosóficos que integren la Conciencia Espiritual en el contexto bolivariano, como base estratégica en la elaboración de nuevas fórmulas que el Estado diseñe para contrarrestar las agresiones imperiales contra la Nación Venezolana.

La metodología utilizada en esta investigación fue desarrollada desde el paradigma interpretativo con un enfoque cualitativo, empleando el método de la hermenéutica crítica. Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación y la entrevista en profundidad, utilizando guías específicas para ambos instrumentos. Los actores sociales, cinco personas designadas con seudónimos, aportaron valiosas experiencias y perspectivas sobre la definición de la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación, las cuales resultaron fundamentales para el desarrollo del constructo teórico propuesto en esta tesis doctoral.

La tesis doctoral se estructuró en seis capítulos. El Capítulo I abarca el objeto de estudio, acercamiento y contextualización del mismo, la sistematización, los objetivos de la investigación, tanto general como específicos, y la justificación del estudio. El Capítulo II presenta el contexto referencial, que incluye las bases teóricas y legales. En el Capítulo III se describe el contexto metodológico, detallando el paradigma, enfoque, método, proceso, fases, unidad de análisis, técnicas e instrumentos, y los sujetos de estudio. El Capítulo IV expone los hallazgos de la investigación, aplicando los aspectos metodológicos a cada objetivo específico. En el Capítulo V se abordan los aportes teóricos y las conceptualizaciones del investigador, introduciendo términos como "Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante" PECLA "Espíritu Concomitante Ajustativo Integral" (ECAI), y "Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante" (CECA). Finalmente, el Capítulo VI desarrolla la teoría sobre la Conciencia Espiritual como fundamento ontológico para la seguridad de la Nación.

Al final de la tesis, se incluyen las referencias, las cuales fueron organizadas de acuerdo a todas las fuentes documentales, tanto tangibles como intangibles, que proporcionaron orientación y respaldo para el desarrollo de la investigación. Además, se presentan los anexos, que contienen los resultados obtenidos a partir de la aplicación de las técnicas e instrumentos utilizados para la recolección de datos cualitativos, ofreciendo un complemento esencial para la comprensión y validación de los hallazgos obtenidos en el estudio.


Contextualización de la realidad en estudio.

El esfuerzo investigativo de la tesis doctoral esta focalizado en la vulnerabilidad de la consciencia humana en el contexto venezolano ante los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Multifactorial y Multiforme donde el primer campo de batalla es el cerebro, buscando debilitar o aniquilar la identidad nacional para lograr una sumisión pacífica que ahorre perdidas en vida y gastos económicos de la guerra convencional. El problema radica en la no claridad del concepto sobre la naturaleza de la consciencia y como algo intangible puede tributar de modo estratégico en la Seguridad de la Nación.

La investigación sostiene con convicción que la naturaleza de la consciencia es espiritual, el problema está en demostrarlo. Además, como algo espiritual puede estar vinculado a un fenómeno mundano como lo es la guerra. Desde la fe del investigador, se afirma que existe un Ser (Dios) caracterizado por poseer un Espíritu Universal consustanciado con la Consciencia y la energía vital. Este Espíritu, es el Poder Único que ha dado origen a todas las cosas y tiene la capacidad de crear, pero no solo de crear, sino de permitir que lo creado continúe su crecimiento de modo evolutivo bajo el aspecto de la libre autodeterminación.

 ¿Qué es, entonces, lo que debe seguir creciendo? ¿Un trozo de madera? ¿Una pepita de oro? ¿Una estrella? ¿Una constelación? O, quizás, ¿la Consciencia misma? Hasta ahora, la humanidad ha podido constatar lo creado principalmente dentro del ámbito científico experimental, donde lo que existe es aquello que puede ser observado, medido y teorizado.

Dentro del universo infinito, está el planeta Tierra, el cual emerge actualmente, como un astro único que alberga una increíble diversidad de vida, entre la cual destaca el ser humano. Al observar a la humanidad, se hace evidente la existencia de formas de consciencia, que de algún modo están estratificados, ya que no todos los individuos actúan de la misma manera ante las circunstancias que enfrentan, tanto en la resolución de problemas como en su interacción social. Esta estratificación se explica, por la influencia del ego como un filtro que viene heredado biológicamente para garantiza la supervivencia de los seres vivos. 

A lo largo de la historia, hemos visto cómo el ego ha moldeado los comportamientos de sociedades enteras, a veces con consecuencias devastadoras. Un ejemplo reciente es Adolf Hitler, cuyo ego personal influenció al ego colectivo de toda una nación bajo el ideal de la superioridad racial, desatando la Segunda Guerra Mundial. Retrocediendo aún más, la Iglesia Católica, durante la Edad Media, creyéndose poseedora de la verdad absoluta, estableció el Santo Oficio y la Inquisición, ejecutando a miles de personas por considerarlas herejes. En tiempos más recientes, potencias como Estados Unidos, Francia, y Reino Unido han violado la soberanía de otros pueblos para satisfacer sus intereses económicos, que garanticen sus estilos de vidas y supervivencia como imperios.

 Estos ejemplos muestran cómo un ego dominado por el miedo, el odio o la codicia puede convertir a grupos sociales en fuerzas depredadoras. Por ello, es crucial desarrollar un mecanismo que entrene el ego humano para evitar que estas tendencias destructivas pongan en peligro la Seguridad de las Naciones. En este sentido, la presente investigación se enfoca en estudiar la Consciencia espiritual y su relación con los fenómenos de guerra y conflicto, buscando ofrecer un aporte significativo que eleve y blinde la conciencia colectiva estratégica nacional.

En este orden de ideas, se contempla al neoliberalismo posmoderno, caracterizado por una economía militarizada, como la principal amenaza a la seguridad mundial y de naciones como Venezuela, Irán, Rusia y Palestina, entre otros. Por ejemplo, el Concepto Estratégico Militar (2019) señala que cunado La República Bolivariana Venezuela, bajo el liderazgo de Hugo Chávez, logró reconocimiento geoestratégico con la Doctrina Bolivariana, llevó a Estados Unidos a considerarla una amenaza, lanzado sobre ella agresiones utilizando teorías de guerra como la del Caos Constructivo y la turbulencia social para manipular la opinión pública y debilitar el ideal bolivariano, con el fin de justificar un golpe de Estado o una intervención militar para controlar los recursos naturales de Venezuela.

Desde la década de 1960, Estados Unidos y el bloque occidental han impulsado una globalización corporativa que sirve a sus intereses económicos y militares, excluyendo a países con ideologías opuestas para asegurar la extracción de recursos. Esta globalización, respaldada por grandes corporaciones capitalistas como Coca-Cola, IBM y Exxon Mobil, enfrenta ahora la amenaza de economías emergentes con pensamientos humanistas, como el ideario Bolivariano, que promueven la independencia, soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos. En Venezuela, esta globalización se manifiesta en la imposición de valores capitalistas y neoliberales, buscando una neo-colonización desde lo cognitivo que intenta controlar la conciencia colectiva del pueblo venezolano.

Por las razones antes mencionadas, la tesis doctoral explora la Consciencia Espiritual como fundamento y elemento constituyente de la conciencia colectiva para enfrentarse a tácticas de guerra no convencional que atacan a la mente humana. La investigación plantea interrogantes clave que van desde los medios usados por las nuevas formas de guerra, la distinción entre consciencia y conciencia hasta la posibilidad de la existencia de una vertiente espiritual para fortalecer a la Seguridad de la Nación.

Situación problemática.

La República Bolivariana de Venezuela ha desarrollado una identidad cultural única a lo largo de su historia, desde los pueblos precolombinos hasta la independencia. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra conceptos fundamentales como Dios, Cultura, Seguridad y Defensa, invocando la protección divina y los valores del Libertador Simón Bolívar. Esta identidad nacional, forjada por la fusión de aborígenes, europeos y africanos, se considera esencial para la Seguridad del Estado. Artículos como el 99 y el 100 de la Constitución destacan la importancia de los valores culturales y la educación en la preservación de la "venezolanidad" y la soberanía, subrayando la responsabilidad del Estado y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en proteger este patrimonio.

Venezuela, situada geoestratégicamente en el norte de América Meridional, actúa como un puente natural entre América del Norte, América del Sur y Europa, lo que la convierte en un polo cultural, social, económico y energético clave. Su ubicación y recursos naturales la hacen vital para las economías del Atlántico Norte. En 2011, el Comando Estratégico Operacional desarrolló un nuevo Concepto Estratégico Militar (CEM) en respuesta a las amenazas contra Venezuela tras adoptar la Doctrina Bolivariana. Este CEM busca fortalecer la defensa nacional mediante la integración de la conciencia colectiva, cultura e identidad, redefiniendo así el concepto de Seguridad de la Nación frente a las nuevas formas de guerra.

El Concepto Estratégico Militar (2011) (CEM) destaca la declaración del Almirante Michael Mullen, presidente de la Junta de Estado Mayor de las FFAA de EE.UU., quien, en su exposición del 20 de febrero de 2009 ante el Comité de Servicios Armados, identificó a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional de su país, junto a Corea del Norte, Pakistán, Irán, Rusia, Georgia y Cuba. En respuesta, el Comando Estratégico Operacional (CEO) desarrolló el Sistema Defensivo Territorial (SDT), un sistema diseñado para enfrentar las nuevas demandas del conflicto bélico. Este sistema busca garantizar la supervivencia y soberanía del Estado-Nación en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, abordando las amenazas de la Guerra Multifactorial y Multiforme.

En este orden de ideas, Venezuela, por el hecho de poseer la mayor reserva de petróleo (OPEP 2022), se ha hacho imprescindible para la lógica del mercado energético mundial. Pero, los conflictos se intensificaron no por el petróleo sino cuando el Estado Venezolano adoptó la Doctrina Bolivariana en 1999 impulsados conceptos como la libre autodeterminación, el mundo pluripolar y multicéntrico, generando una confrontación ideológica contra la doctrina Monroe de Estados Unidos de Norte América. Jiménez (2020) denomina estas agresiones dentro del concepto de “Guerra Difusa”, comprendida como una Guerra Hibrida Multifactorial y Multiforme que busca afectar los ámbitos económicos, sociales, políticos, culturales y militares, con el objetivo de desestabilizar al gobierno y provocar reacciones en la población a través de campañas mediáticas y operaciones psicológicas.

En marzo de 2015, Estados Unidos, bajo la administración de Barack Obama, y posteriormente reafirmado por Donald Trump y Joe Biden, declaró a Venezuela como una amenaza inusual a su seguridad nacional, lo que desencadenó una serie de medidas coercitivas unilaterales y preparativos para una posible intervención militar o golpe de Estado. En respuesta, el Estado Venezolano ha ido actualizando el Concepto Estratégico Militar (CEM) 2019, pero el Sistema Defensivo Territorial (SDT) desarrollado en el documento adolece de la dimensión de la Cultura y la Consciencia Espiritual como se evidencia en la seguiste cita:

“El Sistema Defensivo Territorial es un conjunto de medidas y actividades de carácter patriótico bolivariano, económico, militar, de seguridad y orden interno, diplomático, jurídico, de protección civil, de seguridad ciudadana y ambiental, y los órganos, entidades y empresas que las implementan desde tiempo de paz y ejecutan en situaciones excepcionales, en los niveles nacional, regional, estadal, municipal, parroquial y comunal, tanto en el campo de la lucha armada, como la no armada” (Pág. 96).

Otro aspecto significativo en la problemática es La globalización económica y tecnológica, junto con la pérdida de soberanía de los Estados y la erosión de fronteras impulsadas por organizaciones como la OTAN. Todos estos aspectos están debilitando el sentido de pertenencia nacional. Las grandes corporaciones internacionales, cuyas ganancias superan el PIB de muchos países, promueven un modelo de consumo perjudicial para la salud, fomentando la dependencia en productos farmacéuticos y alimentos nocivos, todo alineado con el ideal del "sueño americano". Aunque el autor no cuestiona el progreso médico, critica cómo la globalización corporativa manipula las necesidades básicas, reduciendo a las personas a meros objetos cuartando la libre autodeterminación.

La Conciencia Espiritual es clave para la Seguridad de la Nación, pues por ser parte la identidad nacional protege al pueblo frente a la globalización corporativa, que homogeniza culturas y amenaza las tradiciones locales, como lo describe Galeano (2010) con la "Macdonaldización". El caso de Ruanda, marcada por la explotación y genocidio bajo el colonialismo belga, refleja la contradicción entre el discurso de conciencia y las acciones coloniales. Mientras el rey belga Leopoldo II rechazó el aborto por conciencia, fomentó la explotación y conflictos étnicos, en la industria de lo profilácticos derivados de las plantaciones de caucho en esas tierras. No es que los profilácticos para realizar el sexo sean malos, sino la forma brutal en la que los aborígenes estaban sometidos para obtener la materia prima de los preservativos.

Y aunque la educación sexual y el uso de los preservativos son importantes y necesarios para evitar enfermedades de trasmisión sexual, hay que preguntar ¿En manos de quienes están las industrias de los profilácticos? ¿Existe una política corporativa que ha deshumanizado el sexo y su vínculo con la familia y la procreación para disminuir la población mundial? ¿Los índices de natalidad responden al interés de la globalización corporativa? ¿Será que la pandemia del Covid 19 fue una medida corporativa para atacar las economías de algunas naciones? La globalización corporativa busca nuevas formas de colonizar las mentes hasta lograr someter a los pueblos que están en la esfera de sus intereses y Venezuela está dentro de los objetivos del horror maquiavélico y dantesco de la dictadura corporativa.

En la investigación sobre la Consciencia Espiritual como base ontológica para la Seguridad de la Nación, es crucial considerar el papel de la cultura. entienda como una manifestación inherente a la naturaleza humana. Razón por la cual el constituyente le dio rango constitucional al hecho cultural. La cultura representa la vida de un pueblo y su esencia vital; sin ella, un pueblo pierde su relevancia y se desvanece. Por ejemplo, las actividades culinarias son una forma de identificar las distintas culturas. Cuando pensamos en Venezuela, nos vienen a la mente la arepa, la hallaca y el pabellón; al mencionar Italia, pensamos en la pizza, el espagueti y la lasaña; al hablar de México, nos vienen a la mente los tacos, el tequila y el chile; y al referirnos a Estados Unidos, nos llegan a la mente las hamburguesas y los hot dogs, un fenómeno que ha sido ampliamente difundido por un sistema económico y publicitario. Hollywood, por ejemplo, ha promovido la cultura de la hamburguesa a través del cine.

La industria cinematográfica estadounidense actúa como un vehículo para promocionar elementos culturales de su nación, integrando símbolos patrios, como la bandera, junto a íconos como las hamburguesas, el pavo de Acción de Gracias y las calabazas de Halloween en innumerables películas lo que denota políticas concretas para solidificar al pueblo norteamericano. Las celebraciones antes mencionadas, ajenas a la cultura venezolana, han penetrado en escuelas, centros comerciales y hogares, reflejando una forma de transculturización que impone valores y tradiciones estadounidenses, y de alguna manera señalan a Estados Unidos como la Nación ideal para la auto relación personal

Ejemplos como la celebración de Halloween y el Día de Acción de Gracias evidencian cómo la publicidad norteamericana busca presentar a Estados Unidos como el modelo de Estado-Nación a seguir, facilitando la implantación de una cultura corporativa globalizada, de este hecho brota la siguiente pregunta: ¿Qué está haciendo el Estado Venezolano para frenar la transculturización? En opinión del investigador existe un vacío de Políticas de Estado de frente al fenómeno de la globalización, el hecho cultural en un gran porcentaje está siendo reducido a actos folclóricos que permanecen en la periferia de la consciencia. Por ejemplo, solo se decora la avenida los próceres para señalar las grandes fiestas patria de la nación. Pero, ¿qué se está haciendo a lo largo de todo el territorio?

Galeano (2010) sostiene que los medios de comunicación dominantes distorsionan la información para servir a intereses mercantilistas, presentando una única visión de la realización social. Dussel (2015) describe esto como eurocentrismo, una perspectiva occidental que considera la cultura del Atlántico Norte como superior, degradando las culturas de los pueblos de la América Meridional. En respuesta, el Papa Francisco (2015) destaca que la globalización no es intrínsecamente negativa, siempre y cuando se respete la identidad cultural y la dignidad de las personas, reconociendo sus derechos. Al respecto son iluminadoras las siguientes palabras del papa:

“Hace un momento hablé de la tendencia a una globalización: la globalización no es mala, al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une. Lo que puede ser malo es el modo de hacerlo. Si una globalización pretende igualar a todos como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo. Si una globalización busca unir a todos, pero respetando a cada persona, a su peculiaridad, respetando a cada pueblo, su riqueza, a su peculiaridad la globalización es buena, nos hace crecer a todos y nos lleva a la paz.”

La globalización corporativa inevitablemente involucra aspectos culturales que generan tensiones interculturales y religiosas, exacerbando conflictos locales y regionales como los ocurridos en la ex Yugoslavia, Oriente Medio, Palestina, India y Pakistán. Estos conflictos no solo están vinculados a intereses territoriales y económicos, sino también a la manipulación de la conciencia colectiva, fomentando el odio para provocar la autodestrucción y justificar intervenciones externas. Un claro ejemplo es la desintegración de Yugoslavia, donde Occidente, a través de la OTAN, explotó diferencias ancestrales. Este tipo de manipulación también se pusieron en práctica en Venezuela durante las guarimbas de 2014, 2017 y las recientes manifestaciones contra el proceso electoral de 2024, evidenciando un patrón de intervención externa en la soberanía nacional.

En la ex Yugoslavia coexistían el catolicismo romano en Croacia, el cristianismo bizantino ortodoxo en Serbia, el protestantismo cristiano en Eslovenia y el islam en Bosnia y Kosovo. Occidente, al bombardear el contexto religioso, buscaba demonizar a Serbia y su vínculo con la Federación Rusa, con el fin de influir en la opinión de toda Europa occidental. Este fenómeno se repite actualmente en el conflicto ruso-ucraniano, donde se ataca la dimensión espiritual y religiosa de los ortodoxos bizantinos con el objetivo de desarraigar al pueblo ucraniano de su historia. Rusia, que nació en Kiev y tiene sus raíces en el cristianismo ortodoxo bizantino, comparte un origen y una identidad cultural y espiritual con Ucrania.

En el caso de la Ex Yugoslavia, occidente indujo a la guerra civil para luego justificar la intervención directa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el objetivo de posesionarse sobre la antigua zona vital de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Occidente logro destruir Yugoslavia, desmembrándola en varias naciones para dar espacio a la OTAN y a Alemania. (Matvejevic, 1999).

En este orden de ideas, el investigador afirma que el fenómeno de la Consciencia Espiritual es clave para asegurar la autodeterminación, la soberanía y la independencia frente a la globalización corporativa y la Guerra Difusa. El COVID-19, que comenzó en China y afectó globalmente, ilustra la interconexión de la globalización. Para países como Venezuela, con recursos naturales significativos y una ubicación estratégica, es crucial proteger la cultura y la identidad nacional para evitar el avance del neocolonialismo eurocéntrico que amenaza con desintegrar la nación. A diferencia de una guerra convencional, que es costosa en vidas y recursos, la colonización cultural busca una sumisión ideológica más insidiosa, donde la identidad y el sentido de pertenencia a la nación pueden desaparecer.

La teoría marxista, desde el materialismo histórico desestimó aspectos culturales y espirituales. En contraste, el capitalismo explotó esta debilidad del marxismo para debilitar al bloque soviético, que había ignorado la dimensión espiritual de Rusia. Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia enfrentó una verdadera desorientación, pero desde el pensamiento estratégico de Vladimir Putin, se revitalizó el aspecto espiritual del país a través de la religiosidad cristiana ortodoxa. Putin reactivó el significado del bautismo de San Vladimir de Kiev (988 d.C.) y reafirmó su fe en la Iglesia Rusa Ortodoxa en 2013, enviando un mensaje de unidad y reafirmando el vínculo de Rusia con sus raíces históricas, de este hecho se entiende como el señor Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania ha prohibido la Iglesia Ortodoxa en todo el territorio ucraniano. ([El Universal], 2021)

Para que la República Bolivariana de Venezuela supere sus desafíos, es crucial formar la conciencia colectiva abordando todos los aspectos espirituales de la venezolanidad dentro de lo que el investigador denomina “Conciencia Estratégica Comunitaria” termino que será explicado en los capítulos V y VI de esta tesis. Las doctrinas religiosas, si bien pueden ser una fuente de motivación, también pueden amenazar la identidad cultural y la soberanía nacional si son manipuladas por grandes corporaciones y medios de comunicación, como sugiere Acosta (2017). La propaganda mercantilista puede alienar a la población de sus raíces patrias. Sin embargo, cuando la espiritualidad es parte integral de la identidad nacional, como lo ejemplificó Hugo Chávez al fusionar la Doctrina Bolivariana con la Teología de la Liberación, puede fortalecer la cohesión del Estado-Nación y fomentar un nuevo humanismo en Venezuela.

El problema y sus elementos empíricos en Venezuela

Para comprender los elementos empíricos de la conciencia espiritual en la nación venezolana, es esencial considerar el sincretismo religioso que surgió del mestizaje durante la conquista y colonización de la Capitanía General de Venezuela, hoy República Bolivariana de Venezuela. La nación heredó una espiritualidad que fusiona la realidad chamánica y mítico-mágica de los aborígenes con el animismo africano y las prácticas de una iglesia católica de raíces ibérico-españolas. Esta conciencia espiritual, profundamente arraigada en la identidad cultural venezolana, también influye en la Seguridad de la Nación, dado que la historia, soberanía e independencia del país están intrínsecamente ligadas a su patrimonio cultural y espiritual.

En este orden de ideas, es fundamental definir brevemente el concepto de espíritu para valorar la importancia de lo espiritual en la seguridad de la nación. Según Brugger (1988) el espíritu, derivado del latín spiritus, se refiere a un ser inmaterial que se posee a sí mismo mediante la autoconciencia y la libre autodeterminación, con la capacidad de comprender y realizar valores suprasensibles, estableciendo naturalmente la condición humana. Esta definición conecta con el principio constitucional e internacional de la libre autodeterminación de los pueblos, subrayando la relevancia de la dimensión espiritual en la conformación de la identidad y Seguridad de la Nación, es decir la conciencia colectiva de un pueblo posee un espíritu propio y si ese espíritu muere sucederá lo mismo cuando una persona muere biológicamente, adviene la putrefacción y desaparición del Estado Nación.

El concepto de espíritu lleva a afirmar que el primer territorio donde se aplica el principio constitucional de la autodeterminación es la mente del venezolano, tanto a nivel individual como colectivo. No se puede garantizar la Seguridad de la Nación si su pueblo no vive consciente y auténticamente su identidad espiritual, forjada a través de la historia y la cultura. Defender la patria es imposible para un pueblo que no sabe quién es y hacia dónde quiere ir como sociedad. La transculturación artificial, promovida por la maquinaria corporativa internacional que busca beneficios egoístas, amenaza con destruir la conciencia espiritual de los pueblos, alienándolos, en palabras de Córdoba (2022), de formas de conciencia fala.

Un ejemplo de conciencia falsa se deslumbra cuando el Libertador Simón Bolívar, en su "Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño" del 15 de diciembre de 1812, también conocida como el Manifiesto de Cartagena, señaló que una de las causas de la caída de la Primera República fue el terremoto de Caracas de 1812 y la oposición del clero católico a la independencia. La mayoría del clero católico se opuso a la emancipación, porque bajo una conciencia falsa afirmaron que tal desastre fue un castigo divino por desafiar la corona española, considerada como instituida por Dios para gobernar la América meridional. Este episodio resuena con el deslave de Vargas en diciembre de 1999, cuando el Cardenal José Ignacio Velasco, arzobispo de Caracas, afirmó que dicho desastre era un castigo de Dios por la elección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela.

Otro evento de gran relevancia fue el golpe de Estado que sufrió el presidente Hugo Chávez el 11 de abril de 2002, donde se evidenció el respaldo de la jerarquía católica a la intentona golpista. El entonces arzobispo de Caracas, Ignacio Velasco, junto con el arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, quien hoy es Cardenal primado de Venezuela, se unieron al golpe liderado por Pedro Carmona Estanga, presidente de FEDECAMARAS. Estos líderes eclesiásticos apoyaron la desintegración de la Quinta República y la Constitución de 1999, revelando sus vínculos con los partidos de la Cuarta República (1830-1999) y con la élite social y económica de Venezuela, alineada con los intereses estadounidenses.

Las posturas religiosas mencionadas conllevan una carga política que demuestra cómo lo religioso y lo espiritual son ámbitos determinantes para la consolidación de un proyecto político. La seguridad de un Estado está profundamente entrelazada con el hecho cultural y la identidad de los pueblos. Surge entonces la pregunta de por qué algunos miembros del clero católico se opusieron a los proyectos políticos de Bolívar y Chávez. ¿Acaso esos obispos y sacerdotes eran malos por naturaleza, o más bien respondían a una conciencia formada bajo criterios y valores eurocéntricos, sumisa a una supuesta superioridad étnica y cultural? Si la conciencia cultural y la conciencia patria son parte de la conciencia espiritual, entonces la Seguridad de la Nación depende en gran medida de esta Conciencia Espiritual.

Desde el inicio del proceso independentista venezolano el 19 de abril de 1810 hasta el 2024, el hecho espiritual ha estado intrínsecamente ligado a la Seguridad y Defensa de la Nación. Durante las manifestaciones de 2014 y 2017, se observó a numerosos líderes religiosos, incluidos sacerdotes, pastores evangélicos y rabinos judíos, oponiéndose al Proceso Bolivariano, algunos incluso acompañados en sus liturgias por personajes ficticios de cómics norteamericanos como el Capitán América y Batman. No obstante, también hubo un sector del clero que respaldó el proyecto bolivariano, destacando figuras como el sacerdote jesuita Numa Molina, quien junto a otros creó el movimiento Opción por los Pobres, inspirado en la teología de la liberación. 

En 2018, el ministro Néstor Reverol denunció el reclutamiento irregular de venezolanos por parte del ejército colombiano, como parte de un plan para provocar violencia en la frontera. Estos hechos subrayan la importancia del sentimiento patrio como parte de la conciencia espiritual, esencial para discernir entre el bien y el mal moral, lo que es vital para la Seguridad de la Nación. Por tanto, surge la pregunta: ¿La formación de los militares venezolanos incluye el aspecto espiritual? Y si es así, ¿cómo se aborda la formación de la conciencia?

El hecho mencionado revela un dato preocupante que amenaza la Seguridad de la Nación, mostrando cómo algunos ciudadanos venezolanos, bajo intereses supranacionales, son capaces de cometer el delito de traición a la Patria, traicionando sus propias conciencias. No se puede ignorar la conducta de altos funcionarios del Estado Venezolano, como Rafael Darío Ramírez Carreño, ex presidente de PDVSA, Luisa Ortega Díaz, ex Fiscal General de la República, y otros, quienes con sus actos de corrupción han debilitado la Seguridad de la Nación, traicionado al pueblo y socavando la credibilidad del mensaje del ideal bolivariano.

La corrupción administrativa y la traición a la Patria son actos que surgen de la conciencia, lo que plantea la pregunta: ¿El Estado Venezolano ha elaborado planes para la formación de la conciencia ciudadana que responda a la Seguridad de la Nación? ¿Se está considerando la formación de la conciencia para aquellos ciudadanos designados para ocupar cargos públicos? El problema radica en el sentir patrio y la conciencia moral como parte integral de la Conciencia Espiritual. Así, surgen las interrogantes: ¿Qué rol juega la formación de la conciencia espiritual en la Seguridad de la Nación? ¿Cuál es la motivación detrás de la deserción o la traición por parte de un venezolano?

El mundo castrense venezolano, desde la experiencia del investigador como sacerdote y militar, esta fundamenta en el ideario bolivariano y en la figura histórica del Libertador Simón Bolívar, impregnado de una fe cristiana con elementos sincréticos. La esencia del espíritu guerrero y libertario del combatiente bolivariano se halla en la gesta independentista, vinculada estrechamente a la figura de Jesucristo. No es casualidad que, en numerosas ocasiones, el comandante presidente Hugo Chávez haya proclamado su fe en Cristo Redentor, iniciando así una fusión entre el pensamiento marxista, el ideal bolivariano y la doctrina espiritual y social de la Iglesia Católica. A partir de esta postura, el investigador ha identificado la relevancia del aspecto espiritual como un pilar fundamental para garantizar la dignidad del pueblo, la integridad del Estado-Nación y la Seguridad de la Nación.

La religiosidad popular en Venezuela es un componente esencial de la cultura nacional, profundamente influenciada por la tradición judeocristiana. De acuerdo Altemeyer (2020) el 80 % de la población venezolana profesa la fe católica, un 9,5 % pertenecen a las Iglesia proveniente de la Reforma de Martin Lutero, John Calvino y Enrique VIII; 9,7 % se declara sin religión y 0,8 % incluyen a seguidores del judaísmo, islam. Animismo africano y tradiciones indígenas. Las principales celebraciones religiosas, como la Navidad y la Semana Santa, reflejan la vida de Jesucristo como modelo para la realización personal y social. Durante diciembre, las festividades incluyen una rica gastronomía y música que revelan la mezcla racial y cultural del país, desde la Hayaca, de origen afrodescendiente, hasta el panetón italiano y villancicos europeos, pasando por las parrandas y gaitas maracuchas, que muestran el sincretismo cultural venezolano.

Las expresiones religiosas en Venezuela son el resultado de una fe cristiana instaurada durante la conquista y el proceso evangelizador liderado por misioneros, aunque a menudo fue utilizada por europeos para manipular y someter a los pueblos originarios. Sin embargo, figuras como Fray Bartolomé de las Casas defendieron a los aborígenes. En la lucha por la independencia, la religión también jugó un papel crucial, como se evidencia en la Batalla de la Victoria de 1814, donde el General José Félix Ribas, tras orar a la Virgen María, lideró una victoria significativa que fortaleció la devoción a la Virgen Vencedora. Además, (Altemeyer, 2020) destaca cómo la devoción a la Virgen María fue fundamental en la evangelización y en la integración cultural entre lo aborigen y lo español en Venezuela.

En todo el territorio venezolano, la religiosidad popular se manifiesta a través de devociones que unifican al pueblo y fortalecen su sentido de pertenencia a la patria. Ejemplos de esto son la devoción a la Virgen de la Divina Pastora en Barquisimeto, la Virgen de la Chiquinquirá en Maracaibo, la Virgen del Valle en Margarita, la Virgen de Belén en Aragua, el Santo Cristo de la Grita, y los Nazarenos de San Pablo en Caracas y de Achaguas, entre otras. Estas expresiones religiosas que traspasan lo metafísico y se encarnan en lo empico concreto, son similares a las que se han mantenido vivas por más de mil años en países como Italia, España, y Rusia, garantizan la identidad cultural y el arraigo al territorio, subrayando así la importancia de la conciencia espiritual en la Seguridad de la Nación.

En la Venezuela del siglo XXI, surgen nuevas formas de religiosidad que imitan el estilo estadounidense, como los mormones, testigos de Jehová, y las nuevas tribus, además de misioneros protestantes en el sur que influyen en los pueblos originarios, generando un desarraigo cultural. Esto plantea la importancia de considerar la espiritualidad del pueblo al tomar decisiones estratégicas para la Seguridad de la Nación. Aunque Venezuela no es una potencia militar capaz de enfrentar una guerra convencional contra Estados Unidos, su cultura, espiritualidad, e historia libertaria, integradas en un Concepto Estratégico Militar Bolivariano, podrían convertirse en una poderosa arma moral, haciendo al país inexpugnable, como lo han demostrado Vietnam, Afganistán y Palestina.

La problemática epistémica de la consciencia-conciencia en la Seguridad de la Nación

El estudio de la consciencia espiritual en la Seguridad de la Nación enfrenta desafíos en cuanto a la inexistencia de un marco epistemológico que pueda inspirar el presente estudio. Además, aunque existen infinidades de estudios sobre la conciencia y la espiritualidad desde los estudios teológicos no se ha verificado ningún antecedente que vincule a la Seguridad de una Nación con el concepto de Consciencia Espiritual y el fenómeno de la guerra. Esto plantea la pregunta ¿Cómo construir una episteme sobre la Consciencia Espiritual?, y ¿Cómo realizar un fundamentico ontológico de la Consciencia Espiritual en la definición de la Seguridad de la nación?

En consecución del párrafo anterior, también están los diferentes paradigmas entre disciplinas colocado interrogantes conflictivos para constatar la veracidad de la investigación dentro de las ciencias sociales, antropológicas, filosóficas y teológicas, frente a enfoques basados en datos matemáticos y logarítmicos. Contemplado a Ruíz, (1999), el investigador se encuentra ante un dilema entre métodos cualitativos y cuantitativos que construyen conocimientos desde perspectivas opuestas.

Por otra parte, Wilber (1998) propone un nuevo enfoque en su libro “Breve historia de todas las cosas”, abriendo la posibilidad de construir un conocimiento desde una postura holística, superando la dualidad entre el sujeto y el objeto de estudio. El autor citado, desarrolla un método que integra a las ciencias exactas, sociales, filosóficas y teológicas, introduciendo a Dios en la investigación. Claro está, que, para el positivismo, y para algunas corrientes materialista el ámbito espiritual ofrece un conocimiento dudoso y ambiguo por no tener un instrumento para calibrar y medir los fenómenos espirituales, situación que en si misma es un problema para que la comunidad académica pueda aceptar como valido los estudios de la Consciencia Espiritual vinculados a la Seguridad de la Nación.   

La tesis en cuestión, se centra en el estudio de la conciencia como fuerza decisiva que influye en las relaciones sociales, la geopolítica, la guerra, la paz, la cultura y la transculturización; abordando estos temas desde una perspectiva onto-epistemológica. Dado el carácter complejo y profundo del objeto de estudio, se optó por el método cualitativo, considerado el más adecuado para explorar estas dimensiones en una investigación doctoral. Académicamente, la investigación se convierte en una fuente primaria para quienes deseen estudiar la conciencia espiritual en relación con la Seguridad de la Nación, partiendo de interrogantes. propias a la naturaleza de la investigación.

Construyendo la episteme de la consciencia – conciencia para la Seguridad de la Nación.

La tesis doctoral explora la relación entre la Conciencia Espiritual y la Seguridad de la Nación en el contexto de la Guerra Difusa, fundamentándose en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que otorga rango constitucional a la cultura y a la fe en Dios. Utilizando un enfoque interdisciplinario, el estudio se apoyó en teorías sobre la conciencia, la espiritualidad y la religiosidad, de cara a las amenazas propuesta por el Concepto Estratégico Militar (Comando Estratégico Operacional, 2019) en la teoría de la Guerra Difusa de Jiménez (2020), para analizar cómo estos conceptos influyen en la Seguridad de la Nación.

La investigación se construyó entrelazándose con las teorías del exocerebro de Bartra (2014), los niveles de conciencia de Hawkins (2013), los Niveles de la Ética de Vidal (1985) y la Conciencia Revolucionaria de Córdova (2021), integrando también el pensamiento de Juan Pablo II sobre la religiosidad popular (1979) y el pensamiento cristiano de Simón Bolívar. Toda esa integración de saberes fue direccionada en la comprensión profunda de cómo la Consciencia Espiritual posee una carga psicológica y energética para contrarrestar los efectos de la Guerra Multifactorial y Multiforme que amenaza continuamente a la Seguridad de la Nación.

Además, esta investigación se configuró desde la subsidiaridad y transversalidad del conocimiento, integrando diversas disciplinas como la antropología, filosofía, teología, psiquiatría y psicología. A través de un enfoque dialéctico, se combinaron las teorías de Mircea (1979), Wilber (2011), Pikaza (1999), y Moody (2016). Por último, el pensamiento de Simón Bolívar se analiza desde la perspectiva de Nectario María (1996) y Frankl (2015) para subrayar la universalidad y vigencia del ideario bolivariano desde la Consciencia Espiritual.

Fundamentación onto-epistemológica

La investigación aborda la conciencia espiritual en el contexto venezolano de la segunda década del siglo XXI, desde una perspectiva Bolivariana, orientada ontológicamente en el Ser. Como todo estudio doctoral el enfoque ontológico está entrelazado con aspectos teleológicos y axiológicos. Además, se consideró la subjetividad del investigador desde el punto de vista de Zemelman (2005), explorando diversas aristas del conocimiento, integrando dimensiones emocionales, sociales e históricas para presentar al lector un enfoque comprensivo sobre la naturaleza del estudio, al respecto se refiere la siguiente cita

El rescate del sujeto está concebido como un desafío epistémico-metodológico que no se limita a la simple argumentación sobre la riqueza de éste, sino que supone formas de razonamiento capaces de involucrar al sujeto con la totalidad de sus facultades. (H. Zemelman, pp. 83)

La cita anterior plantea el rescate del sujeto como un desafío epistémico que va más allá de un simple análisis, implicando un razonamiento integral que lo involucra en su totalidad. Esto lleva al investigador a desarrollar una epistemología sobre la Consciencia Espiritual en el contexto de la Seguridad de la Nación Venezolana, integrando su experiencia militar, teleológica e histórica personal. La subjetividad del investigador, se puede comparar con el trabajo detallado de un sastre en la confección de un traje. Todo el esfuerzo ontológico y epistémico fue, dirigiendo hacia la comprensión de la Consciencia Espiritual y su conexión con la Seguridad de la Nación frente a la Guerra Multifactorial descrita en el Concepto Estratégico Militar de 2019.

Así mismo el enfoque teleológico de la investigación, fue dirigido en la búsqueda de contrarrestar los efectos de la Guerra Difusa en Venezuela, como lo evidencias los fines de diversas doctrinas militares y políticas. Por ejemplo, las teorías de Carl Von Clausewitz (1832), quien plantea la guerra como una continuación de la política con la finalidad de garantizar la seguridad y supervivencia del Estado; para Hugo Grotius (1645), la guerra tiene como fin garantizar la legítima defensa o protección de la justicia; pero para Mao Zedong (1945), en la teoría de la Guerra de Guerrilla, el conflicto es el medio para alcanzar los cambio político requeridos para lograr nuevas formas de configuración política de la sociedad humana.

Venezuela enfrenta una Guerra Multifactorial y Multi Forme, impulsada por doctrinas como el Caos Constructivo, el Golpe Suave y la Turbulencia Social, que buscan desestabilizar al país para imponer políticas extranjeras, similar a lo ocurrido en la Primavera Árabe y el golpe en Ucrania en 2014. Estas tácticas intentan desmantelar la Doctrina Bolivariana y facilitar un cambio de gobierno favorable a intereses externos, con el objetivo de expropiar las riquezas nacionales. La investigación tiene como finalidad proponer un constructo teórico partiendo de una forma de Conciencia Estratégica Colectiva capaz de reconocer la guerra en curso y promover la unidad nacional para enfrentar estas amenazas.

Por otra parte, el aspecto axiológico del estudio en curso aborda los valores que deben guiar a la Seguridad de la Nación y la conciencia moral de quienes participan en ellas. Un principio fundamental en el derecho internacional es la ética, que exige respetar los derechos humanos y la dignidad y la garantía de un trato humano a los prisioneros. No obstante, el investigador observa con preocupación que estos principios no se respetan en conflictos como los aplicados por Estados Unidos de Norte América contra Venezuela o los aplicados por Israel contra Palestina, donde los intereses prevalecen sobre el sufrimiento humano.

El enfoque axiológico del investigador destaca valores como la Patria, el Bien Común, la Solidaridad, la Fe, la Espiritualidad y la abnegación. Su análisis busca evidenciar cómo Estados Unidos ha empleado su poder imperial para asediar al gobierno bolivariano y al pueblo venezolano, violando el derecho internacional y presentando sus acciones bélicas bajo una falsa solidaridad, como la ayuda humanitaria, mientras impone medidas coercitivas inmorales. La tesis propondrá valores basados en la Consciencia Espiritual y el Ideario Católico Bolivariano como herramientas para fortalecer desde los valores la resiliencia del pueblo frente a los ataques inmorales contra la Nación

A continuación, se presentan las teorías y posturas que impulsaron la concreción de la investigación. Los teóricos considerados fueron David Hawkins, Ken Wilber, Roger Bartra, Marciano Vidal, Víctor Córdoba, Juan Pablo II y el Libertador Simón Bolívar, bajo la perspectiva católica de Nectario María, consustanciándolos con el Concepto Estratégico Militar (2019-2025) y los aspectos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa (2020), que se exponen a continuación.

La seguridad de la Nación, la Guerra Difusa el concepto Estratégico Militar y el fenómeno de la conciencia espiritual

Concepto estratégico militar

El Concepto Estratégico Militar (CEM) de 2019 es la guía principal de la FANB, fundamentada en la Constitución y leyes orgánicas para enfrentar amenazas y vulnerabilidades que comprometan la independencia y soberanía de Venezuela. Su objetivo es garantizar la defensa militar, colaborar en el mantenimiento del orden interno y participar en el desarrollo nacional. El CEM define la Seguridad de la Nación como un Estado de normalidad en el que se protegen los derechos y el bienestar del pueblo, asegurando la defensa integral del territorio y la soberanía. Además, promueve el desarrollo personal, la democracia, la justicia y el bienestar social.

Es de hacer notar, que el Concepto Estratégico Militar es la directriz fundamental de la FANB, respaldado y fundamentado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), junto con la Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de 2020 y la Ley de Seguridad de la Nación del 2014. Para entender mejor el Concepto Estratégico Militar, es necesario considerar el Plan Estratégico Socialista (PES) del Sector Defensa (2015-2019), como se señala en la siguiente cita:

El Consejo de Defensa de la Nación tiene la responsabilidad de formular el Concepto Estratégico Nacional (CEN); en tal sentido se toma como base para la formulación de las políticas del Sector Defensa, el contenido de los Objetivos Nacionales y Estratégicos del Plan de la Patria 2019-2025, siempre que impacten las actividades del sector. El Concepto Estratégico Militar para la Defensa Integral de la Nación (CEM), es elaborado por el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. (Pág.15)

La cita destaca la importancia del Consejo de Defensa de la Nación y del Comando Estratégico Operacional en la formulación del Plan Estratégico Socialista del Sector Defensa de 2019, basado en el Pensamiento Militar Bolivariano. Este plan está basado en los principios bolivarianos, la evaluación de amenazas militares y la planificación ante posibles invasiones. Además, el artículo 323 de la Constitución de 1999 designa al Consejo de Defensa como el principal órgano consultivo en seguridad y defensa, compuesto por altos funcionarios del gobierno, incluyendo al presidente y ministros clave.

Así mismo, El Comando Estratégico Militar (CEM) identifica las amenazas que enfrenta la República Bolivariana de Venezuela, clasificándolas en externas e internas. Entre las amenazas externas destacan las acciones de potencias imperialistas, posibles intervenciones militares bajo pretextos como "crisis humanitaria" o "Estado fallido". En cuanto a las amenazas internas, se mencionan acciones desestabilizadoras, guerras de IV y V Generación, movilizaciones violentas, participación de grupos como guarimberos, organizaciones terroristas de extrema derecha, grupos armados generadores de violencia, así como ataques económicos y violencia social relacionada con el crimen organizado, narcotráfico, paramilitarismo y terrorismo. (CEM 2019)

El Concepto Estratégico Militar de la FANB define la guerra como un fenómeno social no lineal, enfocándose en su proporcionalidad dentro del sistema defensivo territorial. Además, clasifica los tipos de guerra en Guerra No Convencional, Guerra Híbrida y Guerra de Quinta Generación, reflejando un enfoque adaptado a las dinámicas contemporáneas de conflicto. La FANB se prepara para enfrentar estas amenazas mediante una estrategia que combina la defensa convencional y no convencional, destacando su capacidad de adaptarse a los desafíos de la guerra moderna.

El Concepto Estratégico Militar para esta investigación es altamente significativo, porque abre el camino desde el eje Doctrinario para una educación para la Seguridad de la Nación enraizada en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar; y para el investigador se abre la posibilidad de estudiar la Consciencia Espiritual con el propósito de contrarrestar los aspectos cognitivos y psicólogos de la Guerra Hibrida y aportar una fundamentación teórica que pueda contribuir al inevitable cambio generacional producto del devenir de la historia. 

La Guerra Difusa.

La confrontación entre el Monroísmo y el Bolivarianismo, acentuada bajo los gobiernos del presidente Hugo Chávez y Nicolas Maduro, llevó a Estados Unidos a tomar medidas para frenar la Revolución Bolivariana y controlar los recursos de Venezuela. En respuesta, Venezuela adoptó un Concepto Estratégico Militar para enfrentar la Guerra Multifactorial y Multi Forme, descritas por Jiménez (2020) como Guerra Difusa, que el investigador ha resumido y presenta a continuación:

1.-Destruir el Estado-Nación, generando un clima de ingobernabilidad, a través de un bombardeo sistemático de los medios electrónicos. Creación de mecanismo de naturaleza emocional que incidan en sectores sociales diversos. Desde la teoría de las guerras blandas, hibridas. 

2.- Desequilibrar los elementos históricos de lo patriótico y lo nacional. Para romper la estructura socio-simbólica que identifica lo venezolano. Presentando a través del dominio del mass media modelos culturales de la vida estadounidense como superior a la cultura venezolana, colocando ideas de poder, ciencia, prestigio, dominio tecnológico y poder militar para demostrar el poderío de Estados Unidos de Norte América, bajo la doctrina de la violencia pasiva.

3.- Materializar la transculturación para hacer creíble la necesidad de una recolonización reforzando la idea del “fin de la historia” y de las ideologías. Influyendo en los sectores sociales ganados para la inevitabilidad del capitalismo; para lograr soterrar la cultura venezolana bajo la conciencia utilitarista de valores derivados del dinero, la ganancia y el mercado. 

4.- Debilitar la cohesión social de la sociedad, atacando los vínculos de pertenencia social, la confianza al prójimo, el reconocimiento de la legitimidad y la confianza en sus instituciones. Para agredir los procesos históricos y la credibilidad e imagen del Estado afectando el sentido de pertenencia e identidad nacional. Invirtiendo recursos financieros para comprar voluntades, captando venezolanos opositores para ser utilizados en sus planes

5.- Presiones políticas y diplomáticas a los Gobiernos de la región para considerar a Venezuela un Estado Fallido y Forajido a fin de consolidar matrices de opinión que favorezcan la intervención militar.” (Pág. 85)

Considerando la cita anterior, se observa cómo el gobierno de Estados Unidos ha implementado acciones agresivas contra la Nación venezolana. Estas medidas se reflejaron principalmente en el ámbito económico, donde se accionó una guerra económica destinada a desmantelar el aparato productivo nacional, desestabilizar la sociedad y provocar una crisis de gobernabilidad, exacerbado emocionalmente al pueblo con la finalidad de destruir la credibilidad del proceso revolucionario en Venezuela.

Seguidamente el mismo autor argumenta que la oposición política en Venezuela, apoyada por intereses estadounidenses, busca y deslegitimar al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, utilizando la guerra mediática y psicológica para generar violencia, odio y caos social. Esto promueve la idea de un "Estado Forajido" y fragmenta al Estado. La tesis propone combatir esta Guerra Difusa mediante la formación de una Conciencia Espiritual y ética que refuerce la identidad venezolana y proteja la seguridad y el desarrollo del país.

La Teoría de la Conciencia Espiritual de Ken Wilber

Científicamente la conciencia viene caracteriza por su intencionalidad, lo que requiere una reflexión cuidadosa para diferenciar términos como Consciencia, Conciencia, Consciencia Espiritual, Ética y Cultural, especialmente en el contexto de la Seguridad de la Nación. Hawkins (2013) observa que, aunque la filosofía y las ciencias clínicas han explorado la conciencia desde distintas perspectivas, su naturaleza aún no se comprende completamente. En medicina y neurociencia, la conciencia se reduce a una función cerebral, sin profundizar en su explicación.

En la investigación se cuestiona la exactitud de las definiciones de "consciencia" y "conciencia" del Diccionario de la Real Academia Española y recurre a fuentes en inglés para mayor precisión, dada la base lingüística de los trabajos de Hawkins y Wilber. Según el Oxford Learner's Dictionary (2023), "awareness" se refiere a la capacidad de conocerse en un contexto, mientras que "consciousness" se describe como el Estado de ser consciente y responder al entorno, vinculando la consciencia con la mente y el cerebro y la conciencia con las actitudes hacia la vida.

Revisando el diccionario de la Real Academia Española se encontró que la definición de la consciencia tiene como primera acepción el conocimiento inmediato o espontaneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y de sus reflexiones. En su segunda acepción identifica a la consciencia con la capacidad de algunos seres vivos de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella. La tercera acepción la identifica como el conocimiento reflexivo de las cosas y la cuarta acepción la contempla como la facultad psíquica por la que un sujeto se percibe a sí mismo.

En este orden de ideas, el Diccionario de la Real Academia Española, en su primera acepción, define a la conciencia como la capacidad de discernir entre el bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios. En la segunda acepción la define como el sentido moral o ético de una persona. En una tercera acepción identifica a la conciencia como un conocimiento espontaneo y poco reflexivo de la realidad, por ejemplo, no tenía conciencia de haber ofendido a nadie. La cuarta acepción señala a la conciencia como un conocimiento claro y reflexivo de la realidad, por ejemplo, aquí hay poca conciencia ecológica. Una quinta acepción une a la consciencia con la conciencia como la capacidad de reconocer la realidad circundante. Y una sexta acepción la señala como la capacidad psíquica por la que un sujeto se percibe a sí mismo. Las distintas acepciones le dan riqueza al concepto, pero podría llevar a una confusión en su comprensión.

En la opinión del investigador las definiciones de la consciencia y la conciencia por parte del Diccionario de la Real academia española no las conceptualiza con exactitud; se apeló al diccionario de inglés porque los escritos originarios del Hawkins y Wilber fueron desarrollados en ese idioma. Además, se hizo una averiguación en italiano de los términos de consciencia y conciencia por sus implicaciones y peso específico en el desarrollo teológico-filosófico.

En el Oxford Dictionary of English (1998), la conciencia viene definida como “awareness” y la consciencia como “consciousness”. “Awareness” viene señalada como la capacidad que tiene la persona de conocerse a sí misma en un contexto determinado, es decir es la toma de conciencia de lo que sucede presentándose de forma espontánea. El término “consciousness” la define como el estado de ser consciente y responder al entorno de uno, por ejemplo, ella no pudo recuperar el conocimiento y murió en dos días. Con este término, el diccionario identifica a la consciencia con la mente en sí misma y con todas las operaciones del cerebro y a la conciencia como una manifestación de la consciencia la cual genera una postura y una actitud ante la vida.

El diccionario de la lengua italiana identifica la conciencia con el término de “consapevolezza”, indicando la condición de quien está consciente. Tener conocimiento, darse cuenta de algo. Conciencia de uno mismo y de los otros indicando como la condición o estado interior de equilibrio e inteligencia. Así mismo, el diccionario italiano identifica a la consciencia con el término “coscienza”, Identificándola con la capacidad psicológica de la autoconciencia y con ello la capacidad de conocerse a sí mismo. Además, el diccionario italiano lo une al sentido del deber, del bien y del mal.

En el Diccionario de Filosofía de Brugger (1998) define la consciencia como un término derivado del latín “conscientia”, que significa "ser conscientes de ello". Se describe como el conocimiento inmediato que un individuo tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones en cualquier situación social. Esta definición implica la capacidad de verse y reconocerse a sí mismo, así como de juzgar ese reconocimiento y visión personal, como se puede constatar de la siguiente cita:

“Proviene del latín conscientia, lo que significa 'ser conscientes de ello, por ende se considera como el conocimiento inmediato que todo sujeto o ser humano tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones ante cualquier situación que se le presente en la sociedad donde se desenvuelve, por lo que se puede decir que se refiere a la capacidad de verse y reconocerse a sí mismos, así como de juzgar sobre la visión y reconocimiento.” (p. 45)

Wilber (2011) diferencian entre "consciousness" y "Awareness". Describiendo a la "consciousness" como un campo de energía universal, omnipresente e infinito, que trasciende el tiempo y la materia, y es la base de toda existencia. Esta "consciousness" se manifiesta en todas las formas de vida y se conecta con la divinidad. En contraste, la "Awareness" se refiere a la conciencia subjetiva que interpreta y percibe esta realidad absoluta y no lineal. El autor, también explica que la "Awareness" evoluciona a través de niveles medibles de poder, análogos a las ondas del espectro electromagnético. Al respecto es revelador la siguiente reflexión de Ken Wilber (2011) en su obra el espectro de la conciencia:

La radiación electromagnética consiste, por consiguiente, en una gama de ondas de energía de distinta longitud, frecuencia y energía, que oscilan entre los finísimos y sumamente penetrantes rayos cósmicos, y las radiofrecuencias de mayor densidad y menor energía. Comparemos ahora esto con la descripción del Lama Govinda de la visión del budismo tibetano de la consciencia. Al hablar de los distintos tonos, bandas, o niveles que componen la conciencia, Govinda afirma que dichos niveles no constituyen capas independientes…sino que su naturaleza es más bien la de una forma de energía mutuamente penetrantes, desde la “radiante” conciencia luminosa más sutil y que todo lo impregna, hasta la forma más densa de “conciencia materializada”, que se manifiesta en nuestro cuerpo físico y visible. (Pág. 19).

Con esta cita Wilber (2011), describe la conciencia como una forma de energía que varía desde la más sutil y luminosa hasta la más densa y materializada, similar a las ondas electromagnéticas que varían en longitud y frecuencia. Esto explicaría los varios niveles de vibración de la Conciencia que el autor identifica en siete niveles principales: nivel ego, nivel existencial, nivel mente, nivel transpersonal, nivel biosocial, nivel filosófico y nivel sombra. El investigador se enfoca en los tres primeros niveles por estar orientación bajo una visión entendible y vivencial para un público occidental y venezolano.

En la descripción de los tres primeros niveles Wilber (2011) señala el nivel ego, como la condición que abarca la identidad y los aspectos conscientes e inconscientes del ser humano. El nivel existencial incluye tanto el cuerpo como la mente y está relacionado con el sentido de la vida y la cosmovisión cultural. Por último, el nivel mental, que representa la conciencia mística de unidad con el universo. Estos niveles son esenciales para entender la relación entre la Conciencia Espiritual y las operaciones psicológicas en el contexto de las Guerra Difusa.

En este orden de ideas el investigador identifica como los niveles de conciencia del nivel del ego y el existencial influyen en las teorías de la guerra, como la Teoría de la Turbulencia Social y la Teoría del Caos Constructivo. Según Wilber (2011) el flujo de la conciencia afecta tanto al cuerpo como al comportamiento colectivo. Un flujo de conciencia libre genera sanaciones proactivas como seguridad, equilibrio y amor, mientras que un flujo interrumpido o discontinuo provoca reactividad con la capacidad de alteran los estados de la conciencia hacia el desarraigo, sufrimiento y odio. Estos conceptos son fundamentales para entender cómo la conciencia impacta en la conducta de los pueblos en contextos de conflicto.

Cuando el flujo de la consciencia es libre su excitación es plena y emergen las siguientes sensaciones como: 1.- Seguridad, 2.- Equilibrio, 3.- Relaciones, 4.- Orgasmo, 5.- Alegría, 6.- Risa, 7.- Placer, 8.- Esperanza, 9.- Caridad, 10.- Amor, 11.- Piedad, 12.- Alcance, 13.- Afirmación, 14.- Apertura, 16.- Halo espiritual. Pero cuando el flujo está bloqueado se crea un estancamiento de la excitación que produce sanaciones antagónicas como: 1.- Desarraigo, 2.- Inestabilidad, 3.-Inseguridad, 4.- Frigidez, 5.- Perversión, 6.- Llanto, 7.- Sufrimiento, 8.- Desesperación, 9.- Odio, 10.- Insensibilidad, 11.- Retraimiento, 12.- Negatividad, 13.- Hostilidad, 14.- Culpa, 15.- Duda, 16.- Sede del diablo. El siguiente grafico lo señala con mayor claridad.




Gráfico 1. Flujo de la Conciencia.

Fuente: (Wilber, 2011, pág. 322)


Al emplear al cuerpo humano en una analogía, Wilber (2011) representar el nivel del ego, conectando diferentes partes del cuerpo con aspectos de la consciencia y cómo estas pueden ser afectadas por influencias externas. El investigador partiendo de las afirmaciones de Wilber señala la siguiente asociación de la conciencia y la Guerra Multifactorial y Multiforme. Por ejemplo, los pies y las piernas, simbolizan el arraigo y la seguridad, reflejan con claridad cómo la globalización y la transculturización pueden desarraigar a una nación, llevando a un estado de desequilibrio y caos. Los genitales y el abdomen, asociados con el placer y la alegría, pueden ser asociados con las medidas coercitivas, generando sufrimiento y manipulación.

Siguiendo este orden de ideas, el tórax y el corazón, vinculados al amor y la esperanza, vienen distorsionados por la incitación al odio, promoviendo una determinada turbulencia social o caos. La cabeza y los hombros, conectados con la afirmación y la apertura, son afectados por los aspectos cognitivos de la Guerra Difusa, fomentando hostilidad y retraimiento. Mientras que la corona y el cerebro, representan la espiritualidad, colocan en evidencia la importancia de la Consciencia Espiritual; porque cuando se ataca a la consciencia se doblega todo el cuerpo, es decir se somete al pueblo.

Por todo lo que se ha expuesto hasta el momento, la investigación se orientó hacia la conceptualización de Wilber (2011) sobre la naturaleza espiritual de la consciencia, entendida como un fenómeno en constante expansión y estratificación, influenciado por el ego. En este marco, la conciencia se concibe como el aspecto subjetivo de la consciencia en el ser humano, dando lugar a diversas formas de conciencia como la ética, social, cultural, política, militar y religiosa. Estas formas surgen de una cosmovisión e interpretación personal de la consciencia, que con el tiempo adquiere un carácter colectivo.

En último término, la evolución de la consciencia va acompañada por el fenómeno de la expiación del ego. Según Wilber (2011), el ego no evoluciona porque está ligado a los instintos primitivos biológicos. El investigador señala que el problema no reside en el ego en sí, sino en cómo viene manipulado ideológicamente. Ejemplos como los Juegos Olímpicos, los mundiales de fútbol y las publicidades de moda son utilizados en un contexto capitalista para manipular mercados y fomentar un consumismo depredador que compromete las soberanías de los pueblos. La solución propuesta es contrarrestar estos efectos mediante una Conciencia Espiritual elevada.

David Hawkins, los niveles de la conciencia y los determinantes ocultos del comportamiento humano.

David Hawkins tuvo una experiencia cercana a la muerte tras un accidente en bicicleta durante una tormenta de nieve en 1939, en Wisconsin. Atrapado en el frío extremo, se refugió en una madriguera de nieve y, al borde de la muerte, experimentó una sensación de paz profunda, calor y una conexión con una presencia infinita y amorosa. En ese estado, su conciencia se fusionó con un sentimiento de iluminación omnipresente, perdiendo la noción de su cuerpo y del mundo físico. Aunque regresó a la realidad por la intervención de su padre, esta experiencia le hizo trascender su religión y descubrir una nueva comprensión de la espiritualidad, como lo expresa la siguiente cita:

En 1939, yo repartía periódicos en un pueblo de Wisconsin en una ruta de 17 millas de longitud. Una oscura noche de invierno, me encontraba lejos de casa en medio de una tempestad de nieve. La temperatura era 20 grados bajo cero y mi bicicleta había caído sobre un campo helado cubierto de nieve. Un viento feroz había destrozado los periódicos que llevaba en la canasta de la bicicleta, esparciéndolos sobre el terreno. Rompí a llantos por la frustración y el agotamiento, mi ropa estaba congelada y estaba demasiado lejos de casa. Para escaparme del viento, cavé sobre la capa helada de una avalancha hasta lograr construir una madriguera en donde me refugié. Pronto dejé de tiritar y comencé a sentir un calor delicioso…y luego un estado de paz indescriptible. Esto acompañado de una difusión de luz y una presencia de amor infinito, sin principio y sin fin, e indistinguible de mi propia esencia. Estaba inconsciente de mi propio cuerpo físico y de mi alrededor mientras mi conciencia se fusionaba con un estado de iluminación omnipresente. El silencio aumento en mi mente, los pensamientos quedaron suspendidos. Una infinita presencia era todo lo que había o podía haber, más allá del tiempo y del espacio y las palabras…volví a la conciencia sintiendo al rostro ansioso de mi padre. Me sentía renuente de regresar a mi cuerpo y todo lo que eso implicaba…pero amaba a mi padre profundamente y debido a su angustia preferí volver…Objetivamente me compadecía de su miedo a mi muerte, pero al mismo tiempo, el concepto de “muerte” me parecía absurdo…había perdido la religión...pero había descubierto la espiritualidad. (Hawkins, 2013, pág. 10)

Esta experiencia de Hawkins fue fundamental para todo su desarrollo investigativo. Él mismo afirma que después de esta experiencia, la realidad comenzó a parecer provisional; las enseñanzas religiosas tradicionales perdieron significado, y paradójicamente se volvió agnóstico. Una de las cosas significativas para le Seguridad de la Nación fue la experiencia de Hawkins en la Segunda Guerra Mundial porque lo asignaron como dragaminas y la muerte siempre lo estuvo rozando, pero al contrario de sus compañeros de equipo, no le temía a la muerte porque perdió su autenticidad. (Hawkins 2013)

Esta experiencia de Hawkins esta paralelamente en sintonía con los estudios del Dr. Raymond Moody (1975) en su obra vida después de la vida. Moody estudió el fenómeno de la muerte en personas declaradas clínicamente muertas y posteriormente reanimadas. Fue el primer médico que estudio de forma sistemática los fenómenos de supervivencia corporal, actualmente dirige el “Teatro de la Mente” en el Estado de Alabama. Su trabajo experimental fue realizado en varias naciones y diferentes culturas. ¿Qué tiene que ver estos estudios con la Seguridad de la Nación? Son importante porque a raíz de ellos se abrió un camino espiritual lleno de esperanza motivando a las personas a buscar la realización personal en miras a la trascendencia, como sería defender a la patria; suceso incomprendido en el mundo lineal y dual, y que Wilber (2011) la coloca al nivel de sombra, propio por lo difícil de comprender y asumir.

Moody presentan un estudio exhaustivo de las personas muertas clínicamente que de alguna forma han sido reanimadas. Todas esas personas reanimada y vueltas a la vida han experimentado lo que Hawkins nos narró sobre su posible muerte. Todos han sentido paz, luz y una presencia Divina que los dirige. Esto de alguna u otra forma desde la fe del investigador, señala la existencia de un espíritu inmortal que debe concienciar toda mujer y hombre dispuesto a luchar por la Seguridad de la Nación. El fenómeno espiritual concede la certeza que luchar por su Patria tiene un sentido y un propósito, como lo hizo el Libertador Simón Bolívar, los próceres de la independencia de Venezuela; o personaje como Santa Juana de Arco, el Capitán San Ignacio de Loyola, San Francisco de Asís, entre otros muchos.

El método de Hawkins y los niveles de la conciencia

Basando sus investigaciones en la kinesiología durante 20 años, Hawkins (2013), calibró a millones de sujetos de diversas características. bajo el enfoque clínico y con implicaciones pragmáticas, validado por el método experimental. Los estudios del autor integraron literatura sobre la consciencia en áreas como la arquitectura, el arte, las ciencias y las relaciones humanas. Su trabajo abarcó la totalidad de la experiencia humana a lo largo del tiempo, logrando una replicabilidad experimental perfecta, cumpliendo con los requisitos del método científico.

En este orden de ideas es preciso señalar a la kinesiología como una rama de las ciencias que estudia la respuesta muscular a estímulos, donde un estímulo positivo fortalece el músculo y uno negativo lo debilita. Esta técnica, validada durante más de 25 años, fue asumida por Hawkins (2013) siguiendo los principios del Dr. John Diamond, quien demostró que estas respuestas ocurren tanto con estímulos físicos como mentales. Este método ofrece una base objetiva para diferenciar y observar los diferentes niveles de conciencia expresados de modo individual y colectiva, la cual fue constatada en números pueblos y diversas culturas.

Es así, que basándose en la kinesiología Hawkins (2013) desarrolló una escala exponencial del uno (01) a mil (1.000) para calibrar los niveles de conciencia humana, midiendo el poder relativo de cada nivel en diversas áreas de la experiencia. Esta escala refleja el impacto de los niveles de conciencia y coincide con los subniveles propuestos por Wilber (2011), además de relacionarse con fenómenos emocionales e intelectuales en sociología, psicología clínica y espiritualidad. En estos estudios se consideraron los aportes de fisioterapeutas como George Goodheart, quien en 1971 demostró la relación entre la fuerza muscular, la salud de los órganos y los meridianos de acupuntura.

El mismo autor demostró que las actitudes emocionales negativas debilitan el cuerpo y afectan la sincronía cerebral, resaltando la importancia de la conciencia y las emociones en la salud. Esto es significativo para esta tesis doctoral, ya que demuestra que la conciencia, como emanación de la consciencia, posee una energía que influye tanto en el comportamiento personal como colectivo. El investigador sostiene que estas dinámicas son parte esencial de los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Difusa, destacando cómo la conciencia afecta directamente el entorno y la interacción social en contextos del conflicto.

La propuesta del libro Ortho molecular Psychiatry, era que las enfermedades mentales como la psicosis, desordenes emocionales tenían una base genética que envolvían un conducto bioquímico anormal en el cerebro, una base molecular que podía ser corregida en el ámbito molecular. Los desórdenes maniaco-depresivos, la esquizofrenia, el alcoholismo y la depresión podrían ser afectadas por la nutrición y los medicamentos. Pero fue el doctor Diamonnd, quien demostró que el cuerpo se debilita instantáneamente en respuesta a las actitudes emocionales enfermizas o las tensiones mentales que tenían mayor influencia clínica continua. También se comprobó la falta de sincronía de los hemisferios cerebrales. Y con esto se fue fundamentado la relevancia de la consciencia y de las emociones tanto individuales como colectivas.

Los atractores y el campo energético de la conciencia.

El estudio de los niveles de conciencia revela que cada nivel genera un campo de energía influenciado por atractores aparentemente aleatorios que influyen en ese campo de energía medible a través de la kinesiología. Estos atractores han sido clave para entender las funciones del cerebro mediante modelos neurofisiológicos y redes neuronales, demostrando que el cerebro opera como un sistema de atractores. Estos modelos no solo vinculan la conducta con la fisiología, sino que también están unidas a prácticas como la meditación, que el sistema neuronal registrar como gratificantes, elevando el nivel de conciencia. Asimismo, los atractores pueden ser utilizados para inducir emociones negativas como odio, violencia, miedo e ira, elementos usados tácticamente en las nuevas formas de guerra aplicadas a Venezuela. (Hawkins, 2013)

El consumo de drogas y el orgasmo ilustran cómo los atractores pueden influir en el nivel de conciencia, ya sea elevándolo o reduciéndolo. En el caso de las drogas, la satisfacción química crea adicción y esclaviza al individuo a un bajo nivel de conciencia porque limita la libre autodeterminación. De manera similar, el orgasmo, aunque es una parte fundamental de la sexualidad humana, puede llevar a niveles altos o bajos de conciencia según el atractor que lo motive. En situaciones de guerra, los soldados pueden buscar satisfacción a través de la violación, motivados por emociones negativas como el odio y el resentimiento, lo que refleja cómo ciertos atractores pueden perpetuar un bajo nivel de conciencia en situaciones extremas.

El estudio de Hawkins (2013) sobre la evolución de la conciencia utiliza una escala de uno a mil para medir los campos energéticos de diferentes niveles de conciencia, donde los atractores de baja energía se encuentran por debajo de 200 y los de alta energía comienza a partir de 250 según la escala Hawkins. Esta escala refleja tanto la experiencia humana ordinaria como los estados de iluminación espiritual. Ejemplos de altos niveles de conciencia son figuras como el Libertador Simón Bolívar, Mahatma Gandhi, madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Dr. José Gregorio Hernández y madre María de San José entre otros.

Es importante destacar, que Hawkins (2013) descubrió que la mayoría de la población mundial se encuentra en niveles bajos de conciencia, donde se recurre a la fuerza para someter. Aunque, hay algunas culturas donde existe una mayor búsqueda de conexión con la Consciencia Espiritual. Japón, por ejemplo, evolucionó significativamente después de la Segunda Guerra Mundial, mientras que Estados Unidos vio una disminución en sus niveles de conciencia colectiva tras la Guerra de Vietnam, reflejada en una cultura popular que glorifica la violencia. A pesar de esto, existe la posibilidad de crear políticas para entrenar el ego colectivo y elevar los niveles de la consciencia de la comunidad internacional hacia una cultura de paz que respete la libre autodeterminación de los pueblos.

Los niéveles de la consciencia

En la teoría de los niveles de la conciencia de Hawkins (2013), presenta el estudio organizado con un rango energético exponencial que va desde la vergüenza, con un nivel de 20 de la escala de Hawkins, hasta la iluminación, que alcanza entre 700 y 1.000. Este mapa se divide en cuatro secciones principales: la primera incluye niveles bajos como la vergüenza, culpa y apatía, todos por debajo del punto crítico de 200. La segunda sección, de 200 a 499, corresponde a la mente lineal, donde se encuentran el coraje, la aceptación y la razón. La tercera sección, de 500 a 599, abarca niveles espirituales como el amor y la alegría. Finalmente, la cuarta sección, de 600 a 1.000, corresponde a estados de iluminación y esclarecimiento.

Los niveles de conciencia por debajo de 200, según Hawkins (2013), son propensos al caos, desorden y conflicto. La teoría de la Guerra Difusa de Jiménez (2020) afirma que Estados Unidos utiliza métodos de guerra no convencional para manipular la conciencia colectiva en Venezuela; el investigador observa con claridad que estos métodos induciendo niveles bajos de conciencia que fomentan la muerte y la violencia. Estos niveles bajos se manifiestan como culpa, apatía, y miedo, que son explotados para generar desesperación, odio y manipulación social. Además, el deseo, intensamente manipulado por la publicidad y las redes sociales, impulsa movimientos masivos a abandonar sus países en busca de una vida idealizada en Estados Unidos.

Cuando el deseo no se cumple, surge la frustración, como ocurrió en Venezuela con la escasez de productos básicos, combustible e insumos médicos, lo que generó desesperación en la población. En la Guerra Difusa, también se manipulan emociones como la ira y el orgullo. Hawkins (2013) distingue entre el enfado por injusticias, que busca justicia, y la ira motivada por el odio, que lleva a la destrucción. Ejemplos de esta ira destructiva incluyen la Primavera Árabe y el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como las guarimbas en Venezuela en 2014 y 2017, donde la ira fue utilizada para incitar a la violencia y el caos; como lo refiere en la síguete cita de Hawkins, (2013)

El deseo conduce a la frustración, la frustración, que a su vez produce enfado. Así, el enfado puede ser un fulcro mediante el cual los oprimidos sean finalmente catapultados hacia la libertad. El enfado causado por las injusticias sociales, la victimización y la desigualdad ha generado grandes movimientos y enormes cambios en la estructura social, y no la ira en sí, los que fueron constructivos y beneficiosos. (Pág. 135)

Toda la teoría de Hawkins constata la importancia de la conciencia en todo el quehacer humano; en opinión del investigador esta teoría confiere una base sólida e la construcción teórica sobre la Consciencia Espiritual en el fortalecimiento de los principios ideológicos, filosóficos y sociales para garantizar la Seguridad de la Nación.

A continuación, observaremos, del mapa de la conciencia con niveles calibrados en relación a los procesos específicos de la conciencia: emociones, percepciones, actitudes, punto de vista, creencias espirituales. 



Gráfico 2. Mapa de la conciencia de Hawkins

Fuente: (Hawkins, 2013, pág. 77)

El mapa de la conciencia desarrollado por Hawkins (2013) fue crucial para definir tanto la Consciencia en sí misma y la Consciencia Espiritual en el marco de la Seguridad de la Nación. Cada nivel de este mapa es clave para entender cómo los aspectos cognitiva y psicológicos de la Guerra Difusa, son usados por los enemigos de la patria venezolana para intentar inducir niveles bajos de conciencia para someter a su pueblo y cambiar el gobierno.

La teoría del exocerebro y la cultura en Roger Bartra

Ortega y Gasset (1893) en su obra, “El Tema de Nuestros Tiempo”, afirmó que la cultura es la vida misma y esencia de la humanidad. La Cultura es un sistema de ideas expresadas en el tiempo y en la historia. El filósofo afirma que “la cultura es un todo, sin la cultura no hay vida, no hay tiempo, no hay historia” (Pág. 180). Pensamiento inspirador porque de esta aseveración se respalda el estudio de las categorías de consciencia cultural, conciencia moral y conciencia espiritual relacionadas a esta investigación.

En el siglo XXI, se debate la relación entre conciencia y cultura, con posturas que señalan la evolución humana desde su desarrollo cerebral, como otras que afirman que dicha evolución se debe al hecho cultural.  A pesar de los avances en neurociencia, Roger Bartra (2014) sostiene que aún no se comprenden completamente los mecanismos neuronales que sustentan el pensamiento y la conciencia asociadas al hecho cultural, debido a la perspectiva materialista y positivista dominante. El autor cuestiona el reduccionismo biológico de la conciencia y la cultura, planteando preguntas sobre si la violencia, la corrupción, y la moralidad están determinadas por la bioquímica cerebral o si son fruto de la cultura.

Ahora bien, Roger Bartra (2014), critica a los neurobiólogos por centrarse únicamente en la estructura funcional del cerebro, ignorando la influencia de la cultura y las preguntas existenciales que el ser humano se plantea en relación con su vida, sufrimiento e historia. Mientras que los neurobiólogos limitan la evolución humana al proceso cerebral, corrientes antropológicas, sostienen que dicha evolución es resultado de la socialización y el impacto de la cultura. Razón por la cual el autor tras estudiar la neurociencia introduce el concepto de “prótesis cultural”, argumentando que la evolución del ser humano no se limita a factores biológicos internos, como el desarrollo cerebral, sino que también involucra aspectos culturales.

Mientras la neurobiología y la paleontología se centran en hallazgos fósiles y el desarrollo del cerebro, Roger Bartra (2014) enfatiza la importancia de la cultura en la evolución humana indicando que el desarrollo cerebral también se debe al hecho cultural proponiendo la teoría del exocerebro, teoría que sostiene que la evolución del cerebro, la conciencia y la razón ha sido impulsada por el hecho cultural.  El antropólogo argumenta que, en lugar de ser solo el cerebro el responsable de la conciencia, las adversidades externas generaron sufrimiento y estrés, lo que llevó al desarrollo de soluciones culturales. Así, el cerebro humano responde a desafíos mediante una "prótesis mental" que le permiten adaptarse y sobrevivir, superando sus propias limitaciones biológicas.

El exocerebro no es algo somático ni una entidad metafísica, sino según Bartra (2014) es una red cultural y social que complementa funciones cerebrales debilitadas. Esta prótesis se integra con el cerebro y el sistema nervioso, formando una unidad mente-cuerpo. Para enfrenar desafíos como cambios ambientales o necesidades básicas, los proto-humanos experimentaron sufrimiento que llevó al desarrollo de la consciencia. Esta teoría sostiene que, además de los sistemas cerebrales reptílico, límbico y neocórtex, está el "exocerebro" que actúa como un cuarto nivel extrasomático, abordando las disfunciones cerebrales y fomentando la consciencia cultural; como lo refiere en la siguiente cita de Bartra:

Yo quiero recuperar la imagen del exocerebro para aludir a los circuitos extrasomáticos de carácter simbólico. Se ha hablado de los diferentes sistemas cerebrales: el sistema reptílico, el sistema límbico y el neocórtex Creo que podemos agregar un cuarto nivel: el exocerebro. Para explicar y complementar la idea, me gustaría hacer aquí un paralelismo inspirado en la ingeniería biomédica que construye sistemas de sustitución sensorial para ciegos, sorda y otros discapacitados.8 La plasticidad neuronal permite que el cerebro se adapte y construya en diferentes áreas los circuitos que funcionan deficiencias. Si trasladamos al exocerebro este enfoque, podemos suponer que importantes deficiencias o carencias del sistema de codificación y clasificación, surgidas a raíz de un cambio ambiental o de mutaciones que afectan seriamente algunos sentidos (olfato, oído), auspician en ciertos homínidos su sustitución por la actividad de otras regiones cerebrales (áreas de Broca y Wernicke) estrechamente ligadas a sistemas culturales de codificación simbólica y lingüística. (Pág. 11)

La cita anterior señala que la actividad neuronal sustitutiva está íntimamente relacionada con la "prótesis cultural", como un sistema simbólico que reemplaza mecanismos deteriorados o deficientes cuando el entorno cambia drásticamente. Según esta teoría, ciertas áreas del cerebro tienen una dependencia genética del sistema simbólico de sustitución, que se transmite culturalmente. Bartra (2014) mantiene la idea que los seres humanos genéticamente, no pueden sobrevivir aislados y en completa dependencia de su entorno sin adaptar su entorno a sus necesidades.

Las investigaciones recientes Bartra (2014) asume los estudios neurocientíficos que han descubierto la plasticidad neuronal en los circuitos cerebrales que se han desarrollado de forma dependiente con el entorno social. Los estudios sobre el lenguaje muestran cómo las interacciones entre redes neuronales impulsan el aprendizaje y moldean los mapas cerebrales. Por ejemplo, a los niños sin un entorno social adecuado no llegan a desarrollar habilidades lingüísticas normales. Además, argumenta que la relación entre el cerebro y la conciencia indica que esta última no es un espacio cerrado, sino que está siempre en conexión con el exterior.

La teoría del “exocerebro” plantea un desafío significativo para la comprensión de la conciencia y su impacto en el comportamiento humano. La idea de que la Consciencia Espiritual puede ser vista como un pilar en la fundamentación ontológico de la Seguridad de la Nación está estrechamente unido al hecho cultural. Esto es porque la teoría del exocerebro lleva al investigador a comprender a la persona humana como un ser social consustanciado al hecho cultural, de ahí se contempla que toda estrategia en Seguridad de la Nación debe obligatoriamente contemplar la cultura para garantizar la sobrevivencia del Estado-Nación. 

A partir de la teoría de Bartra (2014), el investigador infiere la importancia de la consciencia cultural como una forma de conciencia estratégica para blindar las acciones que garanticen la Seguridad de la Nación. Esta conciencia estratégica surge históricamente como un instinto colectivo ante amenazas a su supervivencia. Es fundamental comprender que los métodos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa buscan desconectar a la conciencia social del “exocerebro” cultural, debilitando la cohesión social para generar conflictos. Sin embargo, la clave para derrotar al enemigo radica en reconectar al pueblo con la Conciencia Espiritual restaurando el arraigo e identidad nacional-

Según Bartra (2014), la conciencia es un fenómeno social y cultural limitado al ámbito humano y su entorno sosteniendo que la evolución humana no depende solo del cerebro, sino también de la cultura, formada por las dificultades ambientales que impulsan al ser humano a buscar formas de sobrevivir, almacenando estas experiencias en una memoria externa, el “exocerebro", que construye el hecho cultural. Este enfoque es clave para la investigación, ya que subraya el papel del hecho cultural como determinante esencial del ser humano, en consonancia con los objetivos del estudio.

Debido al vacío conceptual sobre la Conciencia Espiritual y los conflictos entre la antropología y la neurociencia, el investigador adoptó la teoría del exocerebro como base antropológica, integrándola con los estudios de Hawkins (2013). Desde la neurología, psiquiatría, psicología y filosofía, Hawkins otorga a la teoría del exocerebro la trascendencia necesaria para relacionarla con la Consciencia Espiritual como medio para superar la guerra en Venezuela. En este sentido, una cita de Hawkins respalda la coherencia entre la teoría del exocerebro y sus estudios, destacando su relevancia en el contexto investigado.

Al notar la universalidad de los patrones y los símbolos arquetípicos, Carl Jung acuño la frase “inconsciencia colectiva”, la cual refiere al pozo si fin del subconsciente de todas las experiencias compartidas por la raza humana. Podemos imaginarlo como una amplísima y escondida base de datos de la percepción humana, la cual se caracteriza por patrones de organización poderosos y universales. Este tipo de base de datos, abarca toda la información que ha estado disponible a la conciencia humana, e implica capacidades de penetrar en todo lo que se ha experimentado en cualquier lugar y en cualquier momento, la gran promesa de la base de datos es la disposición de “saber” virtualmente todo en el momento que se le pregunte. (Pág. 253)

Bartra, junto con Hawkins, proporciona una base para comprender la relevancia de la cultura en el contexto de la Seguridad de la Nación, mostrando cómo sus teorías pueden combinarse para ofrecer una visión integrada del desarrollo humano y espiritual, orientada a crear una cultura estratégica propia que garantice la Seguridad de la Nación. La cultura venezolana al estar vinculada a la Doctrina Bolivariana, debe ser, según el investigador, una cultura revolucionaria que dé respuesta al cambio generacional, como plantea Córdoba (2021) en su obra “Cultura y Conciencia Revolucionaria”, la cual se expone a continuación.

Víctor Córdoba Caña, cultura, consciencia revolucionaria

El Dr. Víctor Córdoba, en su libro "Cultura y Conciencia Revolucionaria" (2021), analiza el impacto de la cultura y la conciencia revolucionaria en la Venezuela contemporánea. El doctor, explora la construcción de un nuevo modelo de sociedad y cultura, destacando la necesidad de una reflexión sobre la transformación social y la creación de un socialismo bolivariano propio, que se ajuste a la realidad venezolana sin seguir modelos preestablecidos. La economía pre-petrolera, sustentada en la producción de cacao y café, moldeó la conciencia social y política de Venezuela arraigada a la tierra y a tradiciones forjadas por más de trecientos años de colonización, de algún u otro modo constituyeron la identidad del venezolano de hoy.

Es así, que las estructuras sociales producto del mestizaje con la fuerte influencia española, africana y aborigen hacen parte de lo que se puede llamar venezolanidad, con sus aspectos reactivos y proactivos que más allá del proceso colonizador y esclavista son elementos esenciales de la identidad del venezolano. Pero, según Cordova (2021) al iniciarse la producción petrolera se generó una fragmentación social producto de la alienación cultural impuesta por el modelo capitalista imperial. El problema está que esta alienación busca un implante cultural en detrimento a la identidad nacional. Por eso el autor subraya la importancia de superar la alienación cultural a través de una conciencia revolucionaria que promueve la cohesión social y el desarrollo integral.

Cabe considerar por otra parte, que Córdoba (2021) ofrece una visión integral y multifacética de la "conciencia revolucionaria", articulando cómo esta no solo sintetiza diversas formas de conciencia como la histórica, social y de clase, sino que también se adapta a los desafíos del siglo XXI... A través de un análisis, el investigador considero los conceptos de Conciencia Revolucionaria, Conciencia de Clase, Conciencia Falsa y Conciencia Cultural del autor en cuestión, por ser categorías asociadas al fenómeno de la Consciencia Espiritual en cuadradas en la Seguridad de la Nación; que a continuación se exponen.

Conciencia Revolucionaria:

La Conciencia Revolucionaria para Cordova (2021) es una modalidad que sintetiza otras formas de conciencia, como la conciencia histórica, conciencia social, conciencia ética y conciencia de clase. Esta conciencia no es estática, sino por el hecho de ser revolucionaria debe adaptarse a los cambios generacionales, históricos, sociales, tecnológicos y científicos. Además, hace referencia a la importancia de las políticas sociales como un espacio para la construcción de una nueva cultura, donde el "vivir viviendo" se presenta como una praxis que transforma la vida cotidiana. Este pensamiento coloca el concepto de cultura como una categoría dinámica que va evolucionado con el devenir del tiempo.

Al introduce la idea del "vivir viviendo" Córdoba (2021) la señala como una característica esencial de la cultura, interpretándolo “el vivir como cultura" (p. 80). Este concepto propone que el hecho mismo de vivir va transformando la subjetividad. Estos cambios en la percepción subrayan el poder de la conciencia para generar una nueva realidad social y cultural. El autor destaca que ese “vivir viviendo” en Venezuela se hace presente la coexistencia de modos de vida tradicionales, urbanos y posmodernos dando como síntesis una nueva cosmovisión cultural.

En el contexto del "vivir viviendo", la ubicación geográfica y la riqueza natural de Venezuela, junto con el capitalismo salvaje emergen como factores determinantes que afectan la vida del venezolano. Venezuela se convierte en un objetivo central de las ambiciones hegemónicas de las grandes transnacionales y los intereses geoestratégicos de Estados Unidos, que buscan controlar la globalización para sostener sus economías. Galeano (2010) critica el consumismo desenfrenado vinculado a la globalización, señalando que lleva a la ruina económica y a la degradación moral al promover contravalores propios del capitalismo salvaje.

Interpretando a Córdoba (2021), este “vivir viviendo” puede entenderse como un proceso de reconfiguración de la identidad cultural como parte de un proceso de “ósmosis cultural” en el contexto de la globalización y las influencias externas. Todo el marco teórico de la tesis ha permitido un análisis más profundo de cómo las transformaciones culturales tienen la capacidad de influir no solo en la estructura social, sino también en la subjetividad y la identidad de sus ciudadanos, que, de alguna manera, si no se toman medidas oportunas e inteligentes la nación será sometida de modo pasivo por los intereses transnacionales.

Relación con la Conciencia de Clase:

En relación con el análisis precedente, Córdoba (2021) sostiene que la conciencia revolucionaria debe trascender los intereses de clase, uniendo a trabajadores manuales, intelectuales y profesionales en una lucha común contra el poder burgués y el imperialismo. Esta visión representa una evolución de la conciencia de clase en el marco de la Seguridad de la Nación, sostenida por lo que se ha llamado el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, que busca unificar a la sociedad bajo valores que trascienden las divisiones tradicionales.

En opinión del investigador Este proceso evolutivo implica, tomar los aspectos positivos de la identidad cultural, desechando los negativos en torno a una programación educativa de moral cívica, ética bolivariana de justicia encaminada al bienestar social y el bien común. Parafraseando a Córdoba (2021), esa conciencia revolucionaria debe ser entendida no solo como una estrategia política, sino como una praxis ética que impulse a la sociedad hacia la equidad y la solidaridad en su lucha contra el poder burgués y el imperialismo, y tribute a la “Conciencia Estratégica Colectiva” para garantizar la Seguridad de la Nación.  

Crítica a la Conciencia Falsa.

La terminología de Conciencia Falsa en Córdoba (2021) retoma la idea marxista de que "la vida determina la conciencia" y destaca la importancia de basar la conciencia revolucionaria en la praxis concreta, evitando caer en la "conciencia falsa" impuesta por las ideologías dominantes. Esta falsa conciencia distorsiona la percepción de la realidad, como se ha visto en Venezuela cuando muchos de sus ciudadanos quedan atrapados con lo que se ha llamado el “sueño americano”. Para que la formación de esta conciencia sea efectiva la lucha revolucionaria debe enfocarse no solo en transformar las estructuras externas, sino también en liberar internamente a los individuos de las ataduras de la "falsa conciencia", hacia una libre autodeterminación personal.

La "conciencia falsa" puede entenderse como una forma de alienación, ejemplificada en conceptos como el sueño americano, que promueven ilusiones y emociones alejadas de la realidad; limitando la capacidad de percibir la realidad objetivamente, atrapando a las personas en patrones de pensamiento para lograr someter a los pueblos. Para superar este estado, según Córdoba (2021) es necesario que la conciencia revolucionaria desarrolle una praxis concreta destacada por la administración de justicia, el desarrollo socioeconómico sostenido. Este proceso de praxis al develar la conciencia falsa procura y activa al pueblo a luchar por la Seguridad de la Nación, porque ve con claridad los interese de patrón demoniaco dominador.

Cultura Revolucionaria:

Al introducir la noción de una "cultura revolucionaria” Córdoba (2021) indica un sendero que ayude la formación de la conciencia de las personas y de la comunidad, que, en clave, para esta investigación, es la formación de una Conciencia Estratégica Comunitaria que garantice la Seguridad de la Nación. El investigador interpreta la “cultura revolucionaria" como un proceso que busca elevar la conciencia de las masas, liberándolas de los niveles bajos de conciencia asociados a la alienación, a la cultura burguesa, al materialismo neoliberal y al egoísmo que busca el enriquecimiento en detrimento de las clases sociales más vulnerables.

 Es así, que, al interpretar a Córdoba (2021), la consciencia revolucionaria se comprende como una estrategia para elevar la conciencia colectiva hacía, a los niveles más altos, que propician el auto empoderamiento del pueblo sustentados por la justicia, la solidaridad, la verdad y la justa distribución de las riquezas que se producen el país.

La cultura revolucionaria actúa como un mecanismo clave para formar la conciencia colectiva, reeducando continuamente a la sociedad, promoviendo los valores de justicia social y equidad. Este proceso implica una reconfiguración de la identidad cultural, para quitar la máscara a la hegemonía neoliberal. ¿Cómo tributa este concepto a la Seguridad de la Nación? La Conciencia Revolucionaria activa en el colectivo la resiliencia social y la determinación de ser libres e independiente en un proceso de continua adaptación al devenir histórico garantizando la formación de una Conciencia Estratégica Colectiva capaz de garantizar la Seguridad de la Nación en pro de su supervivencia.

La conciencia ética y la teoría de sus niveles según Marciano Vidal.

A lo largo de esta tesis, se ha destacado que la ética surge como una categoría esencialmente ligada a la Consciencia Espiritual. Los teóricos analizados, como Roger Bartra, David Hawkins y Víctor Córdoba, han señalado la ética como un componente central en sus propuestas. Asimismo, como se observará al abordar la espiritualidad en el Libertador Simón Bolívar, él, en sus diversas cartas, une lo espiritual con lo moral. Sin más preámbulo, a continuación, se presentan los conceptos de Ética y Moral.

La Ética

La Ética proviene de los términos griegos "ethos" (costumbre) y "heta" (carácter), los cuales juntos aluden al carácter de las costumbres y al modo de ser. Según Vidal (1985), el concepto ha evolucionado, influenciado por el latín, donde se integró en el término "mores", relacionado con la conducta humana en el contexto familiar. En la Roma antigua, las costumbres estaban ligadas a la familia y al derecho, como muestra el "Pater Familias". El término "mores" pasó de lo habitual en la morada a una conexión con la conducta y la conciencia moral, estableciendo la ética como ley moral. (Cfr. Vidal 1985 Pág. 87)

Según Vidal (1985), la ética o filosofía moral se enfoca en explicar el fenómeno moral, distinguiendo entre el bien y el mal en la conciencia individual. Platón, citado por Vidal, sostiene que la conducta ética es universal y presente en todas las culturas, al ser inherente a la naturaleza humana. Tanto la antropología como las ciencias psicológicas muestran que todas las sociedades establecen normas que valoran ciertas acciones como dignas o reprobables. La ética, rama de la filosofía, estudia las normas del comportamiento humano desde una perspectiva axiológica, basada en la razón y la experiencia. A diferencia de la moral, que interpreta el fenómeno ético dentro de un contexto sociocultural específico, como la moral cristiana, islámica, bolivariana, entre otras.

Platón, citado por Vidal (1985), sostiene que lo bello y bueno surgen del amor como principio unificador que fundamenta la ética universal, basada en la unidad de la bondad, verdad y belleza, en relación con la razón humana y la experiencia. Aristóteles, por su parte, afirma que la felicidad, lograda a través de la virtud, es el fin último de la humanidad. Hegel diferencia entre moralidad subjetiva (voluntad de cumplir el deber) y objetiva (obediencia a la ley social). Vidal (1985) destaca la conexión entre ética y moral con lo que él califica como los niveles sociológicos, jurídicos y religiosos, y que esta investigación observo la relación estrecha con la teoría del “exocerebro” de Bartra. (Pág. 89)

Este estudio no busca profundizar en los conceptos de la ética y de la moral, sino comprender la relación entre la Conciencia Moral, la doctrina Militar Bolivariana, la Seguridad de la Nación con la Consciencia Espiritual; a continuación, se expondrán los niveles de la ética propuesta por Vidal (1985)

Nivel sociológico

El nivel sociológico de la ética, según Vidal (1985), se basa en datos cuantitativos como encuestas y estadísticas que reflejan la realidad moral en diferentes culturas, como el valor del honor en Japón y su relación con los suicidios juveniles. También se fundamenta en la antropología cultural, que analiza cómo las sociedades se ven a sí mismas a lo largo del tiempo, y en la psicología, con aportes como los de Freud sobre la sexualidad y Jung sobre la conciencia. Mientras que la sociología se enfoca en los "Juicios de Hechos", la ética aborda los "Juicios de Valor", para transforma los hechos sociales adversos a los valores universales. Por ejemplo: ¿Es moral la corrupción en los estamentos estructurales del Estado? ¿Es ético pedir a un Estado extranjero la invasión parra su propio país?

Nivel jurídico de la ética

El nivel jurídico, para Vidal (1985), es fundamental por ser parte de la configuración de las sociedades actuales, ya que la vida social se desarrolla mediante leyes que protegen, regulan y penalizan. Este orden jurídico establece la conciencia de lo "lícito" e "ilícito", y la ética se vincula al derecho a través de las interacciones entre individuos y objetos, considerándolas como hechos jurídicos. La ética desempeña una función desmitificadora del orden jurídico, cuestionando realidades legales en temas controvertidos Un ejemplo ilustrativo es la constitución de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela, donde se revisaron y actualizaron leyes para responder a las coyunturas sociopolíticas de la nación.

Nivel religioso de la ética

El Nivel Religioso es crucial porque moldea de manera decisiva las posturas éticas y la conducta tanto individual como social. Vidal (1985) afirma que las religiones como el cristianismo, el hinduismo, el budismo, el judaísmo y el islam influyen profundamente en el comportamiento de sus seguidores mediante sus visiones del mundo. Por ello, la ética en el ámbito religioso se denomina "Moral" o "Teología Ética", que examina el fenómeno religioso desde una perspectiva ética y estudiando los patrones de conducta basados en principios religiosos, esta tesis por tratar la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación lleva consigo una carga moral altamente significativa.

Siguiendo los hallazgos estadísticos de Altemeyer (2020), el ochenta y nueve, coma el cinco por ciento (89,5 %) de la población venezolana profesa la fe cristina distribuida en diferentes religiones. Este hecho evidencia la importancia del nivel religioso de la ética en la Seguridad de la Nación. Retomando el pensamiento de Vidal (1985), se puede afirmar que el venezolano posee una conciencia religiosa producto de la interpretación de la Consciencia Espiritual desde su cosmovisión cultural. Pero como se indicó en la situación problemática, esa conciencia es vulnerable porque es el objeto de las nuevas formas de guerra contemporáneas; razón por la cual es necesario implementar una praxis continua en la formación de la conciencia patria desde la Consciencia Espiritual.

En el contexto venezolano, contemplando a Vidal (1985), los comportamientos como la deserción, el eco-terrorismo, las guarimbas, narco tráfico y los grupos de delincuentes armados resultan de una educación deficiente que no ha podido conectar la conciencia de las personas involucradas en los compartimientos antes mencionados con los niveles religiosos, jurídico y sociológicos de la ética. Para superar el mal moral, es esencial formar la conciencia personal y colectiva considerando a la Consciencia Espiritual. La educación de la conciencia ética debe asumir el aspecto religioso como elemento constitutivo del ser humano, porque confiere trascendentalidad a los actos humanos

En este orden de ideas, el investigador toma el pensamiento de Simón Bolívar sobre la formación de la conciencia moral vinculada al sentir religioso. Bilovar (1828) expresó en su carta al cura Justiniano Gutiérrez en el año 1828 su interés por restablecer las órdenes monásticas, que, según él, jugaron un papel crucial en la civilización del país. Bolívar argumenta que estas órdenes no solo contrarrestan la propagación de principios destructivos, sino que también evitan la destrucción de la religión y de la sociedad, como ocurrió durante la Revolución Francesa. Su perspectiva subraya la importancia de la religión en la estabilidad moral y social; como aclara en su carta al cura Justiniano:

Tomo el mayor interés por el restablecimiento de la religión de las ordenes monásticas que tanto contribuyen a la civilización de este país y, y, lo que, es más, que trabajan incesantemente en impedir la propagación de los principios que nos están destruyendo y que al fin logran no sólo destruir la religión, sino los vivientes, como sucedió en la revolución de Francia.

El pensamiento de Bolívar sobre la moralidad cristiana y bolivariana cobra relevancia en el contexto de la Guerra Difusa actual. La formación y educación en estos principios son cruciales para enfrentar las amenazas que sufre Venezuela debido a las acciones de Estados Unidos. Se argumenta que Venezuela enfrenta dos grandes enemigos: uno externo, representado por las ambiciones imperiales, y otro interno, el vacío que genera la desconexión con la Consciencia Espiritual. Este enemigo interno es igual o incluso más peligroso que el externo, ya que puede llevar a la autodestrucción del país.

Juan Pablo II, la Religiosidad Popular y el sentir religioso del Libertador Simón Bolívar

La Religión

En esta sección se reflexiona sobre la Religiosidad Popular y el sentir religioso de Simón Bolívar, destacando la relación entre la Consciencia Espiritual y el hecho religioso como expresión de un contexto sociocultural determinado. El investigador aborda brevemente el concepto de religión para evitar redundancias y desviar el estudio hacia debates teológicos fuera del objeto de la tesis. No se busca analizar cuál religión es más adecuada para la Seguridad de la Nación, en respeto a la libertad de culto, sino explorar enfoques que contribuyan a la investigación, destacando la importancia de la religiosidad popular, según el Papa Juan Pablo II, y su vínculo con la Consciencia Espiritual en la Doctrina Bolivariana.

Hacia un concepto de religión.

Para comprender etimológicamente la religión, es esencial analizar las variantes del término que influyen en las reflexiones filosóficas y teológicas. La raíz más aceptada es "religió", del latín, que, en el siglo IV, según Lucio Cecilio Lactancio, se refiere a la "religación" o vínculo firme entre el hombre y Dios, así como su voluntad revelada. Según la *Enciclopedia Iberoamericana de la Religión* (Díez y García, 2002), Lactancio fusionó la fe cristiana con la piedad romana, describiendo la religión como las acciones que unen al ser humano con lo divino, expresado mediante el término "religare", donde el hombre debe servir y agradar a Dios.

El Diccionario de Filosofía de Brugger (1998) desafía las interpretaciones de Lactancio y de Díez y García sobre el término "religió", proponiendo en su lugar la noción de "relegare" (re-legare). Según Brugger, "relegare" implica un continuo revolverse en torno a algo que merece atención y dignidad, sugiriendo que la religión es un enfoque constante hacia lo valioso. Esta perspectiva contrasta con Lactancio, quien utilizaba "religare" (re-ligare) para describir la acción de unir al ser humano con el Ser, promoviendo una idea de unidad. Esta diferencia refleja las dificultades inherentes a definir el concepto de religión, similar a las distinciones filosóficas entre conciencia y consciencia.

Desde esta perspectiva, las acepciones etimológicas sitúan la religión en la esfera de la interioridad, el sentimiento humano y la devoción. Diez & García (2002) señalan que San Agustín, en "La ciudad de Dios", introduce el término griego “threskeía” para definir la religión, que al ser traducido al latín como “religió”, refuerza el concepto de una comunidad religiosa centrada en el Dios cristiano y la Iglesia. Este enfoque reemplaza la visión greco-romana con una judeocristiana jerarquizada. Tras la caída del Imperio Romano, dicha visión se expandió en Europa medieval, donde las comunidades eclesiales asumieron roles políticos y organizativos, consolidando a la Iglesia como autoridad política y garante del orden y la justicia.

Para una mejor compresión del término religión Díez y García (2002) argumentan que el vacío político tras la caída de Roma permitió que el término latino “pontem-facere”, que originalmente denotaba "hacer puentes", se asociara a la función de la religión como un nexo entre lo terreno y lo divino. La Iglesia adoptó esta concepción para ilustrar cómo la religión institucionalizada, mediante sacrificios, conecta a las realidades últimas del ser humano con el presente. Según su interpretación, el término se relaciona con los "nudos de paja" utilizados en la construcción de puentes, sugiriendo que el papel del pontífice, el Papa, o "hacedor de puentes", es esencial para facilitar esta conexión espiritual, como reza la siguiente cita:

“De acuerdo a estas investigaciones el término debe asociarse a la denominación más explícita de “nudos de paja”. Se trataría de unos enigmáticos nudos de paja que atados a las vigas de un puente hacían transitable su traspaso. De esta manera la religión permitiría vincular a través del sacrificio las realidades últimas del hombre con el presente, bajo la actividad particular de quien hace puentes, es decir el ministro, el pontem-facere o pontífice.” (Pág. 27)

Por otra parte, Duch (2001) en su obra "La Antropología de la Religión", critica tanto las definiciones clásicas como contemporáneas de la religión, argumentando que ninguna logra capturar plenamente la complejidad de los fenómenos religiosos. Según este autor, las diferentes posturas sobre el concepto de religión determinan arbitrariamente qué aspectos de la experiencia humana deben considerarse religiosos, excluyendo otros que, aunque lo son, no son aceptados por ciertas comunidades. Una definición justa de la religión debería reflejar una realidad universal. Para él, cada definición se enfoca en un segmento particular, sin abarcar la totalidad de hechos y experiencias que componen lo religioso, como señala en una de sus citas.

“La discusión crítica de las definiciones clásicas o de las actuales muestra que no hay ninguna que alcance de una manera adecuada los hechos de la religión. Mejor dicho: de la totalidad de los fenómenos sociales y humanos, cada definición establece como religioso un sector determinado al que asigna una naturaleza religiosa como consecuencia de una estipulación convencional no exenta de arbitrariedad.” (p.86)

Debido a la gran variedad de usos del término, es particularmente difícil proporcionar una definición completa de la religión o del fenómeno religioso. No obstante, se puede decir que, como fenómeno antropológico, incluye varios elementos como tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, textos sagrados, historia, mitología, fe y creencias, experiencias místicas, rituales, liturgias y oraciones. Lo relevante es que todos estos aspectos forman parte esencial del arraigo y la identidad de un colectivo específico e inspirados en Bartra (2014) se puede aseverar que hecho religioso es parte del “exocerebro”

Ahora bien, desde la perspectiva de Mircea (1979), en su estudio sobre la historia de las creencias religiosas, destaca que la promesa de salvación y trascendencia es central en las religiones, pues brinda seguridad y esperanza en tiempos de adversidad. A lo largo de la historia, se puede afirmar que la religión es una manifestación de la Conciencia Espiritual, trascendiendo lo metafísico para impactar en lo empírico, influyendo tanto en la moral como en los eventos históricos. Esto se evidencia en la relación entre lo espiritual y la guerra, donde se refleja la lucha entre el bien y el mal. Ejemplos de ello se observa en las religiones de origen abrahámico, donde las guerras adquieren un rol protagónico con la finalidad de proteger el bien.

A partir de la reflexión realizada, se considera que el aspecto religioso del ser humano surge del impulso de buscar una conexión con lo metafísico y la Divinidad. Desde una perspectiva sociológica, las religiones funcionan como un principio de cohesión social, proporcionando pertenencia y unidad. El investigador ve el fenómeno religioso una expresión de la Consciencia Espiritual que influye en el sentir popular que se hace determinante en la Seguridad de la Nación. Circunstancia que obliga una reflexión de la religiosidad popular como una práctica identitaria presente en la cultura venezolana.

La Religiosidad Popular

A partir de la reflexión sobre la religión, la religiosidad popular se presenta como una expresión de lo religioso, caracterizada por la libre autodeterminación en contraste con la estructura racional de las religiones oficiales. Esta forma de religiosidad se distingue por su carácter celebrativo, basado en la improvisación y la experiencia mistérica. El investigador adopta la perspectiva del Papa Juan Pablo II (1979), quien define la religiosidad popular como un rasgo fundamental del creyente cristiano, vinculando la fe con la identidad cultural de los pueblos. Este concepto es clave en el estudio de la conciencia espiritual, ya que se relaciona ontológicamente a la Seguridad de la Nación, conectándose con lo que el autor define como "Conciencia Estratégica Colectiva".

Parafraseando al Papa Juan Pablo II (1979), se puede afirmar que la religiosidad popular constituye un conjunto de valores que responde a las grandes preguntas de la existencia desde una perspectiva de sabiduría cristiana. Esta sapiencia católica se caracteriza por una combinación creativa de lo divino y lo humano, integrando elementos como Cristo, María, el Espíritu santo, como la Fe y la Patria. Este Humanismo Cristiano defiende la dignidad humana, fomenta la fraternidad y brinda alegría incluso en momentos de adversidad. Además, sirve como un principio de discernimiento para reconocer cuándo el Evangelio es auténticamente servido o distorsionado dentro de la Iglesia. En el documento de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México (1979), destaca que:

“La Religiosidad del pueblo, en su núcleo, es un acervo de valores que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia. La sapiencia popular católica tiene una capacidad de síntesis vital; así conlleva creadoramente lo divino y lo humano; Cristo, María, espíritu, y cuerpo; comunión e institución; persona y comunidad; Fe y Patria; inteligencia y afecto. Esa sabiduría es un Humanismo Cristiano que afirma radicalmente la dignidad de toda persona como hijo de Dios, establece una fraternidad fundamental, enseña a encontrar la naturaleza y a comprender el trabajo y proporciona las razones para la alegría y el humor, aun en medio de una vida muy dura. Esa sabiduría es también para el pueblo un principio de discernimiento, un instinto evangélico por el que capta espontáneamente cuando se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo se lo vacía y asfixia con otros intereses. (p. 428)”

Por ello, Juan Pablo II sostiene que la Religiosidad Popular representa una síntesis vital que integra categorías como Fe, Patria, persona y comunidad, dentro del marco del Humanismo Cristiano. La importancia de la Religiosidad Popular radica en su conexión con el espíritu humanista bolivariano del siglo XXI conectándolo con la Consciencia Espiritual.

En este contexto, es fundamental señalar que, aunque la religiosidad popular tiene sus raíces en la fe católica, su influencia abarca a toda la población venezolana, incluyendo a quienes no profesan esta religión, ya que es parte de una cultura e historia comunes. Este fenómeno es relevante porque el pueblo patriota, influenciado por su religiosidad, puede experimentar una unidad fortalecida o debilitada frente a amenazas a la soberanía nacional. La religiosidad popular también forma parte del exocerebro propuesto por Bartra (2014) y se integra y es parte constitutiva de la Consciencia Espiritual. La importancia de este fenómeno está en que bien canalizado puede convertirse en una herramienta para futuras políticas en la Seguridad de la Nación. 

El sentir espiritual y ético del Libertador Simón Bolívar

El hermano Nectario María (1996), en su obra “Tendencias religiosas de próceres de nuestra independencia”, recopila documentos que revelan la dimensión religiosa de Simón Bolívar. Estos textos destacan el carácter religioso y moral que impulsó a Bolívar a luchar por la independencia de la Patria Grande. Bolívar identifico el propósito de su existencia con los ideales de libertad y justicia. El investigador conecta el actuar de Bolívar con una formación clara de su conciencia, que, al unirse con la Consciencia Espiritual, le permitió identificar su propósito de vida en la lucha por la libertad.

Simón Bolívar, con su profundo sentido moral y religioso, se erige como el paradigma del patriota venezolano, identificando su ser con su entorno social. En opinión del investigador, Bolívar encarna al ser humano que está en camino hacia lo que Hawkins (2013) identifica como “homo espíritus”. Su entrega por la lucha de la independencia refleja un compromiso trascendental, donde su espiritualidad y moralidad guiaron cada paso en la lucha por un futuro mejor para su pueblo, consolidando así su legado como un modelo de patriota. En el ámbito de la religiosidad, el discurso pronunciado por Bolívar en Quito el 9 de octubre de 1826 revela su visión:

La religión es la Ley de la conciencia, toda ley sobre ella la anula, porque imponiendo la necesidad al deber, quita el mérito de la fe, que es la base de la religión. Los preceptos y los dogmas sagrados son útiles, luminosos y de videncia metafísica; todos deben profesarlos, más este deber es moral, no político.

Simón Bolívar, a pesar de provenir de una familia rica y poderosa, enfrentó circunstancias dolorosas que moldearon su conciencia moral. Este sufrimiento y la carencia afectiva, según el investigador, lo llevaron a buscar respuestas que dieran sentido a su vida, guiado por una creciente conciencia espiritual. A la luz de la teoría del exocerebro de Roger Bartra (2014) y la teoría de la conciencia de David Hawkins (2013), se puede afirmar que la adversidad y el dolor fueron elementos fundamentales en la evolución de la conciencia de Bolívar. El Libertador pudo haber sido un Boves o un poderoso esclavista, pero no lo fue gracias a la formación de su conciencia.

En este sentido es revelador, la visión espiritual del Libertador Simón Bolívar, porque fundamentada la moral en la doctrina cristiana. En diversos documentos históricos, como el Discurso al Congreso de Angostura de 1819, Bolívar integra su fe católica en la concepción de una moral que guía la conducta pública y privada; como se muestra a continuación:

El libro de los apóstoles, la moral de Jesús, la hora divina que nos ha enviado la providencia para mejorar a los hombres tan sublime, tan santa es un diluvio de fuego de Constantinopla, y el Asia entera ardiera en vivas llamas si este libro de paz se le impusiese repentinamente por el código de religión, de leyes y de costumbre Los principios morales y las acciones de los ciudadanos serán los libros de la virtud y del vicio. (Discurso al Congreso de Angostura por el Libertador Simón Bolívar- 15 de febrero de 1819).

Simón Bolívar no solo aboga por la necesidad de la religión, sino también por la formación moral del Patriota Republicano, especialmente para quienes tienen responsabilidades dentro de la República. En una carta dirigida a White en 1820, Bolívar subraya: "La educación forma al hombre moral, y para formar un legislador, ciertamente, debe educarse en una escuela de moral, justicia y leyes; sin moral republicana no puede haber gobierno libre" (s/p.). En este contexto, Bolívar también sostiene que la formación de la Conciencia Moral debe ser inspirada por expertos en espiritualidad, en lugar de ser impuesta. Este enfoque subraya la importancia de cultivar una ética cristiana, como reza la siguiente cita:

El ejemplo de los verdaderos discípulos de Jesús es el maestro más elocuente de su Divina moral, pero la Moral no se manda ni el que manda es maestro, ni la fuerza debe emplearse en dar concejos, Dios y sus ministros son las autoridades de la religión que obra por medios y órganos exclusivamente espirituales. (Bolívar, 1820 citado por Nectario 1996) (Pág. 26)

En la segunda parte de su obra “Metafísica de las costumbres”, Kant (1797) afirma que la felicidad es una consecuencia del cumplimiento de la obligación donde la ley precede al placer para que la persona pueda experimentar la verdadera felicidad. Frankl (1986) sostiene que la verdadera felicidad no reside en el deseo de poder o placer, sino en la búsqueda de sentido. Muchas personas, al no tener claras sus necesidades reales, buscan satisfacer sus deseos egoístas en detrimento del bien común. El Libertador Simón Bolívar, consciente de esta realidad, declaró: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, en contraste de aquellos venezolanos de conciencia dormida pidiendo una invasión militar contra Venezuela

Pérez Arcay (2012), señala que el presidente Hugo Chávez, asocia el modelo del "Cristo Redentor" con el nuevo ideal de la Revolución Bolivariana, destacando a Jesucristo como una figura de espiritualidad popular auténtica y liberadora. Para Chávez, Jesucristo representa una religión pura, inclusiva y universal, que influye profundamente en el pensamiento revolucionario. Como lo afirma Chávez, citado por Pérez Arcay (2012): “La Persona y la Doctrina de Jesucristo esta la religión pura, donde yacen las fuerzas originarias de una espiritualidad popular, autentica, incluyente y universal, es así que se establece una Religión liberadora y sin límites.” (Pág. 125.)

En resumen, el hecho religioso es parte de la Doctrina Bolivariana y por consecuencia debe ser parte de todas las políticas de Estado y sobre todo de toda la praxis para garantizar la Seguridad de la nación; si un pueblo no está motivado espiritualmente para defender a su patria no podrá luchar con asertividad. Actualmente Afganistán, Irán y Palestina lo están demostrando.

Marco jurídico.

La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, Paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional. El principio de la corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económicos, social, político, cultural, geográfico, ambiental, y militar

Ley Constitucional de la FANB 2020, establece:

El Artículo 1 de la Ley Constitucional de la FANB subraya los valores fundamentales que deben guiar la conciencia del militar venezolano. Entre ellos se destacan el valor de la historia nacional, reflejado en la resistencia de los aborígenes frente al dominio imperial, y el amor por la libertad. También se exaltan la abnegación y el servicio a la patria, inspirados en los libertadores que lucharon por una nación libre y soberana, y el carácter incluyente y anti-oligárquico de la Guerra Federal. Estos valores, junto con los principios éticos y morales de la Doctrina Bolivariana, establecen las bases para la formación del militar venezolano, orientando la organización y funcionamiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana dentro del marco de corresponsabilidad entre el Estado y el Pueblo, asegurando la defensa del Estado y la preservación de la Constitucional, como se puede verificar textualmente:

La presente Ley Constitucional, en reconocimiento de la realidad histórica de la institución militar bolivariana con génesis en el  nuestros aborígenes, la hazaña revolucionaria independentista de nuestros Libertadores, el carácter anti oligárquico de la gesta de la Federación y el mandato constitucional que instituye la doctrina bolivariana como fuente inspiradora de los valores éticos y morales, tiene como objeto establecer los principios y las disposiciones que rigen la organización, funcionamiento, integración y administración de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, dentro del marco de la corresponsabilidad entre el Estado y el Pueblo, como fundamento de la Seguridad de la Nación consecuente con los fines supremos de preservar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la República. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es la institución que en forma permanente garantiza la defensa militar del Estado.

El Artículo 22 de la Ley Constitucional de la FANB 2020 subraya la importancia del bienestar social del militar venezolano, destacando su papel como combatiente. El artículo organiza la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en varias estructuras incluyendo, el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, el Comando Estratégico Operacional, y los distintos componentes militares como el Ejército, la Armada, la Aviación, la Guardia Nacional, y la Milicia Bolivariana. Además, se establece un régimen de seguridad social integral propio para asegurar el bienestar de los militares, tal como se especifica en su ley orgánica, garantizando así el cumplimiento de su misión de manera eficaz y coordinada, como reza a continuación:

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana está organizada de la siguiente manera: la Comandancia en Jefe, el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, el Comando Estratégico Operacional, los Componentes: Ejército Bolivariano, Armada Bolivariana, Aviación Militar Bolivariana, Guardia Nacional Bolivariana, la Milicia Bolivariana como componente especial, las Regiones Estratégicas de Defensa Integral y los diferentes escalones operativos del Sistema Defensivo Territorial, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo contemplado en su respectiva ley orgánica. Comandante

 Sistema Defensivo Territorial

El sistema defensivo territorial adquiere relevancia jurídica en este estudio al vincular la defensa integral con la educación militar y la responsabilidad de las autoridades militares para hacer cumplir estas obligaciones, alineadas con la cultura como fuente de identidad. Esto es crucial para el combatiente bolivariano, ya que le proporciona una base sólida para comprender el propósito del servicio a la patria. Los artículos 52 y 53 del Sistema Defensivo Territorial, junto con el Artículo 158 sobre Educación Militar, refuerzan esta conexión, describiendo cómo las estructuras y métodos del sistema defensivo, como las REDI, ZODI y ADI, se integran para asegurar la defensa integral de la Nación en sus respectivos espacios geográficos, conforme a lo establecido por la ley y bajo la dirección del presidente y Comandante en Jefe de la FANB.

El Artículo 53 define a la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) como una agrupación territorial de fuerzas y medios en áreas del territorio nacional con características geoestratégicas, basadas en la concepción estratégica defensiva nacional. Su propósito es planificar, conducir y ejecutar operaciones de defensa integral para garantizar la independencia, soberanía, seguridad, e integridad del espacio geográfico, así como el desarrollo nacional. Además, en concordancia con el Artículo 10 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación de 2014, que subraya la importancia del patrimonio cultural y el sistema educativo para preservar la identidad nacional, las REDI, junto con las ZODI, ADI y ODDI, tienen la responsabilidad de cooperar en la formación de la conciencia ética del militar.

A su vez, la misión antes mencionada está relacionada con el Artículo 158 de la Educación Militar, que la define como parte integral del Sistema Educativo Nacional. Su propósito es difundir doctrinas, valores históricos, y las funciones y estructuras necesarias para armonizar y unificar las políticas de Estado en defensa de la Nación. Los artículos mencionados son relevantes para esta investigación, ya que el sector defensa y militar no está exento de cumplir y promover el concepto de conciencia ética militar venezolana, lo que fortalece la identidad nacional en el marco de la seguridad de la nación.

Ley Orgánica para la Seguridad de la Nación (2014)

Otra norma esencial para este trabajo es la Ley Orgánica para la Seguridad de la Nación, la cual en su Artículo 2 establece que la seguridad de la Nación se fundamenta en el desarrollo integral, abarcando los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico y ambiental. Estos aspectos están intrínsecamente ligados a los principios y valores que deben guiar la formación de la conciencia moral y espiritual, con el fin de garantizar la seguridad de la Nación. Según el Artículo 2, esta seguridad es la condición que asegura el ejercicio de los derechos y garantías en todos los ámbitos mencionados, proyectándose de manera generacional dentro de un sistema democrático, libre de amenazas a la soberanía y la integridad territorial, tal cual reza la cita del Artículo Nro. 2:

La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo integral, y es la condición, estado o situación que garantiza el goce y el ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar de los principios y valores constitucionales por la población, las instituciones y cada una de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la integridad de su territorio y demás espacios geográficos.

El Artículo 5 introduce el principio constitucional de la corresponsabilidad, vinculándolo a los siete ámbitos que deben cubrir la defensa nacional, la seguridad de la nación, el orden interno y el desarrollo integral. Entre estos ámbitos, el cultural es fundamental para este estudio, ya que está estrechamente ligado a la identidad y al sentido de pertenencia. Según el artículo, tanto el Estado como la sociedad comparten la responsabilidad en la seguridad y defensa integral de la Nación. Las actividades realizadas en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar deben estar orientadas a garantizar la satisfacción de los intereses y objetivos nacionales establecidos en la Constitución y las leyes, como se cita a continuación:

El Estado y la sociedad son corresponsables en materia de seguridad y defensa integral de la Nación, y las distintas actividades que realicen en los ámbitos económicos, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, estarán dirigidas a garantizar la satisfacción de los intereses y objetivos nacionales plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes.

El Artículo 10 es crucial, ya que conecta directamente la Seguridad de la Nación con la educación, destacando su rol como garante de la preservación de la cultura y la identidad nacional dentro del marco de la seguridad Nación. Este artículo subraya que el patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, debe ser desarrollado y protegido a través de un sistema educativo y de difusión. Este sistema es entendido como una manifestación de la actividad humana que, por sus valores, sirve de testimonio y fuente de conocimiento, siendo esencial para la conservación de la cultura, las tradiciones y la identidad nacional, como se evidencia a continuación:

El patrimonio cultural, material e inmaterial, será desarrollado y protegido mediante un sistema educativo y de difusión del mismo, entendido éste como manifestación de la actividad humana que por sus valores sirven de testimonio y fuente de conocimiento, esencial para la preservación de la cultura, tradición e identidad nacional.

 Ley Orgánica de Educación

En la Ley Orgánica de Educación (2009) establecen los fines de la educación en Venezuela. Se dice que la educación tiene como fin promover los principios y valores presentes en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela como lo presenta en su Artículo 15:

La educación, conforme a los principios y valores de la Constitución de la República y de la presente Ley, tiene como fines: 1. Desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad y ciudadanía, en una sociedad democrática basada en la valoración ética y social del trabajo liberador y en la participación activa, consciente, protagónica, responsable y solidaria, comprometida con los procesos de transformación social y consustanciada con los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, con los valores de la identidad local, regional, nacional, con una visión indígena, afro descendiente, latinoamericana, caribeña y universal.

En este artículo reseñado hace énfasis en desarrollar el potencial creativo de las venezolanas y venezolanos para que puedan ejercer plenamente sus derechos y deberes, como miembros de la República Bolivariana de Venezuela, pero para lograr esta condición, es necesario poseer plena conciencia de su identificación con los elementos que conforman la venezolanidad y la identidad nacional

Ley Orgánica de Cultura Decreto con Rango, Valor y fuerza (2014):

Esta Ley tiene por objeto desarrollar los principios rectores, deberes, garantías y derechos culturales, establecidos en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como en los tratados internacionales suscritos y ratificados por la República, mediante esta ley el Estado reconoce la existencia de una identidad nacional en su diversidad cultural y étnica, respetando la interculturalidad, bajo el principio de la igualdad de culturas. Esta ley se vincula a la investigación porque el patrimonio cultural forma parte de este concepto como característica que identifica de la conciencia individual y colectica del venezolano.

Plan de la Patria (2019-2025)

 

EL MÉTODO

Por la naturaleza del objeto de estudio de esta investigación se adoptó el método cualitativo propuesto por José Ruiz Olabuénaga (1999). La metódica cualitativa busca comprender la realidad desde una perspectiva interpretativa y personal, necesaria para estudiar el fenómeno de la Consciencia Espiritual, que en esta tesis está vinculada a categorías como cultura, emociones, religiosidad y moral, todas ellas pertenecientes a las ciencias sociales, filosóficas y teológicas que ameritan el método cualitativo. Desde un enfoque positivista es obligatorio un instrumento validado científicamente para medir los fenómenos, pero aquí no es prioritario medir, sino más bien, interpretar.

En atención a la problémica expuesta, se resalta que el marco teórico, de la tesis doctoral, está orientado hacia los efectos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa dentro del rango emocional y espiritual, de esta circunstancia surge la pregunta: ¿Cómo se puede estudiar a la Consciencia Espiritual y su relación con la Seguridad de la Nación? Desde el punto de vista cualitativo propuesto por Ruiz (1989), el camino está en interpretar, comprender, describir y observar. Por todo lo expuesto, la investigación adoptó el método cualitativo, estructurado por el paradigma, el enfoque, el método, el proceso y fases, para concluir con el informe final.

Paradigma de investigación.

Esta investigación fue construida desde el paradigma teórico interpretativo o hermenéutico, con el objetivo de definir lineamientos teórico-filosóficos sobre la Conciencia Espiritual como fundamento ontológico-estratégico en la definición de la Seguridad de la Nación en el Proceso Bolivariano frente a la guerra difusa que enfrenta Venezuela. Para ello, se estudió el fenómeno a partir de la relación entre consciencia y conciencia, adoptando el enfoque interpretativo para comprender y abordar las complejidades inherentes a la Seguridad Nación por ser un camino más claro y necesario por la misma naturaleza del estudio.

Para entender lo que implica un paradigma de investigación, es esencial referirse al concepto propuesto por Kuhn (1962), quien sostiene que la ciencia, la política y la historia están influenciadas por un conjunto de ideas vinculadas a un momento histórico específico y a la estructura de un modelo de conocimiento. Cuando este modelo es reemplazado por un nuevo modelo, se produce una crisis o revolución que permite el nacimiento de una nueva visión en la evolución del conocimiento. Un ejemplo de esto es el cambio de la teoría geocéntrica a la heliocéntrica de Copérnico. Para Kuhn, los paradigmas no solo abarcan creencias científicas, sino también elementos religiosos, sociales, estéticos y filosóficos propios del contexto.

En este oren de ideas, Gadamer (1995) intentó demostrar cómo la hermenéutica, indica no sólo el procedimiento de algunas ciencias, o el problema de una recta interpretación de lo comprendido. Esto porque según el autor la comprensión es el carácter ontológico originario de la vida humana que deja su impresión en todas las relaciones del hombre con el mundo, pues el comprender no es una de las posibles actitudes del sujeto, sino el modo de ser de la existencia como tal. La interpretación siempre estará influida por nuestra condición de seres históricos: con nuestro modo de ver, con nuestras actitudes y conceptos ligados a la lengua, con valores, normas culturales y estilos de pensamiento y de vida.

Por su parte, Ruiz (1999) describe la hermenéutica como una investigación orientada a interpretar fenómenos desde perspectivas holísticas, abriéndose al entendimiento y a los sentimientos que emergen en relación con el objeto de estudio. Los investigadores se enfocan en las generalidades, interactuando con lo simbólico a través de una comprensión subjetiva, buscando también entender las percepciones de las personas sobre símbolos y objetos. Bajo estas consideraciones, la tesis fue enmarcada en el paradigma teórico-interpretativo, tal como se argumentó en los párrafos anteriores.

 Descripción de la Unidad de Estudio

La investigación considera la Conciencia Espiritual como un objeto clave en la guerra contemporánea, abordándola desde perspectivas filosóficas, teológicas, sociológicas y éticas. Basándose en Ruiz (1989), el estudio al adoptar el enfoque cualitativo utilizó teorías como puntos de partida para generar conocimiento, sin considerarlas definitivas. El proceso se inició con pistas interpretativas que guiaron la recolección de datos, reconociendo que cada situación es un "universal concreto", es decir, un fenómeno único producto de la interacción de diversos factores. El objetivo principal es descubrir y reconstruir significados dentro de un contexto específico, utilizando estas claves interpretativas para lograrlo.

El objeto de estudio de esta tesis doctoral identificó como claves iniciales un marco categorial que incluye el Concepto Estratégico Militar y la Seguridad de la Nación, vinculado a la perspectiva antropológica de Roger Bartra (2014) y su teoría de la cultura como exocerebro. Además, se integraron las claves sociológicas de la teoría de la cultura y la conciencia revolucionaria de Víctor Córdoba (2021), la teoría de los niveles de conciencia de David Hawkins (2011), y las claves de la teología moral de Marciano Vidal (1989) sobre los niveles de la ética. En cuanto a la dimensión religiosa y espiritual, se destacó el pensamiento de Juan Pablo II sobre la religiosidad popular, los escritos del Libertador Simón Bolívar y las reflexiones del hermano Nectario María sobre la religiosidad de Bolívar.

La investigación dentro del paradigma teórico-interpretativo analizó la información, siguiendo la idea de Ruiz (1999), donde los estudios cualitativos deben ser interpretados en un contexto específico. Para ello, se ejecutaron cinco entrevistas en profundidad con el propósito de conectar el objeto de estudio a la realidad de la República Bolivariana de Venezuela, aplicando una acción hermenéutica continua. La investigación vinculó el marco categorial y claves interpretativas con la Seguridad de la Nación, utilizando una matriz categorial entre teorías, entrevistas y los elementos cognitivos de la Guerra Difusa. Finalmente, se construyó una tabla de datos para analizar los conceptos y desarrollar la definición de la Consciencia Espiritual en el marco de la Seguridad de la Nación.

El diseño

 

APORTE TEÓRICO

La Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante y la Consciencia:

En este orden de ideas, se entiende por Consciencia Espiritual como la “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, la cual por ser una propiedad del “Ser” como esencia, es Potencia y al actuar, emana y se expande por toda la creación, es decir por todo el multiverso, confiriendo a todo lo creado la potestad de evolucionar, dicha evolución está presente en la Consciencia misma del “Ser” transferida energéticamente a todo lo que existe. La Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante se entiende como la esencia o potencia del “Ser” que, como la monada de Leibniz, es una sustancia indivisible, que para el autor está en continua expansión y creación sin menoscabar su indivisibilidad. Esta Potestad es una forma de energía capaz de autoderminarse en plena libertad confiriendo a todo lo creado por ella su misma potencialidad. Es importante aclarar que la potencialidad dada a la creación tiene su máxima expresión en la consciencia humana, que todavía está condicionada al ego como instinto de supervivencia condicionando y limitando la potencialidad y actuación del ser humano. 

Conciencia.

La conciencia se entiende con la capacidad de discernir entre lo agradable y desagradable, entre lo injusto y lo justo, entre el mal moral y el bien moral. La conciencia emana de la ““Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante” pero que al llegar al ser humano viene condicionada y limitada por el ego y la cosmovisión personal y colectiva. La conciencia amerita ser formada porque está vinculada a la capacidad de discernimiento que lleva al ser humano a emitir juicios de valor. Si la capacidad de discernimiento viene afectada por una condición cultural, educativa o ideológica podría arrastra a todo un pueblo hacia el mal y la autodestrucción.

Unidos al párrafo anterior, un ejemplo de lo antes mencionado esta la Alemania Nazi o en el actual Estado de Israel. En ambos ejemplos, se contempla como los órganos del Estado y la población civil promueven delitos de lesa humanidad como si fueran un bien moral, la conciencia formada indica dese el discernimiento, que para que algo sea bueno, justo y verdadero debe promover a la vida, al bien común y a la libre autodeterminación del individuo y del colectivo. La conciencia bien formada, consustanciada con la cultura y con el derecho nacional e internacional se convierte en una herramienta que promueve la cohesión social, el entendimiento y el dialogo.

Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante

En el contexto de la guerra difusa y la seguridad de la nación, la ética y la moral se integran en un concepto que podríamos denominar "Conciencia. Estratégica Colectiva” (CEC) Esta conciencia representa una facultad esencial que surge de la autoconciencia individual y colectiva, guiada por el raciocinio y la razón práctica, y se fortalece a través de la interacción con el entorno cultural, social e histórico. La "Conciencia Estratégica Colectiva” (CEC) permite la distinción clara entre el bien y el mal moral, orientando la toma de decisiones en situaciones de amenaza. Al integrar valores éticos y morales en las estrategias de Seguridad Nación, este concepto no solo permite responder eficazmente a los desafíos de todo acto de agresión, sino también anticipar y neutralizar amenazas ideológicas y culturales que buscan desestabilizar la cohesión social y los principios fundamentales de la nación.

Es este orden de ideas, por ejemplo, en el contexto de la Guerra Difusa, un comandante militar que enfrenta la decisión de atacar un objetivo sospechoso por albergar presuntamente combatientes enemigos, debe ejercer su Conciencia Estratégica Colectiva para evaluar no solo la efectividad táctica del ataque, sino también las implicaciones éticas y morales. Supongamos que el objetivo se encuentra en una zona densamente poblada por civiles. Aquí, la conciencia moral del comandante, influenciada por sus principios éticos y posiblemente por su fe religiosa, lo lleva a cuestionar si el daño colateral justificará el beneficio estratégico. Decidir no atacar para evitar la pérdida de vidas inocentes, aun cuando el objetivo es de alto valor, refleja una conciencia colectiva que prioriza la justicia y la ética sobre la mera efectividad militar, demostrando cómo la moralidad y la fe pueden influir en las decisiones estratégicas en escenarios complejos.

Espiritualidad:

La espiritualidad, entendida como una manifestación de la Consciencia Espiritual, integra lo individual y lo colectivo en la búsqueda de lo trascendental, juega un papel crucial en la Seguridad de la Nación. Según las diferentes teorías del espíritu, esta dimensión espiritual actúa como un agente unificador, que no solo forja la identidad y la cohesión social, sino que también establece un marco ético y moral esencial para la autodeterminación tanto personal como colectivo. En este contexto, la espiritualidad fortalece la resiliencia nacional al promover valores compartidos y un sentido de propósito colectivo, ambos fundamentales para la estabilidad y la Seguridad de la Nación.

Para contrarrestar la Guerra Difusa en el contexto de la Seguridad de la Nación, es fundamental promover una espiritualidad arraigada en la consciencia colectiva que fortalezca los valores éticos y morales de la sociedad. Por ejemplo, al reconocer el llamado divino y la importancia de una conexión trascendental, se puede incentivar un sentido de propósito superior entre los ciudadanos y el personal militar. Este sentido de propósito no solo se manifiesta en la adherencia a creencias religiosas, como en el cristianismo o el catolicismo, sino también en la búsqueda de un bien común que trascienda los intereses individuales. Al fomentar esta espiritualidad, se construye una defensa sólida contra las amenazas que buscan desestabilizar la identidad y los valores nacionales, ya que un pueblo consciente de su conexión con lo trascendental y su propósito compartido está mejor preparado para resistir la influencia de todas las agresiones posibles.

Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación: 

Para el investigador, la Consciencia Espiritual en el contexto de la Seguridad de la Nación se basa en la idea de que esta consciencia actúa como un catalizador para la cohesión social y la estabilidad, al integrar valores y principios que trascienden lo material. La Consciencia espiritual, influenciada por sistemas de creencias y cosmovisiones culturales, permite a los individuos y a la sociedad en su conjunto interpretar la realidad objetiva de manera que prioriza el bien común y la trascendencia sobre los intereses individuales y materiales. Este tipo de conciencia fomenta un sentido de propósito colectivo que fortalece la identidad nacional y la resiliencia frente a amenazas como la Guerra Difusa. Al promover una espiritualidad que valore la verdad, la unidad, y la conexión con lo trascendental, la nación se equipa con una fortaleza interna que es esencial para mantener su seguridad y estabilidad en tiempos de crisis.

La Consciencia Espiritual se define como una faceta de la Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, que va más allá de lo tangible y se vincula subjetivamente la realidad objetiva; es decir el sujeto, ya sea colectivo o individual es quien interpreta la realidad objetiva con toda su carga histórico cultural. Esta dimensión espiritual es moldeada por las creencias, religiones y mitologías que forman parte de una cosmovisión cultural específica. Busca explorar y entender los aspectos profundos de la existencia humana, como el propósito de la vida, la muerte, los conflictos, la paz y la eternidad, desde un enfoque particular.

Esta Conciencia Espiritual se enraíza en la fe y los valores de un individuo o grupo, guiándolos a comprender su mundo interior según su formación. Prioriza el desarrollo de principios y valores que fortalecen la fuerza interior, colocando lo espiritual por encima de lo material. Es un camino hacia la trascendencia basado en el amor, la bondad, la verdad, y la unidad. En el contexto de la Seguridad de la Nación, un ejemplo práctico sería la preparación del Combatiente Bolivariano, donde la conciencia espiritual se cultiva para fortalecer su valor, coraje y devoción, ayudándolos a enfrentar situaciones extremas minimizando el miedo a la muerte, y a la actuación con firmeza y ética en defensa del país.

 La Consciencia Espiritual se sitúa en un nivel superior a las otras formas de conciencia ejerciendo una influencia significativa sobre la conciencia moral y social. Esta conexión con lo trascendental, enraizada en diversas doctrinas de fe, cultiva principios y valores que guían la toma de decisiones. Este enfoque se manifiesta en la religiosidad popular promovida por el Papa Juan Pablo II, quien destaca su importancia como un factor crucial para la Seguridad de la Nación, ya que posiciona a la Patria como un valor fundamental para la auto realización tanto personal como colectiva.

Espiritualidad bolivariana:

La Espiritualidad Bolivariana se entiende como una manifestación de la “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante” vinculada y delimitada con el sentido de existencia y trascendencia que Simón Bolívar; integró en su visión de la libertad y la justicia. Esta espiritualidad no solo se articula en términos religiosos, sino que también se enraíza en una ética revolucionaria que busca transformar la sociedad y fortalecer la nación a través de principios morales y espirituales. La Espiritualidad Bolivariana es uno de los elementos constituyente de la cultura venezolana entendida como “prótesis cultural” o “exocerebro” que ha condicionado la cosmovisión del venezolano desde la independencia de la nación.

La Espiritualidad Bolivariana posee el talante promotor de alcanzar la trascendencia a través de los actos de justicia, libertad, solidaridad, resiliencia y abnegación en función de la Patria como valor social. Por otra parte, la Espiritualidad Bolivariana integra el hecho religioso como un principio que debe guiar a la conciencia desde un enfoque cristiano, sin imponerla sino como ideal ético para la vida republicana; interpretando el cristianismo como una "religión liberadora", que busca superar las limitaciones impuestas por la cultura capitalista y promover una ética social basada en la dignidad humana. Además, esta espiritualidad debe dar respuesta a los cambios generacionales producto del devenir histórico.

En el contexto de la Seguridad de la Nación, la Espiritualidad Bolivariana es parte esencial de la “Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante”. Facilitando respuestas a los desafíos de la globalización y la Guerra Difusa. Esta espiritualidad es una fuerza transformadora que integra aspectos religiosos, éticos y morales en la construcción de una sociedad justa y equitativa. Al incorporar estos principios en la Seguridad de la Nación y la praxis revolucionaria, ofrece una guía valiosa para enfrentar los desafíos contemporáneos y fomentar una identidad cultural sólida y cohesionada. Esta teoría puede servir como un marco para explorar cómo la espiritualidad y los valores éticos bolivarianos pueden influir en la formación de políticas y estrategias para la Seguridad de la Nación y el desarrollo social en el contexto actual.

CONSIDERACIONES FINALES

La creación de una teoría interpretativa, según Ruíz (1999), se origina a partir de las conclusiones extraídas de una investigación que se fundamenta en el análisis del entorno social y del objeto de estudio. En el contexto de esta investigación, se llevó a cabo un análisis matricial entre los referentes teóricos y las perspectivas de los informantes clave. Es decir, la teoría que emerge de este estudio se forjó después de recopilar información y ahondar en las experiencias compartidas con los informantes clave. Este proceso esta seguido de una reflexión profunda, comprensiva y gradualmente enfocada hacia una mayor especificidad. El objetivo final es la generación de una teoría de base interpretativa o crítica, conforme a la posición y perspectiva del investigador.

   Consciencia Espiritual y Seguridad de la Nación.

De acuerdo con el párrafo anterior, la Consciencia Espiritual es la esencia, del Ser. Desde la perspectiva cristiana católica, el Ser, es decir, Dios, creó y dotó a la creación y de modo especial a la persona humana de un espíritu individual con la potencialidad creadora y potestad evolutiva. Esto implica que todo lo creado está en constante evolución y expansión, ya que Dios mismo está en evolución continua. Toda criatura posee un espíritu que, mediante la libre autodeterminación, tiene un poder creador evolutivo. Este poder es definido por el investigador como “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, y es la que otorga la autodeterminación necesaria para la realización individual, social y nacional

Guerra Cognitiva espiritualidad Bolivariana

Los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Difusa están focalizados en crear y potenciar aquellas emociones y sensaciones para subvertir el orden interno y lograr de someter a todo un pueblo. Entre las emociones y sensaciones consideradas por las diferentes teorías de la guerra para influir en la conciencia están: la vergüenza de ser venezolano, la vergüenza de ser afrodescendiente, la vergüenza de ser latinoamericano. La culpa por ser responsables de todos los sufrimientos vividos por las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos de Norte América, la culpa por la pobreza, la culpa por la delincuencia organizada, la culpa por el narcotráfico internacional.

BIBLIOGRAFÍA

[El Universal]. (19 de Enero de 2021). [video], You Tube: https://www.youtube.com/watch?v=sA_n3rZoGF0.

Acosta, V. (2017). El mounstruo y sus entrañas. Caracas: Monte Avila.

Altemeyer, F. (19 de Agosto de 2020). Consolata América. Obtenido de https://www.consolataamerica.org/es/la-iglesia-catolica-en-venezuela/

Bartra, R. (2014). Antropología del cerebro, conciencia - cultura y libre albeldrío. Mexico: Fondo de Cultura Económica.

Bolívar, S. (26 de Diciembre de 1828). Archivo General de la Nación. Obtenido de https://archivodellibertador.gob.ve/archlib/web/index.php/site/documento?id=524

Brugger, W. (1988). Diccionario de Filosofía. Barcelona: Herder.

Comando Estratégico Operacional. (2019). Concepto Estratégico Militar. Caracas: Geografía y Cartografía de las FANB.

Comby, J. (1991). La historia de la iglesia. Navarra: Verbo Divino.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Caracas: Impresa por Pdvsa.

Cordova, V. (2021). Cultura y conciencia revolucionaria hoy. Caracas: UNEXCA.

Diez, F., & Garcia, F. (2002). Enciclopedia hiberoamericana de la religión. Madrid: Trotta.

Duch, L. (2001). Antropología de la religión. Madrid: Herder.

Dussel, E. (1996). Filosofia de la Liberación (Primera edición 1977 ed.). Bogotá: Nueva América.

Dussel, E. (2015). Filosofia del Sur, Descolonización y transmodernidad. México: Akal.

Francisco. (27 de Septiembre de 2015). El fenómeno de la globalización es negativo. Recuperado el 2020, de https://es.aleteia.org/2015/09/27/la-globalizacion-es-buena-o-mala-responde-el-papa-francisco

Frankl, V. (2015). EL hombre en busqueda de sentido. Barcelona: Herder.

Galeano, E. (2010). El imperio del consumo. Caracas: Editorial Arte.

González, L. (2000). Los cristianos del siglo XXI. Madrid: Salterrae.

Hawkins, D. (2013). El poder contra la fuerza. Estados Unidos: Hay House.

Hawkins, D. (2016). Trascender los niveles de conciencia. Barcelona: El grano de moztaza.

II, J. P. (1979). Discurso del Santo Padre Juan Pablo II en la inauguración de la III conferencia general del episcopado latinoamericano. En C. G. latinoamericano, Puebla. Caracas: Ediciones Tripode.

Jiménez, E. (2020). Guerra Difusa. Caracas: Editoral el Hormiguero.

Kuhn, T. (1962). La estructura de las revoluciones científicas. University of Chicago Press.

Leal, J. (2011). La Autonomia del Sujeto Investigador. Valencia-Venezuela: Azul Intenso.

Maria, N. (1996). Sentido religioso del Padre de la Patria. Buenos Aires.

Matvejevic, P. (15 de Mayo de 1999). El País. Recuperado el 2022, de https://elpais.com/diario/1999/05/16/opinion/926805608_850215.html

Mircea, E. (1979). Historias de las religiones y de las creencias religiosas. Madrid: Ediciones Cristiandad.

Moody, R. (2016). Vida despues de la Vida . Barcelona: EDAF.

Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. Valledolid: Ediciones Paidos.

Oxford Learner's Dictionary(2023). Recuperado el 2023, de https://www.oxfordlearnersdictionaries.com/

Pikaza, X. (1999). El fenómeno religioso. Madrid: Trotta.

Ruíz, J. (1999). Metodología de la Investigación Cualitativa. Bilbao: Universidad de Deusto.

Vidal, M. (1985). Moral de las personas. Barcelona: Océano Centrum.

Wilber, K. (1998). Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairos.

Wilber, K. (2011). El espectro de la conciencia. Barcelona: Kairos.

Zemelman, H. (2005). La voluntad de conocer. Barcelona: Anthropos.

 

 





 Cástor Leonardo Lucero Lyutenko, Caracas 2024 

                                  

LA PROBLEMÁTICA.

INTRODUCCIÓN

La investigación, producto del Doctorado en Seguridad de la Nación, fue dirigida sobre el estudio exhaustivo de las dimensiones de la Consciencia Espiritual como ámbito para contrarrestar los nuevos métodos de la guerra contemporánea que ha puesto en la mira el fenómeno de la consciencia humana como objeto de la guerra, abarcando la conciencia cognitiva, cultural, ética y revolucionaria. Su objetivo es ofrecer una propuesta innovadora a los desafíos que enfrenta la Seguridad de la Nación ante la Guerra Híbrida multifactorial y multiforme impulsada por Estados Unidos contra Venezuela. Consolidada con las directrices del Ministerio del Poder Popular para la Defensa y del Viceministerio para la Educación Militar.

En el devenir del tiempo la cosas, las personas, las ideas y las ideologías mutan por coyunturas generacionales, históricas, ambientales, económicas y tecnológicas. No es lo mismo la generación de jóvenes nacidos entre 1960 al 1980 marcada por la televisión, el cine y la didáctica escolar propia de esa época; a las generaciones nacidas entre el 2000 y 2024 configuradas con las redes sociales, la internet y la inmediatez de la información entre otras propias de la época. Es decir, las ideas están sujetas a evolucionar o desaparecer. Por ejemplo, Las teorías del materialismo histórico desarrolladas por Marx y Engels fueron adaptadas por su contexto histórico cultural por Lenin, Stalin en Rusia; Mao en China y Castro en Cuba.

De igual modo, la Doctrina Bolivariana ideada y desarrollada en el siglo XIX no podrá dar respuesta si no se adapta a la cosmovisión del venezolano del siglo XXI; el comandante Hugo Chávez lo vislumbro cuando verso sobre el socialismo del siglo XXI uniéndolo al Cristo Redentor para formar las bases de un nuevo socialismo buscando sedimentar sus raíces en lo espiritual, ya que esta dimensión le otorga a la doctrina carácter universal y trascendencia a través del tiempo. El Socialismo Bolivariano si no se adapta, quedará como un hecho histórico arcaico; las ideas se hacen perdurables en el tiempo cuando su conceptualización proviene del Ser, es decir, como diría Platón, cuando la idea como “causa eficiente” proviene de la “causa originante”

Es por eso, que el objetivo general de esta investigación fue teorizar la Consciencia Espiritual como fundamento ontológico y estratégico para la Seguridad de la Nación. Para ello, se establecieron objetivos específicos para comprender, analizar y comprobar la relación de la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación a través de los hallazgos. Y finalmente proponer un constructo teórico-filosóficos que integren la Conciencia Espiritual en el contexto bolivariano, como base estratégica en la elaboración de nuevas fórmulas que el Estado diseñe para contrarrestar las agresiones imperiales contra la Nación Venezolana.

La metodología utilizada en esta investigación fue desarrollada desde el paradigma interpretativo con un enfoque cualitativo, empleando el método de la hermenéutica crítica. Las técnicas de recolección de datos incluyeron la observación y la entrevista en profundidad, utilizando guías específicas para ambos instrumentos. Los actores sociales, cinco personas designadas con seudónimos, aportaron valiosas experiencias y perspectivas sobre la definición de la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación, las cuales resultaron fundamentales para el desarrollo del constructo teórico propuesto en esta tesis doctoral.

La tesis doctoral se estructuró en seis capítulos. El Capítulo I abarca el objeto de estudio, acercamiento y contextualización del mismo, la sistematización, los objetivos de la investigación, tanto general como específicos, y la justificación del estudio. El Capítulo II presenta el contexto referencial, que incluye las bases teóricas y legales. En el Capítulo III se describe el contexto metodológico, detallando el paradigma, enfoque, método, proceso, fases, unidad de análisis, técnicas e instrumentos, y los sujetos de estudio. El Capítulo IV expone los hallazgos de la investigación, aplicando los aspectos metodológicos a cada objetivo específico. En el Capítulo V se abordan los aportes teóricos y las conceptualizaciones del investigador, introduciendo términos como "Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante" PECLA "Espíritu Concomitante Ajustativo Integral" (ECAI), y "Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante" (CECA). Finalmente, el Capítulo VI desarrolla la teoría sobre la Conciencia Espiritual como fundamento ontológico para la seguridad de la Nación.

Al final de la tesis, se incluyen las referencias, las cuales fueron organizadas de acuerdo a todas las fuentes documentales, tanto tangibles como intangibles, que proporcionaron orientación y respaldo para el desarrollo de la investigación. Además, se presentan los anexos, que contienen los resultados obtenidos a partir de la aplicación de las técnicas e instrumentos utilizados para la recolección de datos cualitativos, ofreciendo un complemento esencial para la comprensión y validación de los hallazgos obtenidos en el estudio.


El esfuerzo investigativo de la tesis doctoral esta focalizado en la vulnerabilidad de la consciencia humana en el contexto venezolano ante los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Multifactorial y Multiforme donde el primer campo de batalla es el cerebro, buscando debilitar o aniquilar la identidad nacional para lograr una sumisión pacífica que ahorre perdidas en vida y gastos económicos de la guerra convencional. El problema radica en la no claridad del concepto sobre la naturaleza de la consciencia y como algo intangible puede tributar de modo estratégico en la Seguridad de la Nación.

La investigación sostiene con convicción que la naturaleza de la consciencia es espiritual, el problema está en demostrarlo. Además, como algo espiritual puede estar vinculado a un fenómeno mundano como lo es la guerra. Desde la fe del investigador, se afirma que existe un Ser (Dios) caracterizado por poseer un Espíritu Universal consustanciado con la Consciencia y la energía vital. Este Espíritu, es el Poder Único que ha dado origen a todas las cosas y tiene la capacidad de crear, pero no solo de crear, sino de permitir que lo creado continúe su crecimiento de modo evolutivo bajo el aspecto de la libre autodeterminación.

 ¿Qué es, entonces, lo que debe seguir creciendo? ¿Un trozo de madera? ¿Una pepita de oro? ¿Una estrella? ¿Una constelación? O, quizás, ¿la Consciencia misma? Hasta ahora, la humanidad ha podido constatar lo creado principalmente dentro del ámbito científico experimental, donde lo que existe es aquello que puede ser observado, medido y teorizado.

Dentro del universo infinito, está el planeta Tierra, el cual emerge actualmente, como un astro único que alberga una increíble diversidad de vida, entre la cual destaca el ser humano. Al observar a la humanidad, se hace evidente la existencia de formas de consciencia, que de algún modo están estratificados, ya que no todos los individuos actúan de la misma manera ante las circunstancias que enfrentan, tanto en la resolución de problemas como en su interacción social. Esta estratificación se explica, por la influencia del ego como un filtro que viene heredado biológicamente para garantiza la supervivencia de los seres vivos. 

A lo largo de la historia, hemos visto cómo el ego ha moldeado los comportamientos de sociedades enteras, a veces con consecuencias devastadoras. Un ejemplo reciente es Adolf Hitler, cuyo ego personal influenció al ego colectivo de toda una nación bajo el ideal de la superioridad racial, desatando la Segunda Guerra Mundial. Retrocediendo aún más, la Iglesia Católica, durante la Edad Media, creyéndose poseedora de la verdad absoluta, estableció el Santo Oficio y la Inquisición, ejecutando a miles de personas por considerarlas herejes. En tiempos más recientes, potencias como Estados Unidos, Francia, y Reino Unido han violado la soberanía de otros pueblos para satisfacer sus intereses económicos, que garanticen sus estilos de vidas y supervivencia como imperios.

 Estos ejemplos muestran cómo un ego dominado por el miedo, el odio o la codicia puede convertir a grupos sociales en fuerzas depredadoras. Por ello, es crucial desarrollar un mecanismo que entrene el ego humano para evitar que estas tendencias destructivas pongan en peligro la Seguridad de las Naciones. En este sentido, la presente investigación se enfoca en estudiar la Consciencia espiritual y su relación con los fenómenos de guerra y conflicto, buscando ofrecer un aporte significativo que eleve y blinde la conciencia colectiva estratégica nacional.

En este orden de ideas, se contempla al neoliberalismo posmoderno, caracterizado por una economía militarizada, como la principal amenaza a la seguridad mundial y de naciones como Venezuela, Irán, Rusia y Palestina, entre otros. Por ejemplo, el Concepto Estratégico Militar (2019) señala que cunado La República Bolivariana Venezuela, bajo el liderazgo de Hugo Chávez, logró reconocimiento geoestratégico con la Doctrina Bolivariana, llevó a Estados Unidos a considerarla una amenaza, lanzado sobre ella agresiones utilizando teorías de guerra como la del Caos Constructivo y la turbulencia social para manipular la opinión pública y debilitar el ideal bolivariano, con el fin de justificar un golpe de Estado o una intervención militar para controlar los recursos naturales de Venezuela.

Desde la década de 1960, Estados Unidos y el bloque occidental han impulsado una globalización corporativa que sirve a sus intereses económicos y militares, excluyendo a países con ideologías opuestas para asegurar la extracción de recursos. Esta globalización, respaldada por grandes corporaciones capitalistas como Coca-Cola, IBM y Exxon Mobil, enfrenta ahora la amenaza de economías emergentes con pensamientos humanistas, como el ideario Bolivariano, que promueven la independencia, soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos. En Venezuela, esta globalización se manifiesta en la imposición de valores capitalistas y neoliberales, buscando una neo-colonización desde lo cognitivo que intenta controlar la conciencia colectiva del pueblo venezolano.

Por las razones antes mencionadas, la tesis doctoral explora la Consciencia Espiritual como fundamento y elemento constituyente de la conciencia colectiva para enfrentarse a tácticas de guerra no convencional que atacan a la mente humana. La investigación plantea interrogantes clave que van desde los medios usados por las nuevas formas de guerra, la distinción entre consciencia y conciencia hasta la posibilidad de la existencia de una vertiente espiritual para fortalecer a la Seguridad de la Nación.

La República Bolivariana de Venezuela ha desarrollado una identidad cultural única a lo largo de su historia, desde los pueblos precolombinos hasta la independencia. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra conceptos fundamentales como Dios, Cultura, Seguridad y Defensa, invocando la protección divina y los valores del Libertador Simón Bolívar. Esta identidad nacional, forjada por la fusión de aborígenes, europeos y africanos, se considera esencial para la Seguridad del Estado. Artículos como el 99 y el 100 de la Constitución destacan la importancia de los valores culturales y la educación en la preservación de la "venezolanidad" y la soberanía, subrayando la responsabilidad del Estado y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en proteger este patrimonio.

Venezuela, situada geoestratégicamente en el norte de América Meridional, actúa como un puente natural entre América del Norte, América del Sur y Europa, lo que la convierte en un polo cultural, social, económico y energético clave. Su ubicación y recursos naturales la hacen vital para las economías del Atlántico Norte. En 2011, el Comando Estratégico Operacional desarrolló un nuevo Concepto Estratégico Militar (CEM) en respuesta a las amenazas contra Venezuela tras adoptar la Doctrina Bolivariana. Este CEM busca fortalecer la defensa nacional mediante la integración de la conciencia colectiva, cultura e identidad, redefiniendo así el concepto de Seguridad de la Nación frente a las nuevas formas de guerra.

El Concepto Estratégico Militar (2011) (CEM) destaca la declaración del Almirante Michael Mullen, presidente de la Junta de Estado Mayor de las FFAA de EE.UU., quien, en su exposición del 20 de febrero de 2009 ante el Comité de Servicios Armados, identificó a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional de su país, junto a Corea del Norte, Pakistán, Irán, Rusia, Georgia y Cuba. En respuesta, el Comando Estratégico Operacional (CEO) desarrolló el Sistema Defensivo Territorial (SDT), un sistema diseñado para enfrentar las nuevas demandas del conflicto bélico. Este sistema busca garantizar la supervivencia y soberanía del Estado-Nación en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, abordando las amenazas de la Guerra Multifactorial y Multiforme.

En este orden de ideas, Venezuela, por el hecho de poseer la mayor reserva de petróleo (OPEP 2022), se ha hacho imprescindible para la lógica del mercado energético mundial. Pero, los conflictos se intensificaron no por el petróleo sino cuando el Estado Venezolano adoptó la Doctrina Bolivariana en 1999 impulsados conceptos como la libre autodeterminación, el mundo pluripolar y multicéntrico, generando una confrontación ideológica contra la doctrina Monroe de Estados Unidos de Norte América. Jiménez (2020) denomina estas agresiones dentro del concepto de “Guerra Difusa”, comprendida como una Guerra Hibrida Multifactorial y Multiforme que busca afectar los ámbitos económicos, sociales, políticos, culturales y militares, con el objetivo de desestabilizar al gobierno y provocar reacciones en la población a través de campañas mediáticas y operaciones psicológicas.

En marzo de 2015, Estados Unidos, bajo la administración de Barack Obama, y posteriormente reafirmado por Donald Trump y Joe Biden, declaró a Venezuela como una amenaza inusual a su seguridad nacional, lo que desencadenó una serie de medidas coercitivas unilaterales y preparativos para una posible intervención militar o golpe de Estado. En respuesta, el Estado Venezolano ha ido actualizando el Concepto Estratégico Militar (CEM) 2019, pero el Sistema Defensivo Territorial (SDT) desarrollado en el documento adolece de la dimensión de la Cultura y la Consciencia Espiritual como se evidencia en la seguiste cita:

“El Sistema Defensivo Territorial es un conjunto de medidas y actividades de carácter patriótico bolivariano, económico, militar, de seguridad y orden interno, diplomático, jurídico, de protección civil, de seguridad ciudadana y ambiental, y los órganos, entidades y empresas que las implementan desde tiempo de paz y ejecutan en situaciones excepcionales, en los niveles nacional, regional, estadal, municipal, parroquial y comunal, tanto en el campo de la lucha armada, como la no armada” (Pág. 96).

Otro aspecto significativo en la problemática es La globalización económica y tecnológica, junto con la pérdida de soberanía de los Estados y la erosión de fronteras impulsadas por organizaciones como la OTAN. Todos estos aspectos están debilitando el sentido de pertenencia nacional. Las grandes corporaciones internacionales, cuyas ganancias superan el PIB de muchos países, promueven un modelo de consumo perjudicial para la salud, fomentando la dependencia en productos farmacéuticos y alimentos nocivos, todo alineado con el ideal del "sueño americano". Aunque el autor no cuestiona el progreso médico, critica cómo la globalización corporativa manipula las necesidades básicas, reduciendo a las personas a meros objetos cuartando la libre autodeterminación.

La Conciencia Espiritual es clave para la Seguridad de la Nación, pues por ser parte la identidad nacional protege al pueblo frente a la globalización corporativa, que homogeniza culturas y amenaza las tradiciones locales, como lo describe Galeano (2010) con la "Macdonaldización". El caso de Ruanda, marcada por la explotación y genocidio bajo el colonialismo belga, refleja la contradicción entre el discurso de conciencia y las acciones coloniales. Mientras el rey belga Leopoldo II rechazó el aborto por conciencia, fomentó la explotación y conflictos étnicos, en la industria de lo profilácticos derivados de las plantaciones de caucho en esas tierras. No es que los profilácticos para realizar el sexo sean malos, sino la forma brutal en la que los aborígenes estaban sometidos para obtener la materia prima de los preservativos.

Y aunque la educación sexual y el uso de los preservativos son importantes y necesarios para evitar enfermedades de trasmisión sexual, hay que preguntar ¿En manos de quienes están las industrias de los profilácticos? ¿Existe una política corporativa que ha deshumanizado el sexo y su vínculo con la familia y la procreación para disminuir la población mundial? ¿Los índices de natalidad responden al interés de la globalización corporativa? ¿Será que la pandemia del Covid 19 fue una medida corporativa para atacar las economías de algunas naciones? La globalización corporativa busca nuevas formas de colonizar las mentes hasta lograr someter a los pueblos que están en la esfera de sus intereses y Venezuela está dentro de los objetivos del horror maquiavélico y dantesco de la dictadura corporativa.

En la investigación sobre la Consciencia Espiritual como base ontológica para la Seguridad de la Nación, es crucial considerar el papel de la cultura. entienda como una manifestación inherente a la naturaleza humana. Razón por la cual el constituyente le dio rango constitucional al hecho cultural. La cultura representa la vida de un pueblo y su esencia vital; sin ella, un pueblo pierde su relevancia y se desvanece. Por ejemplo, las actividades culinarias son una forma de identificar las distintas culturas. Cuando pensamos en Venezuela, nos vienen a la mente la arepa, la hallaca y el pabellón; al mencionar Italia, pensamos en la pizza, el espagueti y la lasaña; al hablar de México, nos vienen a la mente los tacos, el tequila y el chile; y al referirnos a Estados Unidos, nos llegan a la mente las hamburguesas y los hot dogs, un fenómeno que ha sido ampliamente difundido por un sistema económico y publicitario. Hollywood, por ejemplo, ha promovido la cultura de la hamburguesa a través del cine.

La industria cinematográfica estadounidense actúa como un vehículo para promocionar elementos culturales de su nación, integrando símbolos patrios, como la bandera, junto a íconos como las hamburguesas, el pavo de Acción de Gracias y las calabazas de Halloween en innumerables películas lo que denota políticas concretas para solidificar al pueblo norteamericano. Las celebraciones antes mencionadas, ajenas a la cultura venezolana, han penetrado en escuelas, centros comerciales y hogares, reflejando una forma de transculturización que impone valores y tradiciones estadounidenses, y de alguna manera señalan a Estados Unidos como la Nación ideal para la auto relación personal

Ejemplos como la celebración de Halloween y el Día de Acción de Gracias evidencian cómo la publicidad norteamericana busca presentar a Estados Unidos como el modelo de Estado-Nación a seguir, facilitando la implantación de una cultura corporativa globalizada, de este hecho brota la siguiente pregunta: ¿Qué está haciendo el Estado Venezolano para frenar la transculturización? En opinión del investigador existe un vacío de Políticas de Estado de frente al fenómeno de la globalización, el hecho cultural en un gran porcentaje está siendo reducido a actos folclóricos que permanecen en la periferia de la consciencia. Por ejemplo, solo se decora la avenida los próceres para señalar las grandes fiestas patria de la nación. Pero, ¿qué se está haciendo a lo largo de todo el territorio?

Galeano (2010) sostiene que los medios de comunicación dominantes distorsionan la información para servir a intereses mercantilistas, presentando una única visión de la realización social. Dussel (2015) describe esto como eurocentrismo, una perspectiva occidental que considera la cultura del Atlántico Norte como superior, degradando las culturas de los pueblos de la América Meridional. En respuesta, el Papa Francisco (2015) destaca que la globalización no es intrínsecamente negativa, siempre y cuando se respete la identidad cultural y la dignidad de las personas, reconociendo sus derechos. Al respecto son iluminadoras las siguientes palabras del papa:

“Hace un momento hablé de la tendencia a una globalización: la globalización no es mala, al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une. Lo que puede ser malo es el modo de hacerlo. Si una globalización pretende igualar a todos como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo. Si una globalización busca unir a todos, pero respetando a cada persona, a su peculiaridad, respetando a cada pueblo, su riqueza, a su peculiaridad la globalización es buena, nos hace crecer a todos y nos lleva a la paz.”

La globalización corporativa inevitablemente involucra aspectos culturales que generan tensiones interculturales y religiosas, exacerbando conflictos locales y regionales como los ocurridos en la ex Yugoslavia, Oriente Medio, Palestina, India y Pakistán. Estos conflictos no solo están vinculados a intereses territoriales y económicos, sino también a la manipulación de la conciencia colectiva, fomentando el odio para provocar la autodestrucción y justificar intervenciones externas. Un claro ejemplo es la desintegración de Yugoslavia, donde Occidente, a través de la OTAN, explotó diferencias ancestrales. Este tipo de manipulación también se pusieron en práctica en Venezuela durante las guarimbas de 2014, 2017 y las recientes manifestaciones contra el proceso electoral de 2024, evidenciando un patrón de intervención externa en la soberanía nacional.

En la ex Yugoslavia coexistían el catolicismo romano en Croacia, el cristianismo bizantino ortodoxo en Serbia, el protestantismo cristiano en Eslovenia y el islam en Bosnia y Kosovo. Occidente, al bombardear el contexto religioso, buscaba demonizar a Serbia y su vínculo con la Federación Rusa, con el fin de influir en la opinión de toda Europa occidental. Este fenómeno se repite actualmente en el conflicto ruso-ucraniano, donde se ataca la dimensión espiritual y religiosa de los ortodoxos bizantinos con el objetivo de desarraigar al pueblo ucraniano de su historia. Rusia, que nació en Kiev y tiene sus raíces en el cristianismo ortodoxo bizantino, comparte un origen y una identidad cultural y espiritual con Ucrania.

En el caso de la Ex Yugoslavia, occidente indujo a la guerra civil para luego justificar la intervención directa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el objetivo de posesionarse sobre la antigua zona vital de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Occidente logro destruir Yugoslavia, desmembrándola en varias naciones para dar espacio a la OTAN y a Alemania. (Matvejevic, 1999).

En este orden de ideas, el investigador afirma que el fenómeno de la Consciencia Espiritual es clave para asegurar la autodeterminación, la soberanía y la independencia frente a la globalización corporativa y la Guerra Difusa. El COVID-19, que comenzó en China y afectó globalmente, ilustra la interconexión de la globalización. Para países como Venezuela, con recursos naturales significativos y una ubicación estratégica, es crucial proteger la cultura y la identidad nacional para evitar el avance del neocolonialismo eurocéntrico que amenaza con desintegrar la nación. A diferencia de una guerra convencional, que es costosa en vidas y recursos, la colonización cultural busca una sumisión ideológica más insidiosa, donde la identidad y el sentido de pertenencia a la nación pueden desaparecer.

La teoría marxista, desde el materialismo histórico desestimó aspectos culturales y espirituales. En contraste, el capitalismo explotó esta debilidad del marxismo para debilitar al bloque soviético, que había ignorado la dimensión espiritual de Rusia. Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia enfrentó una verdadera desorientación, pero desde el pensamiento estratégico de Vladimir Putin, se revitalizó el aspecto espiritual del país a través de la religiosidad cristiana ortodoxa. Putin reactivó el significado del bautismo de San Vladimir de Kiev (988 d.C.) y reafirmó su fe en la Iglesia Rusa Ortodoxa en 2013, enviando un mensaje de unidad y reafirmando el vínculo de Rusia con sus raíces históricas, de este hecho se entiende como el señor Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania ha prohibido la Iglesia Ortodoxa en todo el territorio ucraniano. ([El Universal], 2021)

Para que la República Bolivariana de Venezuela supere sus desafíos, es crucial formar la conciencia colectiva abordando todos los aspectos espirituales de la venezolanidad dentro de lo que el investigador denomina “Conciencia Estratégica Comunitaria” termino que será explicado en los capítulos V y VI de esta tesis. Las doctrinas religiosas, si bien pueden ser una fuente de motivación, también pueden amenazar la identidad cultural y la soberanía nacional si son manipuladas por grandes corporaciones y medios de comunicación, como sugiere Acosta (2017). La propaganda mercantilista puede alienar a la población de sus raíces patrias. Sin embargo, cuando la espiritualidad es parte integral de la identidad nacional, como lo ejemplificó Hugo Chávez al fusionar la Doctrina Bolivariana con la Teología de la Liberación, puede fortalecer la cohesión del Estado-Nación y fomentar un nuevo humanismo en Venezuela.

Para comprender los elementos empíricos de la conciencia espiritual en la nación venezolana, es esencial considerar el sincretismo religioso que surgió del mestizaje durante la conquista y colonización de la Capitanía General de Venezuela, hoy República Bolivariana de Venezuela. La nación heredó una espiritualidad que fusiona la realidad chamánica y mítico-mágica de los aborígenes con el animismo africano y las prácticas de una iglesia católica de raíces ibérico-españolas. Esta conciencia espiritual, profundamente arraigada en la identidad cultural venezolana, también influye en la Seguridad de la Nación, dado que la historia, soberanía e independencia del país están intrínsecamente ligadas a su patrimonio cultural y espiritual.

En este orden de ideas, es fundamental definir brevemente el concepto de espíritu para valorar la importancia de lo espiritual en la seguridad de la nación. Según Brugger (1988) el espíritu, derivado del latín spiritus, se refiere a un ser inmaterial que se posee a sí mismo mediante la autoconciencia y la libre autodeterminación, con la capacidad de comprender y realizar valores suprasensibles, estableciendo naturalmente la condición humana. Esta definición conecta con el principio constitucional e internacional de la libre autodeterminación de los pueblos, subrayando la relevancia de la dimensión espiritual en la conformación de la identidad y Seguridad de la Nación, es decir la conciencia colectiva de un pueblo posee un espíritu propio y si ese espíritu muere sucederá lo mismo cuando una persona muere biológicamente, adviene la putrefacción y desaparición del Estado Nación.

El concepto de espíritu lleva a afirmar que el primer territorio donde se aplica el principio constitucional de la autodeterminación es la mente del venezolano, tanto a nivel individual como colectivo. No se puede garantizar la Seguridad de la Nación si su pueblo no vive consciente y auténticamente su identidad espiritual, forjada a través de la historia y la cultura. Defender la patria es imposible para un pueblo que no sabe quién es y hacia dónde quiere ir como sociedad. La transculturación artificial, promovida por la maquinaria corporativa internacional que busca beneficios egoístas, amenaza con destruir la conciencia espiritual de los pueblos, alienándolos, en palabras de Córdoba (2022), de formas de conciencia fala.

Un ejemplo de conciencia falsa se deslumbra cuando el Libertador Simón Bolívar, en su "Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño" del 15 de diciembre de 1812, también conocida como el Manifiesto de Cartagena, señaló que una de las causas de la caída de la Primera República fue el terremoto de Caracas de 1812 y la oposición del clero católico a la independencia. La mayoría del clero católico se opuso a la emancipación, porque bajo una conciencia falsa afirmaron que tal desastre fue un castigo divino por desafiar la corona española, considerada como instituida por Dios para gobernar la América meridional. Este episodio resuena con el deslave de Vargas en diciembre de 1999, cuando el Cardenal José Ignacio Velasco, arzobispo de Caracas, afirmó que dicho desastre era un castigo de Dios por la elección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela.

Otro evento de gran relevancia fue el golpe de Estado que sufrió el presidente Hugo Chávez el 11 de abril de 2002, donde se evidenció el respaldo de la jerarquía católica a la intentona golpista. El entonces arzobispo de Caracas, Ignacio Velasco, junto con el arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, quien hoy es Cardenal primado de Venezuela, se unieron al golpe liderado por Pedro Carmona Estanga, presidente de FEDECAMARAS. Estos líderes eclesiásticos apoyaron la desintegración de la Quinta República y la Constitución de 1999, revelando sus vínculos con los partidos de la Cuarta República (1830-1999) y con la élite social y económica de Venezuela, alineada con los intereses estadounidenses.

Las posturas religiosas mencionadas conllevan una carga política que demuestra cómo lo religioso y lo espiritual son ámbitos determinantes para la consolidación de un proyecto político. La seguridad de un Estado está profundamente entrelazada con el hecho cultural y la identidad de los pueblos. Surge entonces la pregunta de por qué algunos miembros del clero católico se opusieron a los proyectos políticos de Bolívar y Chávez. ¿Acaso esos obispos y sacerdotes eran malos por naturaleza, o más bien respondían a una conciencia formada bajo criterios y valores eurocéntricos, sumisa a una supuesta superioridad étnica y cultural? Si la conciencia cultural y la conciencia patria son parte de la conciencia espiritual, entonces la Seguridad de la Nación depende en gran medida de esta Conciencia Espiritual.

Desde el inicio del proceso independentista venezolano el 19 de abril de 1810 hasta el 2024, el hecho espiritual ha estado intrínsecamente ligado a la Seguridad y Defensa de la Nación. Durante las manifestaciones de 2014 y 2017, se observó a numerosos líderes religiosos, incluidos sacerdotes, pastores evangélicos y rabinos judíos, oponiéndose al Proceso Bolivariano, algunos incluso acompañados en sus liturgias por personajes ficticios de cómics norteamericanos como el Capitán América y Batman. No obstante, también hubo un sector del clero que respaldó el proyecto bolivariano, destacando figuras como el sacerdote jesuita Numa Molina, quien junto a otros creó el movimiento Opción por los Pobres, inspirado en la teología de la liberación. 

En 2018, el ministro Néstor Reverol denunció el reclutamiento irregular de venezolanos por parte del ejército colombiano, como parte de un plan para provocar violencia en la frontera. Estos hechos subrayan la importancia del sentimiento patrio como parte de la conciencia espiritual, esencial para discernir entre el bien y el mal moral, lo que es vital para la Seguridad de la Nación. Por tanto, surge la pregunta: ¿La formación de los militares venezolanos incluye el aspecto espiritual? Y si es así, ¿cómo se aborda la formación de la conciencia?

El hecho mencionado revela un dato preocupante que amenaza la Seguridad de la Nación, mostrando cómo algunos ciudadanos venezolanos, bajo intereses supranacionales, son capaces de cometer el delito de traición a la Patria, traicionando sus propias conciencias. No se puede ignorar la conducta de altos funcionarios del Estado Venezolano, como Rafael Darío Ramírez Carreño, ex presidente de PDVSA, Luisa Ortega Díaz, ex Fiscal General de la República, y otros, quienes con sus actos de corrupción han debilitado la Seguridad de la Nación, traicionado al pueblo y socavando la credibilidad del mensaje del ideal bolivariano.

La corrupción administrativa y la traición a la Patria son actos que surgen de la conciencia, lo que plantea la pregunta: ¿El Estado Venezolano ha elaborado planes para la formación de la conciencia ciudadana que responda a la Seguridad de la Nación? ¿Se está considerando la formación de la conciencia para aquellos ciudadanos designados para ocupar cargos públicos? El problema radica en el sentir patrio y la conciencia moral como parte integral de la Conciencia Espiritual. Así, surgen las interrogantes: ¿Qué rol juega la formación de la conciencia espiritual en la Seguridad de la Nación? ¿Cuál es la motivación detrás de la deserción o la traición por parte de un venezolano?

El mundo castrense venezolano, desde la experiencia del investigador como sacerdote y militar, esta fundamenta en el ideario bolivariano y en la figura histórica del Libertador Simón Bolívar, impregnado de una fe cristiana con elementos sincréticos. La esencia del espíritu guerrero y libertario del combatiente bolivariano se halla en la gesta independentista, vinculada estrechamente a la figura de Jesucristo. No es casualidad que, en numerosas ocasiones, el comandante presidente Hugo Chávez haya proclamado su fe en Cristo Redentor, iniciando así una fusión entre el pensamiento marxista, el ideal bolivariano y la doctrina espiritual y social de la Iglesia Católica. A partir de esta postura, el investigador ha identificado la relevancia del aspecto espiritual como un pilar fundamental para garantizar la dignidad del pueblo, la integridad del Estado-Nación y la Seguridad de la Nación.

La religiosidad popular en Venezuela es un componente esencial de la cultura nacional, profundamente influenciada por la tradición judeocristiana. De acuerdo Altemeyer (2020) el 80 % de la población venezolana profesa la fe católica, un 9,5 % pertenecen a las Iglesia proveniente de la Reforma de Martin Lutero, John Calvino y Enrique VIII; 9,7 % se declara sin religión y 0,8 % incluyen a seguidores del judaísmo, islam. Animismo africano y tradiciones indígenas. Las principales celebraciones religiosas, como la Navidad y la Semana Santa, reflejan la vida de Jesucristo como modelo para la realización personal y social. Durante diciembre, las festividades incluyen una rica gastronomía y música que revelan la mezcla racial y cultural del país, desde la Hayaca, de origen afrodescendiente, hasta el panetón italiano y villancicos europeos, pasando por las parrandas y gaitas maracuchas, que muestran el sincretismo cultural venezolano.

Las expresiones religiosas en Venezuela son el resultado de una fe cristiana instaurada durante la conquista y el proceso evangelizador liderado por misioneros, aunque a menudo fue utilizada por europeos para manipular y someter a los pueblos originarios. Sin embargo, figuras como Fray Bartolomé de las Casas defendieron a los aborígenes. En la lucha por la independencia, la religión también jugó un papel crucial, como se evidencia en la Batalla de la Victoria de 1814, donde el General José Félix Ribas, tras orar a la Virgen María, lideró una victoria significativa que fortaleció la devoción a la Virgen Vencedora. Además, (Altemeyer, 2020) destaca cómo la devoción a la Virgen María fue fundamental en la evangelización y en la integración cultural entre lo aborigen y lo español en Venezuela.

En todo el territorio venezolano, la religiosidad popular se manifiesta a través de devociones que unifican al pueblo y fortalecen su sentido de pertenencia a la patria. Ejemplos de esto son la devoción a la Virgen de la Divina Pastora en Barquisimeto, la Virgen de la Chiquinquirá en Maracaibo, la Virgen del Valle en Margarita, la Virgen de Belén en Aragua, el Santo Cristo de la Grita, y los Nazarenos de San Pablo en Caracas y de Achaguas, entre otras. Estas expresiones religiosas que traspasan lo metafísico y se encarnan en lo empico concreto, son similares a las que se han mantenido vivas por más de mil años en países como Italia, España, y Rusia, garantizan la identidad cultural y el arraigo al territorio, subrayando así la importancia de la conciencia espiritual en la Seguridad de la Nación.

En la Venezuela del siglo XXI, surgen nuevas formas de religiosidad que imitan el estilo estadounidense, como los mormones, testigos de Jehová, y las nuevas tribus, además de misioneros protestantes en el sur que influyen en los pueblos originarios, generando un desarraigo cultural. Esto plantea la importancia de considerar la espiritualidad del pueblo al tomar decisiones estratégicas para la Seguridad de la Nación. Aunque Venezuela no es una potencia militar capaz de enfrentar una guerra convencional contra Estados Unidos, su cultura, espiritualidad, e historia libertaria, integradas en un Concepto Estratégico Militar Bolivariano, podrían convertirse en una poderosa arma moral, haciendo al país inexpugnable, como lo han demostrado Vietnam, Afganistán y Palestina.

El estudio de la consciencia espiritual en la Seguridad de la Nación enfrenta desafíos en cuanto a la inexistencia de un marco epistemológico que pueda inspirar el presente estudio. Además, aunque existen infinidades de estudios sobre la conciencia y la espiritualidad desde los estudios teológicos no se ha verificado ningún antecedente que vincule a la Seguridad de una Nación con el concepto de Consciencia Espiritual y el fenómeno de la guerra. Esto plantea la pregunta ¿Cómo construir una episteme sobre la Consciencia Espiritual?, y ¿Cómo realizar un fundamentico ontológico de la Consciencia Espiritual en la definición de la Seguridad de la nación?

En consecución del párrafo anterior, también están los diferentes paradigmas entre disciplinas colocado interrogantes conflictivos para constatar la veracidad de la investigación dentro de las ciencias sociales, antropológicas, filosóficas y teológicas, frente a enfoques basados en datos matemáticos y logarítmicos. Contemplado a Ruíz, (1999), el investigador se encuentra ante un dilema entre métodos cualitativos y cuantitativos que construyen conocimientos desde perspectivas opuestas.

Por otra parte, Wilber (1998) propone un nuevo enfoque en su libro “Breve historia de todas las cosas”, abriendo la posibilidad de construir un conocimiento desde una postura holística, superando la dualidad entre el sujeto y el objeto de estudio. El autor citado, desarrolla un método que integra a las ciencias exactas, sociales, filosóficas y teológicas, introduciendo a Dios en la investigación. Claro está, que, para el positivismo, y para algunas corrientes materialista el ámbito espiritual ofrece un conocimiento dudoso y ambiguo por no tener un instrumento para calibrar y medir los fenómenos espirituales, situación que en si misma es un problema para que la comunidad académica pueda aceptar como valido los estudios de la Consciencia Espiritual vinculados a la Seguridad de la Nación.   

La tesis en cuestión, se centra en el estudio de la conciencia como fuerza decisiva que influye en las relaciones sociales, la geopolítica, la guerra, la paz, la cultura y la transculturización; abordando estos temas desde una perspectiva onto-epistemológica. Dado el carácter complejo y profundo del objeto de estudio, se optó por el método cualitativo, considerado el más adecuado para explorar estas dimensiones en una investigación doctoral. Académicamente, la investigación se convierte en una fuente primaria para quienes deseen estudiar la conciencia espiritual en relación con la Seguridad de la Nación, partiendo de interrogantes. propias a la naturaleza de la investigación.

La tesis doctoral explora la relación entre la Conciencia Espiritual y la Seguridad de la Nación en el contexto de la Guerra Difusa, fundamentándose en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que otorga rango constitucional a la cultura y a la fe en Dios. Utilizando un enfoque interdisciplinario, el estudio se apoyó en teorías sobre la conciencia, la espiritualidad y la religiosidad, de cara a las amenazas propuesta por el Concepto Estratégico Militar (Comando Estratégico Operacional, 2019) en la teoría de la Guerra Difusa de Jiménez (2020), para analizar cómo estos conceptos influyen en la Seguridad de la Nación.

La investigación se construyó entrelazándose con las teorías del exocerebro de Bartra (2014), los niveles de conciencia de Hawkins (2013), los Niveles de la Ética de Vidal (1985) y la Conciencia Revolucionaria de Córdova (2021), integrando también el pensamiento de Juan Pablo II sobre la religiosidad popular (1979) y el pensamiento cristiano de Simón Bolívar. Toda esa integración de saberes fue direccionada en la comprensión profunda de cómo la Consciencia Espiritual posee una carga psicológica y energética para contrarrestar los efectos de la Guerra Multifactorial y Multiforme que amenaza continuamente a la Seguridad de la Nación.

Además, esta investigación se configuró desde la subsidiaridad y transversalidad del conocimiento, integrando diversas disciplinas como la antropología, filosofía, teología, psiquiatría y psicología. A través de un enfoque dialéctico, se combinaron las teorías de Mircea (1979), Wilber (2011), Pikaza (1999), y Moody (2016). Por último, el pensamiento de Simón Bolívar se analiza desde la perspectiva de Nectario María (1996) y Frankl (2015) para subrayar la universalidad y vigencia del ideario bolivariano desde la Consciencia Espiritual.

Fundamentación onto-epistemológica

La investigación aborda la conciencia espiritual en el contexto venezolano de la segunda década del siglo XXI, desde una perspectiva Bolivariana, orientada ontológicamente en el Ser. Como todo estudio doctoral el enfoque ontológico está entrelazado con aspectos teleológicos y axiológicos. Además, se consideró la subjetividad del investigador desde el punto de vista de Zemelman (2005), explorando diversas aristas del conocimiento, integrando dimensiones emocionales, sociales e históricas para presentar al lector un enfoque comprensivo sobre la naturaleza del estudio, al respecto se refiere la siguiente cita

El rescate del sujeto está concebido como un desafío epistémico-metodológico que no se limita a la simple argumentación sobre la riqueza de éste, sino que supone formas de razonamiento capaces de involucrar al sujeto con la totalidad de sus facultades. (H. Zemelman, pp. 83)

La cita anterior plantea el rescate del sujeto como un desafío epistémico que va más allá de un simple análisis, implicando un razonamiento integral que lo involucra en su totalidad. Esto lleva al investigador a desarrollar una epistemología sobre la Consciencia Espiritual en el contexto de la Seguridad de la Nación Venezolana, integrando su experiencia militar, teleológica e histórica personal. La subjetividad del investigador, se puede comparar con el trabajo detallado de un sastre en la confección de un traje. Todo el esfuerzo ontológico y epistémico fue, dirigiendo hacia la comprensión de la Consciencia Espiritual y su conexión con la Seguridad de la Nación frente a la Guerra Multifactorial descrita en el Concepto Estratégico Militar de 2019.

Así mismo el enfoque teleológico de la investigación, fue dirigido en la búsqueda de contrarrestar los efectos de la Guerra Difusa en Venezuela, como lo evidencias los fines de diversas doctrinas militares y políticas. Por ejemplo, las teorías de Carl Von Clausewitz (1832), quien plantea la guerra como una continuación de la política con la finalidad de garantizar la seguridad y supervivencia del Estado; para Hugo Grotius (1645), la guerra tiene como fin garantizar la legítima defensa o protección de la justicia; pero para Mao Zedong (1945), en la teoría de la Guerra de Guerrilla, el conflicto es el medio para alcanzar los cambio político requeridos para lograr nuevas formas de configuración política de la sociedad humana.

Venezuela enfrenta una Guerra Multifactorial y Multi Forme, impulsada por doctrinas como el Caos Constructivo, el Golpe Suave y la Turbulencia Social, que buscan desestabilizar al país para imponer políticas extranjeras, similar a lo ocurrido en la Primavera Árabe y el golpe en Ucrania en 2014. Estas tácticas intentan desmantelar la Doctrina Bolivariana y facilitar un cambio de gobierno favorable a intereses externos, con el objetivo de expropiar las riquezas nacionales. La investigación tiene como finalidad proponer un constructo teórico partiendo de una forma de Conciencia Estratégica Colectiva capaz de reconocer la guerra en curso y promover la unidad nacional para enfrentar estas amenazas.

Por otra parte, el aspecto axiológico del estudio en curso aborda los valores que deben guiar a la Seguridad de la Nación y la conciencia moral de quienes participan en ellas. Un principio fundamental en el derecho internacional es la ética, que exige respetar los derechos humanos y la dignidad y la garantía de un trato humano a los prisioneros. No obstante, el investigador observa con preocupación que estos principios no se respetan en conflictos como los aplicados por Estados Unidos de Norte América contra Venezuela o los aplicados por Israel contra Palestina, donde los intereses prevalecen sobre el sufrimiento humano.

El enfoque axiológico del investigador destaca valores como la Patria, el Bien Común, la Solidaridad, la Fe, la Espiritualidad y la abnegación. Su análisis busca evidenciar cómo Estados Unidos ha empleado su poder imperial para asediar al gobierno bolivariano y al pueblo venezolano, violando el derecho internacional y presentando sus acciones bélicas bajo una falsa solidaridad, como la ayuda humanitaria, mientras impone medidas coercitivas inmorales. La tesis propondrá valores basados en la Consciencia Espiritual y el Ideario Católico Bolivariano como herramientas para fortalecer desde los valores la resiliencia del pueblo frente a los ataques inmorales contra la Nación

A continuación, se presentan las teorías y posturas que impulsaron la concreción de la investigación. Los teóricos considerados fueron David Hawkins, Ken Wilber, Roger Bartra, Marciano Vidal, Víctor Córdoba, Juan Pablo II y el Libertador Simón Bolívar, bajo la perspectiva católica de Nectario María, consustanciándolos con el Concepto Estratégico Militar (2019-2025) y los aspectos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa (2020), que se exponen a continuación.

La seguridad de la Nación, la Guerra Difusa el concepto Estratégico Militar y el fenómeno de la conciencia espiritual

Concepto estratégico militar

El Concepto Estratégico Militar (CEM) de 2019 es la guía principal de la FANB, fundamentada en la Constitución y leyes orgánicas para enfrentar amenazas y vulnerabilidades que comprometan la independencia y soberanía de Venezuela. Su objetivo es garantizar la defensa militar, colaborar en el mantenimiento del orden interno y participar en el desarrollo nacional. El CEM define la Seguridad de la Nación como un Estado de normalidad en el que se protegen los derechos y el bienestar del pueblo, asegurando la defensa integral del territorio y la soberanía. Además, promueve el desarrollo personal, la democracia, la justicia y el bienestar social.

Es de hacer notar, que el Concepto Estratégico Militar es la directriz fundamental de la FANB, respaldado y fundamentado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), junto con la Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de 2020 y la Ley de Seguridad de la Nación del 2014. Para entender mejor el Concepto Estratégico Militar, es necesario considerar el Plan Estratégico Socialista (PES) del Sector Defensa (2015-2019), como se señala en la siguiente cita:

El Consejo de Defensa de la Nación tiene la responsabilidad de formular el Concepto Estratégico Nacional (CEN); en tal sentido se toma como base para la formulación de las políticas del Sector Defensa, el contenido de los Objetivos Nacionales y Estratégicos del Plan de la Patria 2019-2025, siempre que impacten las actividades del sector. El Concepto Estratégico Militar para la Defensa Integral de la Nación (CEM), es elaborado por el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. (Pág.15)

La cita destaca la importancia del Consejo de Defensa de la Nación y del Comando Estratégico Operacional en la formulación del Plan Estratégico Socialista del Sector Defensa de 2019, basado en el Pensamiento Militar Bolivariano. Este plan está basado en los principios bolivarianos, la evaluación de amenazas militares y la planificación ante posibles invasiones. Además, el artículo 323 de la Constitución de 1999 designa al Consejo de Defensa como el principal órgano consultivo en seguridad y defensa, compuesto por altos funcionarios del gobierno, incluyendo al presidente y ministros clave.

Así mismo, El Comando Estratégico Militar (CEM) identifica las amenazas que enfrenta la República Bolivariana de Venezuela, clasificándolas en externas e internas. Entre las amenazas externas destacan las acciones de potencias imperialistas, posibles intervenciones militares bajo pretextos como "crisis humanitaria" o "Estado fallido". En cuanto a las amenazas internas, se mencionan acciones desestabilizadoras, guerras de IV y V Generación, movilizaciones violentas, participación de grupos como guarimberos, organizaciones terroristas de extrema derecha, grupos armados generadores de violencia, así como ataques económicos y violencia social relacionada con el crimen organizado, narcotráfico, paramilitarismo y terrorismo. (CEM 2019)

El Concepto Estratégico Militar de la FANB define la guerra como un fenómeno social no lineal, enfocándose en su proporcionalidad dentro del sistema defensivo territorial. Además, clasifica los tipos de guerra en Guerra No Convencional, Guerra Híbrida y Guerra de Quinta Generación, reflejando un enfoque adaptado a las dinámicas contemporáneas de conflicto. La FANB se prepara para enfrentar estas amenazas mediante una estrategia que combina la defensa convencional y no convencional, destacando su capacidad de adaptarse a los desafíos de la guerra moderna.

El Concepto Estratégico Militar para esta investigación es altamente significativo, porque abre el camino desde el eje Doctrinario para una educación para la Seguridad de la Nación enraizada en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar; y para el investigador se abre la posibilidad de estudiar la Consciencia Espiritual con el propósito de contrarrestar los aspectos cognitivos y psicólogos de la Guerra Hibrida y aportar una fundamentación teórica que pueda contribuir al inevitable cambio generacional producto del devenir de la historia. 

La Guerra Difusa.

La confrontación entre el Monroísmo y el Bolivarianismo, acentuada bajo los gobiernos del presidente Hugo Chávez y Nicolas Maduro, llevó a Estados Unidos a tomar medidas para frenar la Revolución Bolivariana y controlar los recursos de Venezuela. En respuesta, Venezuela adoptó un Concepto Estratégico Militar para enfrentar la Guerra Multifactorial y Multi Forme, descritas por Jiménez (2020) como Guerra Difusa, que el investigador ha resumido y presenta a continuación:

1.-Destruir el Estado-Nación, generando un clima de ingobernabilidad, a través de un bombardeo sistemático de los medios electrónicos. Creación de mecanismo de naturaleza emocional que incidan en sectores sociales diversos. Desde la teoría de las guerras blandas, hibridas. 

2.- Desequilibrar los elementos históricos de lo patriótico y lo nacional. Para romper la estructura socio-simbólica que identifica lo venezolano. Presentando a través del dominio del mass media modelos culturales de la vida estadounidense como superior a la cultura venezolana, colocando ideas de poder, ciencia, prestigio, dominio tecnológico y poder militar para demostrar el poderío de Estados Unidos de Norte América, bajo la doctrina de la violencia pasiva.

3.- Materializar la transculturación para hacer creíble la necesidad de una recolonización reforzando la idea del “fin de la historia” y de las ideologías. Influyendo en los sectores sociales ganados para la inevitabilidad del capitalismo; para lograr soterrar la cultura venezolana bajo la conciencia utilitarista de valores derivados del dinero, la ganancia y el mercado. 

4.- Debilitar la cohesión social de la sociedad, atacando los vínculos de pertenencia social, la confianza al prójimo, el reconocimiento de la legitimidad y la confianza en sus instituciones. Para agredir los procesos históricos y la credibilidad e imagen del Estado afectando el sentido de pertenencia e identidad nacional. Invirtiendo recursos financieros para comprar voluntades, captando venezolanos opositores para ser utilizados en sus planes

5.- Presiones políticas y diplomáticas a los Gobiernos de la región para considerar a Venezuela un Estado Fallido y Forajido a fin de consolidar matrices de opinión que favorezcan la intervención militar.” (Pág. 85)

Considerando la cita anterior, se observa cómo el gobierno de Estados Unidos ha implementado acciones agresivas contra la Nación venezolana. Estas medidas se reflejaron principalmente en el ámbito económico, donde se accionó una guerra económica destinada a desmantelar el aparato productivo nacional, desestabilizar la sociedad y provocar una crisis de gobernabilidad, exacerbado emocionalmente al pueblo con la finalidad de destruir la credibilidad del proceso revolucionario en Venezuela.

Seguidamente el mismo autor argumenta que la oposición política en Venezuela, apoyada por intereses estadounidenses, busca y deslegitimar al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro, utilizando la guerra mediática y psicológica para generar violencia, odio y caos social. Esto promueve la idea de un "Estado Forajido" y fragmenta al Estado. La tesis propone combatir esta Guerra Difusa mediante la formación de una Conciencia Espiritual y ética que refuerce la identidad venezolana y proteja la seguridad y el desarrollo del país.

La Teoría de la Conciencia Espiritual de Ken Wilber

Científicamente la conciencia viene caracteriza por su intencionalidad, lo que requiere una reflexión cuidadosa para diferenciar términos como Consciencia, Conciencia, Consciencia Espiritual, Ética y Cultural, especialmente en el contexto de la Seguridad de la Nación. Hawkins (2013) observa que, aunque la filosofía y las ciencias clínicas han explorado la conciencia desde distintas perspectivas, su naturaleza aún no se comprende completamente. En medicina y neurociencia, la conciencia se reduce a una función cerebral, sin profundizar en su explicación.

En la investigación se cuestiona la exactitud de las definiciones de "consciencia" y "conciencia" del Diccionario de la Real Academia Española y recurre a fuentes en inglés para mayor precisión, dada la base lingüística de los trabajos de Hawkins y Wilber. Según el Oxford Learner's Dictionary (2023), "awareness" se refiere a la capacidad de conocerse en un contexto, mientras que "consciousness" se describe como el Estado de ser consciente y responder al entorno, vinculando la consciencia con la mente y el cerebro y la conciencia con las actitudes hacia la vida.

Revisando el diccionario de la Real Academia Española se encontró que la definición de la consciencia tiene como primera acepción el conocimiento inmediato o espontaneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y de sus reflexiones. En su segunda acepción identifica a la consciencia con la capacidad de algunos seres vivos de reconocer la realidad circundante y de relacionarse con ella. La tercera acepción la identifica como el conocimiento reflexivo de las cosas y la cuarta acepción la contempla como la facultad psíquica por la que un sujeto se percibe a sí mismo.

En este orden de ideas, el Diccionario de la Real Academia Española, en su primera acepción, define a la conciencia como la capacidad de discernir entre el bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios. En la segunda acepción la define como el sentido moral o ético de una persona. En una tercera acepción identifica a la conciencia como un conocimiento espontaneo y poco reflexivo de la realidad, por ejemplo, no tenía conciencia de haber ofendido a nadie. La cuarta acepción señala a la conciencia como un conocimiento claro y reflexivo de la realidad, por ejemplo, aquí hay poca conciencia ecológica. Una quinta acepción une a la consciencia con la conciencia como la capacidad de reconocer la realidad circundante. Y una sexta acepción la señala como la capacidad psíquica por la que un sujeto se percibe a sí mismo. Las distintas acepciones le dan riqueza al concepto, pero podría llevar a una confusión en su comprensión.

En la opinión del investigador las definiciones de la consciencia y la conciencia por parte del Diccionario de la Real academia española no las conceptualiza con exactitud; se apeló al diccionario de inglés porque los escritos originarios del Hawkins y Wilber fueron desarrollados en ese idioma. Además, se hizo una averiguación en italiano de los términos de consciencia y conciencia por sus implicaciones y peso específico en el desarrollo teológico-filosófico.

En el Oxford Dictionary of English (1998), la conciencia viene definida como “awareness” y la consciencia como “consciousness”. “Awareness” viene señalada como la capacidad que tiene la persona de conocerse a sí misma en un contexto determinado, es decir es la toma de conciencia de lo que sucede presentándose de forma espontánea. El término “consciousness” la define como el estado de ser consciente y responder al entorno de uno, por ejemplo, ella no pudo recuperar el conocimiento y murió en dos días. Con este término, el diccionario identifica a la consciencia con la mente en sí misma y con todas las operaciones del cerebro y a la conciencia como una manifestación de la consciencia la cual genera una postura y una actitud ante la vida.

El diccionario de la lengua italiana identifica la conciencia con el término de “consapevolezza”, indicando la condición de quien está consciente. Tener conocimiento, darse cuenta de algo. Conciencia de uno mismo y de los otros indicando como la condición o estado interior de equilibrio e inteligencia. Así mismo, el diccionario italiano identifica a la consciencia con el término “coscienza”, Identificándola con la capacidad psicológica de la autoconciencia y con ello la capacidad de conocerse a sí mismo. Además, el diccionario italiano lo une al sentido del deber, del bien y del mal.

En el Diccionario de Filosofía de Brugger (1998) define la consciencia como un término derivado del latín “conscientia”, que significa "ser conscientes de ello". Se describe como el conocimiento inmediato que un individuo tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones en cualquier situación social. Esta definición implica la capacidad de verse y reconocerse a sí mismo, así como de juzgar ese reconocimiento y visión personal, como se puede constatar de la siguiente cita:

“Proviene del latín conscientia, lo que significa 'ser conscientes de ello, por ende se considera como el conocimiento inmediato que todo sujeto o ser humano tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones ante cualquier situación que se le presente en la sociedad donde se desenvuelve, por lo que se puede decir que se refiere a la capacidad de verse y reconocerse a sí mismos, así como de juzgar sobre la visión y reconocimiento.” (p. 45)

Wilber (2011) diferencian entre "consciousness" y "Awareness". Describiendo a la "consciousness" como un campo de energía universal, omnipresente e infinito, que trasciende el tiempo y la materia, y es la base de toda existencia. Esta "consciousness" se manifiesta en todas las formas de vida y se conecta con la divinidad. En contraste, la "Awareness" se refiere a la conciencia subjetiva que interpreta y percibe esta realidad absoluta y no lineal. El autor, también explica que la "Awareness" evoluciona a través de niveles medibles de poder, análogos a las ondas del espectro electromagnético. Al respecto es revelador la siguiente reflexión de Ken Wilber (2011) en su obra el espectro de la conciencia:

La radiación electromagnética consiste, por consiguiente, en una gama de ondas de energía de distinta longitud, frecuencia y energía, que oscilan entre los finísimos y sumamente penetrantes rayos cósmicos, y las radiofrecuencias de mayor densidad y menor energía. Comparemos ahora esto con la descripción del Lama Govinda de la visión del budismo tibetano de la consciencia. Al hablar de los distintos tonos, bandas, o niveles que componen la conciencia, Govinda afirma que dichos niveles no constituyen capas independientes…sino que su naturaleza es más bien la de una forma de energía mutuamente penetrantes, desde la “radiante” conciencia luminosa más sutil y que todo lo impregna, hasta la forma más densa de “conciencia materializada”, que se manifiesta en nuestro cuerpo físico y visible. (Pág. 19).

Con esta cita Wilber (2011), describe la conciencia como una forma de energía que varía desde la más sutil y luminosa hasta la más densa y materializada, similar a las ondas electromagnéticas que varían en longitud y frecuencia. Esto explicaría los varios niveles de vibración de la Conciencia que el autor identifica en siete niveles principales: nivel ego, nivel existencial, nivel mente, nivel transpersonal, nivel biosocial, nivel filosófico y nivel sombra. El investigador se enfoca en los tres primeros niveles por estar orientación bajo una visión entendible y vivencial para un público occidental y venezolano.

En la descripción de los tres primeros niveles Wilber (2011) señala el nivel ego, como la condición que abarca la identidad y los aspectos conscientes e inconscientes del ser humano. El nivel existencial incluye tanto el cuerpo como la mente y está relacionado con el sentido de la vida y la cosmovisión cultural. Por último, el nivel mental, que representa la conciencia mística de unidad con el universo. Estos niveles son esenciales para entender la relación entre la Conciencia Espiritual y las operaciones psicológicas en el contexto de las Guerra Difusa.

En este orden de ideas el investigador identifica como los niveles de conciencia del nivel del ego y el existencial influyen en las teorías de la guerra, como la Teoría de la Turbulencia Social y la Teoría del Caos Constructivo. Según Wilber (2011) el flujo de la conciencia afecta tanto al cuerpo como al comportamiento colectivo. Un flujo de conciencia libre genera sanaciones proactivas como seguridad, equilibrio y amor, mientras que un flujo interrumpido o discontinuo provoca reactividad con la capacidad de alteran los estados de la conciencia hacia el desarraigo, sufrimiento y odio. Estos conceptos son fundamentales para entender cómo la conciencia impacta en la conducta de los pueblos en contextos de conflicto.

Cuando el flujo de la consciencia es libre su excitación es plena y emergen las siguientes sensaciones como: 1.- Seguridad, 2.- Equilibrio, 3.- Relaciones, 4.- Orgasmo, 5.- Alegría, 6.- Risa, 7.- Placer, 8.- Esperanza, 9.- Caridad, 10.- Amor, 11.- Piedad, 12.- Alcance, 13.- Afirmación, 14.- Apertura, 16.- Halo espiritual. Pero cuando el flujo está bloqueado se crea un estancamiento de la excitación que produce sanaciones antagónicas como: 1.- Desarraigo, 2.- Inestabilidad, 3.-Inseguridad, 4.- Frigidez, 5.- Perversión, 6.- Llanto, 7.- Sufrimiento, 8.- Desesperación, 9.- Odio, 10.- Insensibilidad, 11.- Retraimiento, 12.- Negatividad, 13.- Hostilidad, 14.- Culpa, 15.- Duda, 16.- Sede del diablo. El siguiente grafico lo señala con mayor claridad.




Gráfico 1. Flujo de la Conciencia.

Fuente: (Wilber, 2011, pág. 322)


Al emplear al cuerpo humano en una analogía, Wilber (2011) representar el nivel del ego, conectando diferentes partes del cuerpo con aspectos de la consciencia y cómo estas pueden ser afectadas por influencias externas. El investigador partiendo de las afirmaciones de Wilber señala la siguiente asociación de la conciencia y la Guerra Multifactorial y Multiforme. Por ejemplo, los pies y las piernas, simbolizan el arraigo y la seguridad, reflejan con claridad cómo la globalización y la transculturización pueden desarraigar a una nación, llevando a un estado de desequilibrio y caos. Los genitales y el abdomen, asociados con el placer y la alegría, pueden ser asociados con las medidas coercitivas, generando sufrimiento y manipulación.

Siguiendo este orden de ideas, el tórax y el corazón, vinculados al amor y la esperanza, vienen distorsionados por la incitación al odio, promoviendo una determinada turbulencia social o caos. La cabeza y los hombros, conectados con la afirmación y la apertura, son afectados por los aspectos cognitivos de la Guerra Difusa, fomentando hostilidad y retraimiento. Mientras que la corona y el cerebro, representan la espiritualidad, colocan en evidencia la importancia de la Consciencia Espiritual; porque cuando se ataca a la consciencia se doblega todo el cuerpo, es decir se somete al pueblo.

Por todo lo que se ha expuesto hasta el momento, la investigación se orientó hacia la conceptualización de Wilber (2011) sobre la naturaleza espiritual de la consciencia, entendida como un fenómeno en constante expansión y estratificación, influenciado por el ego. En este marco, la conciencia se concibe como el aspecto subjetivo de la consciencia en el ser humano, dando lugar a diversas formas de conciencia como la ética, social, cultural, política, militar y religiosa. Estas formas surgen de una cosmovisión e interpretación personal de la consciencia, que con el tiempo adquiere un carácter colectivo.

En último término, la evolución de la consciencia va acompañada por el fenómeno de la expiación del ego. Según Wilber (2011), el ego no evoluciona porque está ligado a los instintos primitivos biológicos. El investigador señala que el problema no reside en el ego en sí, sino en cómo viene manipulado ideológicamente. Ejemplos como los Juegos Olímpicos, los mundiales de fútbol y las publicidades de moda son utilizados en un contexto capitalista para manipular mercados y fomentar un consumismo depredador que compromete las soberanías de los pueblos. La solución propuesta es contrarrestar estos efectos mediante una Conciencia Espiritual elevada.

David Hawkins, los niveles de la conciencia y los determinantes ocultos del comportamiento humano.

David Hawkins tuvo una experiencia cercana a la muerte tras un accidente en bicicleta durante una tormenta de nieve en 1939, en Wisconsin. Atrapado en el frío extremo, se refugió en una madriguera de nieve y, al borde de la muerte, experimentó una sensación de paz profunda, calor y una conexión con una presencia infinita y amorosa. En ese estado, su conciencia se fusionó con un sentimiento de iluminación omnipresente, perdiendo la noción de su cuerpo y del mundo físico. Aunque regresó a la realidad por la intervención de su padre, esta experiencia le hizo trascender su religión y descubrir una nueva comprensión de la espiritualidad, como lo expresa la siguiente cita:

En 1939, yo repartía periódicos en un pueblo de Wisconsin en una ruta de 17 millas de longitud. Una oscura noche de invierno, me encontraba lejos de casa en medio de una tempestad de nieve. La temperatura era 20 grados bajo cero y mi bicicleta había caído sobre un campo helado cubierto de nieve. Un viento feroz había destrozado los periódicos que llevaba en la canasta de la bicicleta, esparciéndolos sobre el terreno. Rompí a llantos por la frustración y el agotamiento, mi ropa estaba congelada y estaba demasiado lejos de casa. Para escaparme del viento, cavé sobre la capa helada de una avalancha hasta lograr construir una madriguera en donde me refugié. Pronto dejé de tiritar y comencé a sentir un calor delicioso…y luego un estado de paz indescriptible. Esto acompañado de una difusión de luz y una presencia de amor infinito, sin principio y sin fin, e indistinguible de mi propia esencia. Estaba inconsciente de mi propio cuerpo físico y de mi alrededor mientras mi conciencia se fusionaba con un estado de iluminación omnipresente. El silencio aumento en mi mente, los pensamientos quedaron suspendidos. Una infinita presencia era todo lo que había o podía haber, más allá del tiempo y del espacio y las palabras…volví a la conciencia sintiendo al rostro ansioso de mi padre. Me sentía renuente de regresar a mi cuerpo y todo lo que eso implicaba…pero amaba a mi padre profundamente y debido a su angustia preferí volver…Objetivamente me compadecía de su miedo a mi muerte, pero al mismo tiempo, el concepto de “muerte” me parecía absurdo…había perdido la religión...pero había descubierto la espiritualidad. (Hawkins, 2013, pág. 10)

Esta experiencia de Hawkins fue fundamental para todo su desarrollo investigativo. Él mismo afirma que después de esta experiencia, la realidad comenzó a parecer provisional; las enseñanzas religiosas tradicionales perdieron significado, y paradójicamente se volvió agnóstico. Una de las cosas significativas para le Seguridad de la Nación fue la experiencia de Hawkins en la Segunda Guerra Mundial porque lo asignaron como dragaminas y la muerte siempre lo estuvo rozando, pero al contrario de sus compañeros de equipo, no le temía a la muerte porque perdió su autenticidad. (Hawkins 2013)

Esta experiencia de Hawkins esta paralelamente en sintonía con los estudios del Dr. Raymond Moody (1975) en su obra vida después de la vida. Moody estudió el fenómeno de la muerte en personas declaradas clínicamente muertas y posteriormente reanimadas. Fue el primer médico que estudio de forma sistemática los fenómenos de supervivencia corporal, actualmente dirige el “Teatro de la Mente” en el Estado de Alabama. Su trabajo experimental fue realizado en varias naciones y diferentes culturas. ¿Qué tiene que ver estos estudios con la Seguridad de la Nación? Son importante porque a raíz de ellos se abrió un camino espiritual lleno de esperanza motivando a las personas a buscar la realización personal en miras a la trascendencia, como sería defender a la patria; suceso incomprendido en el mundo lineal y dual, y que Wilber (2011) la coloca al nivel de sombra, propio por lo difícil de comprender y asumir.

Moody presentan un estudio exhaustivo de las personas muertas clínicamente que de alguna forma han sido reanimadas. Todas esas personas reanimada y vueltas a la vida han experimentado lo que Hawkins nos narró sobre su posible muerte. Todos han sentido paz, luz y una presencia Divina que los dirige. Esto de alguna u otra forma desde la fe del investigador, señala la existencia de un espíritu inmortal que debe concienciar toda mujer y hombre dispuesto a luchar por la Seguridad de la Nación. El fenómeno espiritual concede la certeza que luchar por su Patria tiene un sentido y un propósito, como lo hizo el Libertador Simón Bolívar, los próceres de la independencia de Venezuela; o personaje como Santa Juana de Arco, el Capitán San Ignacio de Loyola, San Francisco de Asís, entre otros muchos.

El método de Hawkins y los niveles de la conciencia

Basando sus investigaciones en la kinesiología durante 20 años, Hawkins (2013), calibró a millones de sujetos de diversas características. bajo el enfoque clínico y con implicaciones pragmáticas, validado por el método experimental. Los estudios del autor integraron literatura sobre la consciencia en áreas como la arquitectura, el arte, las ciencias y las relaciones humanas. Su trabajo abarcó la totalidad de la experiencia humana a lo largo del tiempo, logrando una replicabilidad experimental perfecta, cumpliendo con los requisitos del método científico.

En este orden de ideas es preciso señalar a la kinesiología como una rama de las ciencias que estudia la respuesta muscular a estímulos, donde un estímulo positivo fortalece el músculo y uno negativo lo debilita. Esta técnica, validada durante más de 25 años, fue asumida por Hawkins (2013) siguiendo los principios del Dr. John Diamond, quien demostró que estas respuestas ocurren tanto con estímulos físicos como mentales. Este método ofrece una base objetiva para diferenciar y observar los diferentes niveles de conciencia expresados de modo individual y colectiva, la cual fue constatada en números pueblos y diversas culturas.

Es así, que basándose en la kinesiología Hawkins (2013) desarrolló una escala exponencial del uno (01) a mil (1.000) para calibrar los niveles de conciencia humana, midiendo el poder relativo de cada nivel en diversas áreas de la experiencia. Esta escala refleja el impacto de los niveles de conciencia y coincide con los subniveles propuestos por Wilber (2011), además de relacionarse con fenómenos emocionales e intelectuales en sociología, psicología clínica y espiritualidad. En estos estudios se consideraron los aportes de fisioterapeutas como George Goodheart, quien en 1971 demostró la relación entre la fuerza muscular, la salud de los órganos y los meridianos de acupuntura.

El mismo autor demostró que las actitudes emocionales negativas debilitan el cuerpo y afectan la sincronía cerebral, resaltando la importancia de la conciencia y las emociones en la salud. Esto es significativo para esta tesis doctoral, ya que demuestra que la conciencia, como emanación de la consciencia, posee una energía que influye tanto en el comportamiento personal como colectivo. El investigador sostiene que estas dinámicas son parte esencial de los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Difusa, destacando cómo la conciencia afecta directamente el entorno y la interacción social en contextos del conflicto.

La propuesta del libro Ortho molecular Psychiatry, era que las enfermedades mentales como la psicosis, desordenes emocionales tenían una base genética que envolvían un conducto bioquímico anormal en el cerebro, una base molecular que podía ser corregida en el ámbito molecular. Los desórdenes maniaco-depresivos, la esquizofrenia, el alcoholismo y la depresión podrían ser afectadas por la nutrición y los medicamentos. Pero fue el doctor Diamonnd, quien demostró que el cuerpo se debilita instantáneamente en respuesta a las actitudes emocionales enfermizas o las tensiones mentales que tenían mayor influencia clínica continua. También se comprobó la falta de sincronía de los hemisferios cerebrales. Y con esto se fue fundamentado la relevancia de la consciencia y de las emociones tanto individuales como colectivas.

Los atractores y el campo energético de la conciencia.

El estudio de los niveles de conciencia revela que cada nivel genera un campo de energía influenciado por atractores aparentemente aleatorios que influyen en ese campo de energía medible a través de la kinesiología. Estos atractores han sido clave para entender las funciones del cerebro mediante modelos neurofisiológicos y redes neuronales, demostrando que el cerebro opera como un sistema de atractores. Estos modelos no solo vinculan la conducta con la fisiología, sino que también están unidas a prácticas como la meditación, que el sistema neuronal registrar como gratificantes, elevando el nivel de conciencia. Asimismo, los atractores pueden ser utilizados para inducir emociones negativas como odio, violencia, miedo e ira, elementos usados tácticamente en las nuevas formas de guerra aplicadas a Venezuela. (Hawkins, 2013)

El consumo de drogas y el orgasmo ilustran cómo los atractores pueden influir en el nivel de conciencia, ya sea elevándolo o reduciéndolo. En el caso de las drogas, la satisfacción química crea adicción y esclaviza al individuo a un bajo nivel de conciencia porque limita la libre autodeterminación. De manera similar, el orgasmo, aunque es una parte fundamental de la sexualidad humana, puede llevar a niveles altos o bajos de conciencia según el atractor que lo motive. En situaciones de guerra, los soldados pueden buscar satisfacción a través de la violación, motivados por emociones negativas como el odio y el resentimiento, lo que refleja cómo ciertos atractores pueden perpetuar un bajo nivel de conciencia en situaciones extremas.

El estudio de Hawkins (2013) sobre la evolución de la conciencia utiliza una escala de uno a mil para medir los campos energéticos de diferentes niveles de conciencia, donde los atractores de baja energía se encuentran por debajo de 200 y los de alta energía comienza a partir de 250 según la escala Hawkins. Esta escala refleja tanto la experiencia humana ordinaria como los estados de iluminación espiritual. Ejemplos de altos niveles de conciencia son figuras como el Libertador Simón Bolívar, Mahatma Gandhi, madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Dr. José Gregorio Hernández y madre María de San José entre otros.

Es importante destacar, que Hawkins (2013) descubrió que la mayoría de la población mundial se encuentra en niveles bajos de conciencia, donde se recurre a la fuerza para someter. Aunque, hay algunas culturas donde existe una mayor búsqueda de conexión con la Consciencia Espiritual. Japón, por ejemplo, evolucionó significativamente después de la Segunda Guerra Mundial, mientras que Estados Unidos vio una disminución en sus niveles de conciencia colectiva tras la Guerra de Vietnam, reflejada en una cultura popular que glorifica la violencia. A pesar de esto, existe la posibilidad de crear políticas para entrenar el ego colectivo y elevar los niveles de la consciencia de la comunidad internacional hacia una cultura de paz que respete la libre autodeterminación de los pueblos.

Los niéveles de la consciencia

En la teoría de los niveles de la conciencia de Hawkins (2013), presenta el estudio organizado con un rango energético exponencial que va desde la vergüenza, con un nivel de 20 de la escala de Hawkins, hasta la iluminación, que alcanza entre 700 y 1.000. Este mapa se divide en cuatro secciones principales: la primera incluye niveles bajos como la vergüenza, culpa y apatía, todos por debajo del punto crítico de 200. La segunda sección, de 200 a 499, corresponde a la mente lineal, donde se encuentran el coraje, la aceptación y la razón. La tercera sección, de 500 a 599, abarca niveles espirituales como el amor y la alegría. Finalmente, la cuarta sección, de 600 a 1.000, corresponde a estados de iluminación y esclarecimiento.

Los niveles de conciencia por debajo de 200, según Hawkins (2013), son propensos al caos, desorden y conflicto. La teoría de la Guerra Difusa de Jiménez (2020) afirma que Estados Unidos utiliza métodos de guerra no convencional para manipular la conciencia colectiva en Venezuela; el investigador observa con claridad que estos métodos induciendo niveles bajos de conciencia que fomentan la muerte y la violencia. Estos niveles bajos se manifiestan como culpa, apatía, y miedo, que son explotados para generar desesperación, odio y manipulación social. Además, el deseo, intensamente manipulado por la publicidad y las redes sociales, impulsa movimientos masivos a abandonar sus países en busca de una vida idealizada en Estados Unidos.

Cuando el deseo no se cumple, surge la frustración, como ocurrió en Venezuela con la escasez de productos básicos, combustible e insumos médicos, lo que generó desesperación en la población. En la Guerra Difusa, también se manipulan emociones como la ira y el orgullo. Hawkins (2013) distingue entre el enfado por injusticias, que busca justicia, y la ira motivada por el odio, que lleva a la destrucción. Ejemplos de esta ira destructiva incluyen la Primavera Árabe y el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como las guarimbas en Venezuela en 2014 y 2017, donde la ira fue utilizada para incitar a la violencia y el caos; como lo refiere en la síguete cita de Hawkins, (2013)

El deseo conduce a la frustración, la frustración, que a su vez produce enfado. Así, el enfado puede ser un fulcro mediante el cual los oprimidos sean finalmente catapultados hacia la libertad. El enfado causado por las injusticias sociales, la victimización y la desigualdad ha generado grandes movimientos y enormes cambios en la estructura social, y no la ira en sí, los que fueron constructivos y beneficiosos. (Pág. 135)

Toda la teoría de Hawkins constata la importancia de la conciencia en todo el quehacer humano; en opinión del investigador esta teoría confiere una base sólida e la construcción teórica sobre la Consciencia Espiritual en el fortalecimiento de los principios ideológicos, filosóficos y sociales para garantizar la Seguridad de la Nación.

A continuación, observaremos, del mapa de la conciencia con niveles calibrados en relación a los procesos específicos de la conciencia: emociones, percepciones, actitudes, punto de vista, creencias espirituales. 



Gráfico 2. Mapa de la conciencia de Hawkins

Fuente: (Hawkins, 2013, pág. 77)

El mapa de la conciencia desarrollado por Hawkins (2013) fue crucial para definir tanto la Consciencia en sí misma y la Consciencia Espiritual en el marco de la Seguridad de la Nación. Cada nivel de este mapa es clave para entender cómo los aspectos cognitiva y psicológicos de la Guerra Difusa, son usados por los enemigos de la patria venezolana para intentar inducir niveles bajos de conciencia para someter a su pueblo y cambiar el gobierno.

La teoría del exocerebro y la cultura en Roger Bartra

Ortega y Gasset (1893) en su obra, “El Tema de Nuestros Tiempo”, afirmó que la cultura es la vida misma y esencia de la humanidad. La Cultura es un sistema de ideas expresadas en el tiempo y en la historia. El filósofo afirma que “la cultura es un todo, sin la cultura no hay vida, no hay tiempo, no hay historia” (Pág. 180). Pensamiento inspirador porque de esta aseveración se respalda el estudio de las categorías de consciencia cultural, conciencia moral y conciencia espiritual relacionadas a esta investigación.

En el siglo XXI, se debate la relación entre conciencia y cultura, con posturas que señalan la evolución humana desde su desarrollo cerebral, como otras que afirman que dicha evolución se debe al hecho cultural.  A pesar de los avances en neurociencia, Roger Bartra (2014) sostiene que aún no se comprenden completamente los mecanismos neuronales que sustentan el pensamiento y la conciencia asociadas al hecho cultural, debido a la perspectiva materialista y positivista dominante. El autor cuestiona el reduccionismo biológico de la conciencia y la cultura, planteando preguntas sobre si la violencia, la corrupción, y la moralidad están determinadas por la bioquímica cerebral o si son fruto de la cultura.

Ahora bien, Roger Bartra (2014), critica a los neurobiólogos por centrarse únicamente en la estructura funcional del cerebro, ignorando la influencia de la cultura y las preguntas existenciales que el ser humano se plantea en relación con su vida, sufrimiento e historia. Mientras que los neurobiólogos limitan la evolución humana al proceso cerebral, corrientes antropológicas, sostienen que dicha evolución es resultado de la socialización y el impacto de la cultura. Razón por la cual el autor tras estudiar la neurociencia introduce el concepto de “prótesis cultural”, argumentando que la evolución del ser humano no se limita a factores biológicos internos, como el desarrollo cerebral, sino que también involucra aspectos culturales.

Mientras la neurobiología y la paleontología se centran en hallazgos fósiles y el desarrollo del cerebro, Roger Bartra (2014) enfatiza la importancia de la cultura en la evolución humana indicando que el desarrollo cerebral también se debe al hecho cultural proponiendo la teoría del exocerebro, teoría que sostiene que la evolución del cerebro, la conciencia y la razón ha sido impulsada por el hecho cultural.  El antropólogo argumenta que, en lugar de ser solo el cerebro el responsable de la conciencia, las adversidades externas generaron sufrimiento y estrés, lo que llevó al desarrollo de soluciones culturales. Así, el cerebro humano responde a desafíos mediante una "prótesis mental" que le permiten adaptarse y sobrevivir, superando sus propias limitaciones biológicas.

El exocerebro no es algo somático ni una entidad metafísica, sino según Bartra (2014) es una red cultural y social que complementa funciones cerebrales debilitadas. Esta prótesis se integra con el cerebro y el sistema nervioso, formando una unidad mente-cuerpo. Para enfrenar desafíos como cambios ambientales o necesidades básicas, los proto-humanos experimentaron sufrimiento que llevó al desarrollo de la consciencia. Esta teoría sostiene que, además de los sistemas cerebrales reptílico, límbico y neocórtex, está el "exocerebro" que actúa como un cuarto nivel extrasomático, abordando las disfunciones cerebrales y fomentando la consciencia cultural; como lo refiere en la siguiente cita de Bartra:

Yo quiero recuperar la imagen del exocerebro para aludir a los circuitos extrasomáticos de carácter simbólico. Se ha hablado de los diferentes sistemas cerebrales: el sistema reptílico, el sistema límbico y el neocórtex Creo que podemos agregar un cuarto nivel: el exocerebro. Para explicar y complementar la idea, me gustaría hacer aquí un paralelismo inspirado en la ingeniería biomédica que construye sistemas de sustitución sensorial para ciegos, sorda y otros discapacitados.8 La plasticidad neuronal permite que el cerebro se adapte y construya en diferentes áreas los circuitos que funcionan deficiencias. Si trasladamos al exocerebro este enfoque, podemos suponer que importantes deficiencias o carencias del sistema de codificación y clasificación, surgidas a raíz de un cambio ambiental o de mutaciones que afectan seriamente algunos sentidos (olfato, oído), auspician en ciertos homínidos su sustitución por la actividad de otras regiones cerebrales (áreas de Broca y Wernicke) estrechamente ligadas a sistemas culturales de codificación simbólica y lingüística. (Pág. 11)

La cita anterior señala que la actividad neuronal sustitutiva está íntimamente relacionada con la "prótesis cultural", como un sistema simbólico que reemplaza mecanismos deteriorados o deficientes cuando el entorno cambia drásticamente. Según esta teoría, ciertas áreas del cerebro tienen una dependencia genética del sistema simbólico de sustitución, que se transmite culturalmente. Bartra (2014) mantiene la idea que los seres humanos genéticamente, no pueden sobrevivir aislados y en completa dependencia de su entorno sin adaptar su entorno a sus necesidades.

Las investigaciones recientes Bartra (2014) asume los estudios neurocientíficos que han descubierto la plasticidad neuronal en los circuitos cerebrales que se han desarrollado de forma dependiente con el entorno social. Los estudios sobre el lenguaje muestran cómo las interacciones entre redes neuronales impulsan el aprendizaje y moldean los mapas cerebrales. Por ejemplo, a los niños sin un entorno social adecuado no llegan a desarrollar habilidades lingüísticas normales. Además, argumenta que la relación entre el cerebro y la conciencia indica que esta última no es un espacio cerrado, sino que está siempre en conexión con el exterior.

La teoría del “exocerebro” plantea un desafío significativo para la comprensión de la conciencia y su impacto en el comportamiento humano. La idea de que la Consciencia Espiritual puede ser vista como un pilar en la fundamentación ontológico de la Seguridad de la Nación está estrechamente unido al hecho cultural. Esto es porque la teoría del exocerebro lleva al investigador a comprender a la persona humana como un ser social consustanciado al hecho cultural, de ahí se contempla que toda estrategia en Seguridad de la Nación debe obligatoriamente contemplar la cultura para garantizar la sobrevivencia del Estado-Nación. 

A partir de la teoría de Bartra (2014), el investigador infiere la importancia de la consciencia cultural como una forma de conciencia estratégica para blindar las acciones que garanticen la Seguridad de la Nación. Esta conciencia estratégica surge históricamente como un instinto colectivo ante amenazas a su supervivencia. Es fundamental comprender que los métodos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa buscan desconectar a la conciencia social del “exocerebro” cultural, debilitando la cohesión social para generar conflictos. Sin embargo, la clave para derrotar al enemigo radica en reconectar al pueblo con la Conciencia Espiritual restaurando el arraigo e identidad nacional-

Según Bartra (2014), la conciencia es un fenómeno social y cultural limitado al ámbito humano y su entorno sosteniendo que la evolución humana no depende solo del cerebro, sino también de la cultura, formada por las dificultades ambientales que impulsan al ser humano a buscar formas de sobrevivir, almacenando estas experiencias en una memoria externa, el “exocerebro", que construye el hecho cultural. Este enfoque es clave para la investigación, ya que subraya el papel del hecho cultural como determinante esencial del ser humano, en consonancia con los objetivos del estudio.

Debido al vacío conceptual sobre la Conciencia Espiritual y los conflictos entre la antropología y la neurociencia, el investigador adoptó la teoría del exocerebro como base antropológica, integrándola con los estudios de Hawkins (2013). Desde la neurología, psiquiatría, psicología y filosofía, Hawkins otorga a la teoría del exocerebro la trascendencia necesaria para relacionarla con la Consciencia Espiritual como medio para superar la guerra en Venezuela. En este sentido, una cita de Hawkins respalda la coherencia entre la teoría del exocerebro y sus estudios, destacando su relevancia en el contexto investigado.

Al notar la universalidad de los patrones y los símbolos arquetípicos, Carl Jung acuño la frase “inconsciencia colectiva”, la cual refiere al pozo si fin del subconsciente de todas las experiencias compartidas por la raza humana. Podemos imaginarlo como una amplísima y escondida base de datos de la percepción humana, la cual se caracteriza por patrones de organización poderosos y universales. Este tipo de base de datos, abarca toda la información que ha estado disponible a la conciencia humana, e implica capacidades de penetrar en todo lo que se ha experimentado en cualquier lugar y en cualquier momento, la gran promesa de la base de datos es la disposición de “saber” virtualmente todo en el momento que se le pregunte. (Pág. 253)

Bartra, junto con Hawkins, proporciona una base para comprender la relevancia de la cultura en el contexto de la Seguridad de la Nación, mostrando cómo sus teorías pueden combinarse para ofrecer una visión integrada del desarrollo humano y espiritual, orientada a crear una cultura estratégica propia que garantice la Seguridad de la Nación. La cultura venezolana al estar vinculada a la Doctrina Bolivariana, debe ser, según el investigador, una cultura revolucionaria que dé respuesta al cambio generacional, como plantea Córdoba (2021) en su obra “Cultura y Conciencia Revolucionaria”, la cual se expone a continuación.

Víctor Córdoba Caña, cultura, consciencia revolucionaria

El Dr. Víctor Córdoba, en su libro "Cultura y Conciencia Revolucionaria" (2021), analiza el impacto de la cultura y la conciencia revolucionaria en la Venezuela contemporánea. El doctor, explora la construcción de un nuevo modelo de sociedad y cultura, destacando la necesidad de una reflexión sobre la transformación social y la creación de un socialismo bolivariano propio, que se ajuste a la realidad venezolana sin seguir modelos preestablecidos. La economía pre-petrolera, sustentada en la producción de cacao y café, moldeó la conciencia social y política de Venezuela arraigada a la tierra y a tradiciones forjadas por más de trecientos años de colonización, de algún u otro modo constituyeron la identidad del venezolano de hoy.

Es así, que las estructuras sociales producto del mestizaje con la fuerte influencia española, africana y aborigen hacen parte de lo que se puede llamar venezolanidad, con sus aspectos reactivos y proactivos que más allá del proceso colonizador y esclavista son elementos esenciales de la identidad del venezolano. Pero, según Cordova (2021) al iniciarse la producción petrolera se generó una fragmentación social producto de la alienación cultural impuesta por el modelo capitalista imperial. El problema está que esta alienación busca un implante cultural en detrimento a la identidad nacional. Por eso el autor subraya la importancia de superar la alienación cultural a través de una conciencia revolucionaria que promueve la cohesión social y el desarrollo integral.

Cabe considerar por otra parte, que Córdoba (2021) ofrece una visión integral y multifacética de la "conciencia revolucionaria", articulando cómo esta no solo sintetiza diversas formas de conciencia como la histórica, social y de clase, sino que también se adapta a los desafíos del siglo XXI... A través de un análisis, el investigador considero los conceptos de Conciencia Revolucionaria, Conciencia de Clase, Conciencia Falsa y Conciencia Cultural del autor en cuestión, por ser categorías asociadas al fenómeno de la Consciencia Espiritual en cuadradas en la Seguridad de la Nación; que a continuación se exponen.

Conciencia Revolucionaria:

La Conciencia Revolucionaria para Cordova (2021) es una modalidad que sintetiza otras formas de conciencia, como la conciencia histórica, conciencia social, conciencia ética y conciencia de clase. Esta conciencia no es estática, sino por el hecho de ser revolucionaria debe adaptarse a los cambios generacionales, históricos, sociales, tecnológicos y científicos. Además, hace referencia a la importancia de las políticas sociales como un espacio para la construcción de una nueva cultura, donde el "vivir viviendo" se presenta como una praxis que transforma la vida cotidiana. Este pensamiento coloca el concepto de cultura como una categoría dinámica que va evolucionado con el devenir del tiempo.

Al introduce la idea del "vivir viviendo" Córdoba (2021) la señala como una característica esencial de la cultura, interpretándolo “el vivir como cultura" (p. 80). Este concepto propone que el hecho mismo de vivir va transformando la subjetividad. Estos cambios en la percepción subrayan el poder de la conciencia para generar una nueva realidad social y cultural. El autor destaca que ese “vivir viviendo” en Venezuela se hace presente la coexistencia de modos de vida tradicionales, urbanos y posmodernos dando como síntesis una nueva cosmovisión cultural.

En el contexto del "vivir viviendo", la ubicación geográfica y la riqueza natural de Venezuela, junto con el capitalismo salvaje emergen como factores determinantes que afectan la vida del venezolano. Venezuela se convierte en un objetivo central de las ambiciones hegemónicas de las grandes transnacionales y los intereses geoestratégicos de Estados Unidos, que buscan controlar la globalización para sostener sus economías. Galeano (2010) critica el consumismo desenfrenado vinculado a la globalización, señalando que lleva a la ruina económica y a la degradación moral al promover contravalores propios del capitalismo salvaje.

Interpretando a Córdoba (2021), este “vivir viviendo” puede entenderse como un proceso de reconfiguración de la identidad cultural como parte de un proceso de “ósmosis cultural” en el contexto de la globalización y las influencias externas. Todo el marco teórico de la tesis ha permitido un análisis más profundo de cómo las transformaciones culturales tienen la capacidad de influir no solo en la estructura social, sino también en la subjetividad y la identidad de sus ciudadanos, que, de alguna manera, si no se toman medidas oportunas e inteligentes la nación será sometida de modo pasivo por los intereses transnacionales.

Relación con la Conciencia de Clase:

En relación con el análisis precedente, Córdoba (2021) sostiene que la conciencia revolucionaria debe trascender los intereses de clase, uniendo a trabajadores manuales, intelectuales y profesionales en una lucha común contra el poder burgués y el imperialismo. Esta visión representa una evolución de la conciencia de clase en el marco de la Seguridad de la Nación, sostenida por lo que se ha llamado el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, que busca unificar a la sociedad bajo valores que trascienden las divisiones tradicionales.

En opinión del investigador Este proceso evolutivo implica, tomar los aspectos positivos de la identidad cultural, desechando los negativos en torno a una programación educativa de moral cívica, ética bolivariana de justicia encaminada al bienestar social y el bien común. Parafraseando a Córdoba (2021), esa conciencia revolucionaria debe ser entendida no solo como una estrategia política, sino como una praxis ética que impulse a la sociedad hacia la equidad y la solidaridad en su lucha contra el poder burgués y el imperialismo, y tribute a la “Conciencia Estratégica Colectiva” para garantizar la Seguridad de la Nación.  

Crítica a la Conciencia Falsa.

La terminología de Conciencia Falsa en Córdoba (2021) retoma la idea marxista de que "la vida determina la conciencia" y destaca la importancia de basar la conciencia revolucionaria en la praxis concreta, evitando caer en la "conciencia falsa" impuesta por las ideologías dominantes. Esta falsa conciencia distorsiona la percepción de la realidad, como se ha visto en Venezuela cuando muchos de sus ciudadanos quedan atrapados con lo que se ha llamado el “sueño americano”. Para que la formación de esta conciencia sea efectiva la lucha revolucionaria debe enfocarse no solo en transformar las estructuras externas, sino también en liberar internamente a los individuos de las ataduras de la "falsa conciencia", hacia una libre autodeterminación personal.

La "conciencia falsa" puede entenderse como una forma de alienación, ejemplificada en conceptos como el sueño americano, que promueven ilusiones y emociones alejadas de la realidad; limitando la capacidad de percibir la realidad objetivamente, atrapando a las personas en patrones de pensamiento para lograr someter a los pueblos. Para superar este estado, según Córdoba (2021) es necesario que la conciencia revolucionaria desarrolle una praxis concreta destacada por la administración de justicia, el desarrollo socioeconómico sostenido. Este proceso de praxis al develar la conciencia falsa procura y activa al pueblo a luchar por la Seguridad de la Nación, porque ve con claridad los interese de patrón demoniaco dominador.

Cultura Revolucionaria:

Al introducir la noción de una "cultura revolucionaria” Córdoba (2021) indica un sendero que ayude la formación de la conciencia de las personas y de la comunidad, que, en clave, para esta investigación, es la formación de una Conciencia Estratégica Comunitaria que garantice la Seguridad de la Nación. El investigador interpreta la “cultura revolucionaria" como un proceso que busca elevar la conciencia de las masas, liberándolas de los niveles bajos de conciencia asociados a la alienación, a la cultura burguesa, al materialismo neoliberal y al egoísmo que busca el enriquecimiento en detrimento de las clases sociales más vulnerables.

 Es así, que, al interpretar a Córdoba (2021), la consciencia revolucionaria se comprende como una estrategia para elevar la conciencia colectiva hacía, a los niveles más altos, que propician el auto empoderamiento del pueblo sustentados por la justicia, la solidaridad, la verdad y la justa distribución de las riquezas que se producen el país.

La cultura revolucionaria actúa como un mecanismo clave para formar la conciencia colectiva, reeducando continuamente a la sociedad, promoviendo los valores de justicia social y equidad. Este proceso implica una reconfiguración de la identidad cultural, para quitar la máscara a la hegemonía neoliberal. ¿Cómo tributa este concepto a la Seguridad de la Nación? La Conciencia Revolucionaria activa en el colectivo la resiliencia social y la determinación de ser libres e independiente en un proceso de continua adaptación al devenir histórico garantizando la formación de una Conciencia Estratégica Colectiva capaz de garantizar la Seguridad de la Nación en pro de su supervivencia.

La conciencia ética y la teoría de sus niveles según Marciano Vidal.

A lo largo de esta tesis, se ha destacado que la ética surge como una categoría esencialmente ligada a la Consciencia Espiritual. Los teóricos analizados, como Roger Bartra, David Hawkins y Víctor Córdoba, han señalado la ética como un componente central en sus propuestas. Asimismo, como se observará al abordar la espiritualidad en el Libertador Simón Bolívar, él, en sus diversas cartas, une lo espiritual con lo moral. Sin más preámbulo, a continuación, se presentan los conceptos de Ética y Moral.

La Ética

La Ética proviene de los términos griegos "ethos" (costumbre) y "heta" (carácter), los cuales juntos aluden al carácter de las costumbres y al modo de ser. Según Vidal (1985), el concepto ha evolucionado, influenciado por el latín, donde se integró en el término "mores", relacionado con la conducta humana en el contexto familiar. En la Roma antigua, las costumbres estaban ligadas a la familia y al derecho, como muestra el "Pater Familias". El término "mores" pasó de lo habitual en la morada a una conexión con la conducta y la conciencia moral, estableciendo la ética como ley moral. (Cfr. Vidal 1985 Pág. 87)

Según Vidal (1985), la ética o filosofía moral se enfoca en explicar el fenómeno moral, distinguiendo entre el bien y el mal en la conciencia individual. Platón, citado por Vidal, sostiene que la conducta ética es universal y presente en todas las culturas, al ser inherente a la naturaleza humana. Tanto la antropología como las ciencias psicológicas muestran que todas las sociedades establecen normas que valoran ciertas acciones como dignas o reprobables. La ética, rama de la filosofía, estudia las normas del comportamiento humano desde una perspectiva axiológica, basada en la razón y la experiencia. A diferencia de la moral, que interpreta el fenómeno ético dentro de un contexto sociocultural específico, como la moral cristiana, islámica, bolivariana, entre otras.

Platón, citado por Vidal (1985), sostiene que lo bello y bueno surgen del amor como principio unificador que fundamenta la ética universal, basada en la unidad de la bondad, verdad y belleza, en relación con la razón humana y la experiencia. Aristóteles, por su parte, afirma que la felicidad, lograda a través de la virtud, es el fin último de la humanidad. Hegel diferencia entre moralidad subjetiva (voluntad de cumplir el deber) y objetiva (obediencia a la ley social). Vidal (1985) destaca la conexión entre ética y moral con lo que él califica como los niveles sociológicos, jurídicos y religiosos, y que esta investigación observo la relación estrecha con la teoría del “exocerebro” de Bartra. (Pág. 89)

Este estudio no busca profundizar en los conceptos de la ética y de la moral, sino comprender la relación entre la Conciencia Moral, la doctrina Militar Bolivariana, la Seguridad de la Nación con la Consciencia Espiritual; a continuación, se expondrán los niveles de la ética propuesta por Vidal (1985)

Nivel sociológico

El nivel sociológico de la ética, según Vidal (1985), se basa en datos cuantitativos como encuestas y estadísticas que reflejan la realidad moral en diferentes culturas, como el valor del honor en Japón y su relación con los suicidios juveniles. También se fundamenta en la antropología cultural, que analiza cómo las sociedades se ven a sí mismas a lo largo del tiempo, y en la psicología, con aportes como los de Freud sobre la sexualidad y Jung sobre la conciencia. Mientras que la sociología se enfoca en los "Juicios de Hechos", la ética aborda los "Juicios de Valor", para transforma los hechos sociales adversos a los valores universales. Por ejemplo: ¿Es moral la corrupción en los estamentos estructurales del Estado? ¿Es ético pedir a un Estado extranjero la invasión parra su propio país?

Nivel jurídico de la ética

El nivel jurídico, para Vidal (1985), es fundamental por ser parte de la configuración de las sociedades actuales, ya que la vida social se desarrolla mediante leyes que protegen, regulan y penalizan. Este orden jurídico establece la conciencia de lo "lícito" e "ilícito", y la ética se vincula al derecho a través de las interacciones entre individuos y objetos, considerándolas como hechos jurídicos. La ética desempeña una función desmitificadora del orden jurídico, cuestionando realidades legales en temas controvertidos Un ejemplo ilustrativo es la constitución de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 de la República Bolivariana de Venezuela, donde se revisaron y actualizaron leyes para responder a las coyunturas sociopolíticas de la nación.

Nivel religioso de la ética

El Nivel Religioso es crucial porque moldea de manera decisiva las posturas éticas y la conducta tanto individual como social. Vidal (1985) afirma que las religiones como el cristianismo, el hinduismo, el budismo, el judaísmo y el islam influyen profundamente en el comportamiento de sus seguidores mediante sus visiones del mundo. Por ello, la ética en el ámbito religioso se denomina "Moral" o "Teología Ética", que examina el fenómeno religioso desde una perspectiva ética y estudiando los patrones de conducta basados en principios religiosos, esta tesis por tratar la Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación lleva consigo una carga moral altamente significativa.

Siguiendo los hallazgos estadísticos de Altemeyer (2020), el ochenta y nueve, coma el cinco por ciento (89,5 %) de la población venezolana profesa la fe cristina distribuida en diferentes religiones. Este hecho evidencia la importancia del nivel religioso de la ética en la Seguridad de la Nación. Retomando el pensamiento de Vidal (1985), se puede afirmar que el venezolano posee una conciencia religiosa producto de la interpretación de la Consciencia Espiritual desde su cosmovisión cultural. Pero como se indicó en la situación problemática, esa conciencia es vulnerable porque es el objeto de las nuevas formas de guerra contemporáneas; razón por la cual es necesario implementar una praxis continua en la formación de la conciencia patria desde la Consciencia Espiritual.

En el contexto venezolano, contemplando a Vidal (1985), los comportamientos como la deserción, el eco-terrorismo, las guarimbas, narco tráfico y los grupos de delincuentes armados resultan de una educación deficiente que no ha podido conectar la conciencia de las personas involucradas en los compartimientos antes mencionados con los niveles religiosos, jurídico y sociológicos de la ética. Para superar el mal moral, es esencial formar la conciencia personal y colectiva considerando a la Consciencia Espiritual. La educación de la conciencia ética debe asumir el aspecto religioso como elemento constitutivo del ser humano, porque confiere trascendentalidad a los actos humanos

En este orden de ideas, el investigador toma el pensamiento de Simón Bolívar sobre la formación de la conciencia moral vinculada al sentir religioso. Bilovar (1828) expresó en su carta al cura Justiniano Gutiérrez en el año 1828 su interés por restablecer las órdenes monásticas, que, según él, jugaron un papel crucial en la civilización del país. Bolívar argumenta que estas órdenes no solo contrarrestan la propagación de principios destructivos, sino que también evitan la destrucción de la religión y de la sociedad, como ocurrió durante la Revolución Francesa. Su perspectiva subraya la importancia de la religión en la estabilidad moral y social; como aclara en su carta al cura Justiniano:

Tomo el mayor interés por el restablecimiento de la religión de las ordenes monásticas que tanto contribuyen a la civilización de este país y, y, lo que, es más, que trabajan incesantemente en impedir la propagación de los principios que nos están destruyendo y que al fin logran no sólo destruir la religión, sino los vivientes, como sucedió en la revolución de Francia.

El pensamiento de Bolívar sobre la moralidad cristiana y bolivariana cobra relevancia en el contexto de la Guerra Difusa actual. La formación y educación en estos principios son cruciales para enfrentar las amenazas que sufre Venezuela debido a las acciones de Estados Unidos. Se argumenta que Venezuela enfrenta dos grandes enemigos: uno externo, representado por las ambiciones imperiales, y otro interno, el vacío que genera la desconexión con la Consciencia Espiritual. Este enemigo interno es igual o incluso más peligroso que el externo, ya que puede llevar a la autodestrucción del país.

Juan Pablo II, la Religiosidad Popular y el sentir religioso del Libertador Simón Bolívar

La Religión

En esta sección se reflexiona sobre la Religiosidad Popular y el sentir religioso de Simón Bolívar, destacando la relación entre la Consciencia Espiritual y el hecho religioso como expresión de un contexto sociocultural determinado. El investigador aborda brevemente el concepto de religión para evitar redundancias y desviar el estudio hacia debates teológicos fuera del objeto de la tesis. No se busca analizar cuál religión es más adecuada para la Seguridad de la Nación, en respeto a la libertad de culto, sino explorar enfoques que contribuyan a la investigación, destacando la importancia de la religiosidad popular, según el Papa Juan Pablo II, y su vínculo con la Consciencia Espiritual en la Doctrina Bolivariana.

Hacia un concepto de religión.

Para comprender etimológicamente la religión, es esencial analizar las variantes del término que influyen en las reflexiones filosóficas y teológicas. La raíz más aceptada es "religió", del latín, que, en el siglo IV, según Lucio Cecilio Lactancio, se refiere a la "religación" o vínculo firme entre el hombre y Dios, así como su voluntad revelada. Según la *Enciclopedia Iberoamericana de la Religión* (Díez y García, 2002), Lactancio fusionó la fe cristiana con la piedad romana, describiendo la religión como las acciones que unen al ser humano con lo divino, expresado mediante el término "religare", donde el hombre debe servir y agradar a Dios.

El Diccionario de Filosofía de Brugger (1998) desafía las interpretaciones de Lactancio y de Díez y García sobre el término "religió", proponiendo en su lugar la noción de "relegare" (re-legare). Según Brugger, "relegare" implica un continuo revolverse en torno a algo que merece atención y dignidad, sugiriendo que la religión es un enfoque constante hacia lo valioso. Esta perspectiva contrasta con Lactancio, quien utilizaba "religare" (re-ligare) para describir la acción de unir al ser humano con el Ser, promoviendo una idea de unidad. Esta diferencia refleja las dificultades inherentes a definir el concepto de religión, similar a las distinciones filosóficas entre conciencia y consciencia.

Desde esta perspectiva, las acepciones etimológicas sitúan la religión en la esfera de la interioridad, el sentimiento humano y la devoción. Diez & García (2002) señalan que San Agustín, en "La ciudad de Dios", introduce el término griego “threskeía” para definir la religión, que al ser traducido al latín como “religió”, refuerza el concepto de una comunidad religiosa centrada en el Dios cristiano y la Iglesia. Este enfoque reemplaza la visión greco-romana con una judeocristiana jerarquizada. Tras la caída del Imperio Romano, dicha visión se expandió en Europa medieval, donde las comunidades eclesiales asumieron roles políticos y organizativos, consolidando a la Iglesia como autoridad política y garante del orden y la justicia.

Para una mejor compresión del término religión Díez y García (2002) argumentan que el vacío político tras la caída de Roma permitió que el término latino “pontem-facere”, que originalmente denotaba "hacer puentes", se asociara a la función de la religión como un nexo entre lo terreno y lo divino. La Iglesia adoptó esta concepción para ilustrar cómo la religión institucionalizada, mediante sacrificios, conecta a las realidades últimas del ser humano con el presente. Según su interpretación, el término se relaciona con los "nudos de paja" utilizados en la construcción de puentes, sugiriendo que el papel del pontífice, el Papa, o "hacedor de puentes", es esencial para facilitar esta conexión espiritual, como reza la siguiente cita:

“De acuerdo a estas investigaciones el término debe asociarse a la denominación más explícita de “nudos de paja”. Se trataría de unos enigmáticos nudos de paja que atados a las vigas de un puente hacían transitable su traspaso. De esta manera la religión permitiría vincular a través del sacrificio las realidades últimas del hombre con el presente, bajo la actividad particular de quien hace puentes, es decir el ministro, el pontem-facere o pontífice.” (Pág. 27)

Por otra parte, Duch (2001) en su obra "La Antropología de la Religión", critica tanto las definiciones clásicas como contemporáneas de la religión, argumentando que ninguna logra capturar plenamente la complejidad de los fenómenos religiosos. Según este autor, las diferentes posturas sobre el concepto de religión determinan arbitrariamente qué aspectos de la experiencia humana deben considerarse religiosos, excluyendo otros que, aunque lo son, no son aceptados por ciertas comunidades. Una definición justa de la religión debería reflejar una realidad universal. Para él, cada definición se enfoca en un segmento particular, sin abarcar la totalidad de hechos y experiencias que componen lo religioso, como señala en una de sus citas.

“La discusión crítica de las definiciones clásicas o de las actuales muestra que no hay ninguna que alcance de una manera adecuada los hechos de la religión. Mejor dicho: de la totalidad de los fenómenos sociales y humanos, cada definición establece como religioso un sector determinado al que asigna una naturaleza religiosa como consecuencia de una estipulación convencional no exenta de arbitrariedad.” (p.86)

Debido a la gran variedad de usos del término, es particularmente difícil proporcionar una definición completa de la religión o del fenómeno religioso. No obstante, se puede decir que, como fenómeno antropológico, incluye varios elementos como tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, textos sagrados, historia, mitología, fe y creencias, experiencias místicas, rituales, liturgias y oraciones. Lo relevante es que todos estos aspectos forman parte esencial del arraigo y la identidad de un colectivo específico e inspirados en Bartra (2014) se puede aseverar que hecho religioso es parte del “exocerebro”

Ahora bien, desde la perspectiva de Mircea (1979), en su estudio sobre la historia de las creencias religiosas, destaca que la promesa de salvación y trascendencia es central en las religiones, pues brinda seguridad y esperanza en tiempos de adversidad. A lo largo de la historia, se puede afirmar que la religión es una manifestación de la Conciencia Espiritual, trascendiendo lo metafísico para impactar en lo empírico, influyendo tanto en la moral como en los eventos históricos. Esto se evidencia en la relación entre lo espiritual y la guerra, donde se refleja la lucha entre el bien y el mal. Ejemplos de ello se observa en las religiones de origen abrahámico, donde las guerras adquieren un rol protagónico con la finalidad de proteger el bien.

A partir de la reflexión realizada, se considera que el aspecto religioso del ser humano surge del impulso de buscar una conexión con lo metafísico y la Divinidad. Desde una perspectiva sociológica, las religiones funcionan como un principio de cohesión social, proporcionando pertenencia y unidad. El investigador ve el fenómeno religioso una expresión de la Consciencia Espiritual que influye en el sentir popular que se hace determinante en la Seguridad de la Nación. Circunstancia que obliga una reflexión de la religiosidad popular como una práctica identitaria presente en la cultura venezolana.

La Religiosidad Popular

A partir de la reflexión sobre la religión, la religiosidad popular se presenta como una expresión de lo religioso, caracterizada por la libre autodeterminación en contraste con la estructura racional de las religiones oficiales. Esta forma de religiosidad se distingue por su carácter celebrativo, basado en la improvisación y la experiencia mistérica. El investigador adopta la perspectiva del Papa Juan Pablo II (1979), quien define la religiosidad popular como un rasgo fundamental del creyente cristiano, vinculando la fe con la identidad cultural de los pueblos. Este concepto es clave en el estudio de la conciencia espiritual, ya que se relaciona ontológicamente a la Seguridad de la Nación, conectándose con lo que el autor define como "Conciencia Estratégica Colectiva".

Parafraseando al Papa Juan Pablo II (1979), se puede afirmar que la religiosidad popular constituye un conjunto de valores que responde a las grandes preguntas de la existencia desde una perspectiva de sabiduría cristiana. Esta sapiencia católica se caracteriza por una combinación creativa de lo divino y lo humano, integrando elementos como Cristo, María, el Espíritu santo, como la Fe y la Patria. Este Humanismo Cristiano defiende la dignidad humana, fomenta la fraternidad y brinda alegría incluso en momentos de adversidad. Además, sirve como un principio de discernimiento para reconocer cuándo el Evangelio es auténticamente servido o distorsionado dentro de la Iglesia. En el documento de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México (1979), destaca que:

“La Religiosidad del pueblo, en su núcleo, es un acervo de valores que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia. La sapiencia popular católica tiene una capacidad de síntesis vital; así conlleva creadoramente lo divino y lo humano; Cristo, María, espíritu, y cuerpo; comunión e institución; persona y comunidad; Fe y Patria; inteligencia y afecto. Esa sabiduría es un Humanismo Cristiano que afirma radicalmente la dignidad de toda persona como hijo de Dios, establece una fraternidad fundamental, enseña a encontrar la naturaleza y a comprender el trabajo y proporciona las razones para la alegría y el humor, aun en medio de una vida muy dura. Esa sabiduría es también para el pueblo un principio de discernimiento, un instinto evangélico por el que capta espontáneamente cuando se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo se lo vacía y asfixia con otros intereses. (p. 428)”

Por ello, Juan Pablo II sostiene que la Religiosidad Popular representa una síntesis vital que integra categorías como Fe, Patria, persona y comunidad, dentro del marco del Humanismo Cristiano. La importancia de la Religiosidad Popular radica en su conexión con el espíritu humanista bolivariano del siglo XXI conectándolo con la Consciencia Espiritual.

En este contexto, es fundamental señalar que, aunque la religiosidad popular tiene sus raíces en la fe católica, su influencia abarca a toda la población venezolana, incluyendo a quienes no profesan esta religión, ya que es parte de una cultura e historia comunes. Este fenómeno es relevante porque el pueblo patriota, influenciado por su religiosidad, puede experimentar una unidad fortalecida o debilitada frente a amenazas a la soberanía nacional. La religiosidad popular también forma parte del exocerebro propuesto por Bartra (2014) y se integra y es parte constitutiva de la Consciencia Espiritual. La importancia de este fenómeno está en que bien canalizado puede convertirse en una herramienta para futuras políticas en la Seguridad de la Nación. 

El sentir espiritual y ético del Libertador Simón Bolívar

El hermano Nectario María (1996), en su obra “Tendencias religiosas de próceres de nuestra independencia”, recopila documentos que revelan la dimensión religiosa de Simón Bolívar. Estos textos destacan el carácter religioso y moral que impulsó a Bolívar a luchar por la independencia de la Patria Grande. Bolívar identifico el propósito de su existencia con los ideales de libertad y justicia. El investigador conecta el actuar de Bolívar con una formación clara de su conciencia, que, al unirse con la Consciencia Espiritual, le permitió identificar su propósito de vida en la lucha por la libertad.

Simón Bolívar, con su profundo sentido moral y religioso, se erige como el paradigma del patriota venezolano, identificando su ser con su entorno social. En opinión del investigador, Bolívar encarna al ser humano que está en camino hacia lo que Hawkins (2013) identifica como “homo espíritus”. Su entrega por la lucha de la independencia refleja un compromiso trascendental, donde su espiritualidad y moralidad guiaron cada paso en la lucha por un futuro mejor para su pueblo, consolidando así su legado como un modelo de patriota. En el ámbito de la religiosidad, el discurso pronunciado por Bolívar en Quito el 9 de octubre de 1826 revela su visión:

La religión es la Ley de la conciencia, toda ley sobre ella la anula, porque imponiendo la necesidad al deber, quita el mérito de la fe, que es la base de la religión. Los preceptos y los dogmas sagrados son útiles, luminosos y de videncia metafísica; todos deben profesarlos, más este deber es moral, no político.

Simón Bolívar, a pesar de provenir de una familia rica y poderosa, enfrentó circunstancias dolorosas que moldearon su conciencia moral. Este sufrimiento y la carencia afectiva, según el investigador, lo llevaron a buscar respuestas que dieran sentido a su vida, guiado por una creciente conciencia espiritual. A la luz de la teoría del exocerebro de Roger Bartra (2014) y la teoría de la conciencia de David Hawkins (2013), se puede afirmar que la adversidad y el dolor fueron elementos fundamentales en la evolución de la conciencia de Bolívar. El Libertador pudo haber sido un Boves o un poderoso esclavista, pero no lo fue gracias a la formación de su conciencia.

En este sentido es revelador, la visión espiritual del Libertador Simón Bolívar, porque fundamentada la moral en la doctrina cristiana. En diversos documentos históricos, como el Discurso al Congreso de Angostura de 1819, Bolívar integra su fe católica en la concepción de una moral que guía la conducta pública y privada; como se muestra a continuación:

El libro de los apóstoles, la moral de Jesús, la hora divina que nos ha enviado la providencia para mejorar a los hombres tan sublime, tan santa es un diluvio de fuego de Constantinopla, y el Asia entera ardiera en vivas llamas si este libro de paz se le impusiese repentinamente por el código de religión, de leyes y de costumbre Los principios morales y las acciones de los ciudadanos serán los libros de la virtud y del vicio. (Discurso al Congreso de Angostura por el Libertador Simón Bolívar- 15 de febrero de 1819).

Simón Bolívar no solo aboga por la necesidad de la religión, sino también por la formación moral del Patriota Republicano, especialmente para quienes tienen responsabilidades dentro de la República. En una carta dirigida a White en 1820, Bolívar subraya: "La educación forma al hombre moral, y para formar un legislador, ciertamente, debe educarse en una escuela de moral, justicia y leyes; sin moral republicana no puede haber gobierno libre" (s/p.). En este contexto, Bolívar también sostiene que la formación de la Conciencia Moral debe ser inspirada por expertos en espiritualidad, en lugar de ser impuesta. Este enfoque subraya la importancia de cultivar una ética cristiana, como reza la siguiente cita:

El ejemplo de los verdaderos discípulos de Jesús es el maestro más elocuente de su Divina moral, pero la Moral no se manda ni el que manda es maestro, ni la fuerza debe emplearse en dar concejos, Dios y sus ministros son las autoridades de la religión que obra por medios y órganos exclusivamente espirituales. (Bolívar, 1820 citado por Nectario 1996) (Pág. 26)

En la segunda parte de su obra “Metafísica de las costumbres”, Kant (1797) afirma que la felicidad es una consecuencia del cumplimiento de la obligación donde la ley precede al placer para que la persona pueda experimentar la verdadera felicidad. Frankl (1986) sostiene que la verdadera felicidad no reside en el deseo de poder o placer, sino en la búsqueda de sentido. Muchas personas, al no tener claras sus necesidades reales, buscan satisfacer sus deseos egoístas en detrimento del bien común. El Libertador Simón Bolívar, consciente de esta realidad, declaró: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, en contraste de aquellos venezolanos de conciencia dormida pidiendo una invasión militar contra Venezuela

Pérez Arcay (2012), señala que el presidente Hugo Chávez, asocia el modelo del "Cristo Redentor" con el nuevo ideal de la Revolución Bolivariana, destacando a Jesucristo como una figura de espiritualidad popular auténtica y liberadora. Para Chávez, Jesucristo representa una religión pura, inclusiva y universal, que influye profundamente en el pensamiento revolucionario. Como lo afirma Chávez, citado por Pérez Arcay (2012): “La Persona y la Doctrina de Jesucristo esta la religión pura, donde yacen las fuerzas originarias de una espiritualidad popular, autentica, incluyente y universal, es así que se establece una Religión liberadora y sin límites.” (Pág. 125.)

En resumen, el hecho religioso es parte de la Doctrina Bolivariana y por consecuencia debe ser parte de todas las políticas de Estado y sobre todo de toda la praxis para garantizar la Seguridad de la nación; si un pueblo no está motivado espiritualmente para defender a su patria no podrá luchar con asertividad. Actualmente Afganistán, Irán y Palestina lo están demostrando.

Marco jurídico.

En esta investigación sobre la consciencia espiritual como fundamento ontológico en la definición de la Seguridad de la Nación, se abordan aspectos legales en concordancia con las normas vigentes en Venezuela. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) es el marco jurídico central que, en su Preámbulo, resalta la fe, la tradición cultural y la gesta histórica como elementos que pertenecen al ámbito de la conciencia, elevándolos a un rango constitucional. Estos valores esenciales, como la conciencia, la fe y el sentir patrio, se establecen como pilares fundamentales de la Nación al refundar la Quinta República, subrayando la protección de Dios, el ejemplo de nuestro Libertador y el heroísmo de los antepasados como inspiración para una patria libre y soberana, cuando señala:

El Pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República.

Es relevante resaltar el Artículo 100 de la Constitución, el cual se dedica a la protección y promoción de la cultura venezolana. Este artículo reconoce y respeta la interculturalidad dentro del principio de igualdad cultural, otorgando atención especial a las culturas populares que forman parte de la identidad nacional. La ley establece incentivos para apoyar a personas, instituciones y comunidades que promuevan y desarrollen la cultura tanto dentro como fuera del país. Además, el Estado garantiza la inclusión de los trabajadores culturales en el sistema de seguridad social, asegurando que sus derechos y necesidades específicas sean atendidos conforme a la ley; como se específica a continuación:

Las culturas populares constitutivas de la venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La ley establecerá incentivos y estímulos para las personas, instituciones y comunidades que promuevan, apoyen, desarrollen en el país, así como la cultura venezolana en el exterior. El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras culturales su incorporación al sistema de seguridad social que les permita una vida digna, reconociendo las particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley.

El Artículo 130 de la Constitución establece que los venezolanos tienen el deber de honrar y defender a la Patria, sus símbolos, valores culturales, y proteger la soberanía y los intereses de la Nación. Es esencial que estos derechos y deberes sean conocidos y respetados por todos los ciudadanos para asegurar el buen funcionamiento social del país. Si se omiten, la nación no podrá desarrollarse adecuadamente, ya que el progreso depende de una sólida cohesión social que se vería comprometida al no respetar los derechos humanos. Por el contrario, al difundir y respetar estos derechos, el país podrá avanzar en su desarrollo social y nacional.

El Artículo 326 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece la corresponsabilidad como un principio clave para la seguridad de la Nación. Este principio implica que tanto el Estado como la sociedad civil tienen la responsabilidad compartida de cumplir con los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, y otros valores fundamentales. La corresponsabilidad exige que todos los ciudadanos, conscientes de sus derechos y deberes, participen activamente en decisiones que impacten a la Nación. Sin esta participación conjunta, el buen funcionamiento del país sería imposible, ya que el desarrollo sustentable y el bienestar social dependen del compromiso colectivo en los ámbitos económico, social, político, cultural, ambiental y militar, como lo evidencia textualmente el art 326:

La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, Paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional. El principio de la corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económicos, social, político, cultural, geográfico, ambiental, y militar.

Ley Constitucional de la FANB 2020, establece:

El Artículo 1 de la Ley Constitucional de la FANB subraya los valores fundamentales que deben guiar la conciencia del militar venezolano. Entre ellos se destacan el valor de la historia nacional, reflejado en la resistencia de los aborígenes frente al dominio imperial, y el amor por la libertad. También se exaltan la abnegación y el servicio a la patria, inspirados en los libertadores que lucharon por una nación libre y soberana, y el carácter incluyente y anti-oligárquico de la Guerra Federal. Estos valores, junto con los principios éticos y morales de la Doctrina Bolivariana, establecen las bases para la formación del militar venezolano, orientando la organización y funcionamiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana dentro del marco de corresponsabilidad entre el Estado y el Pueblo, asegurando la defensa del Estado y la preservación de la Constitucional, como se puede verificar textualmente:

La presente Ley Constitucional, en reconocimiento de la realidad histórica de la institución militar bolivariana con génesis en el  nuestros aborígenes, la hazaña revolucionaria independentista de nuestros Libertadores, el carácter anti oligárquico de la gesta de la Federación y el mandato constitucional que instituye la doctrina bolivariana como fuente inspiradora de los valores éticos y morales, tiene como objeto establecer los principios y las disposiciones que rigen la organización, funcionamiento, integración y administración de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, dentro del marco de la corresponsabilidad entre el Estado y el Pueblo, como fundamento de la Seguridad de la Nación consecuente con los fines supremos de preservar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la República. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es la institución que en forma permanente garantiza la defensa militar del Estado.

El Artículo 22 de la Ley Constitucional de la FANB 2020 subraya la importancia del bienestar social del militar venezolano, destacando su papel como combatiente. El artículo organiza la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en varias estructuras incluyendo, el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, el Comando Estratégico Operacional, y los distintos componentes militares como el Ejército, la Armada, la Aviación, la Guardia Nacional, y la Milicia Bolivariana. Además, se establece un régimen de seguridad social integral propio para asegurar el bienestar de los militares, tal como se especifica en su ley orgánica, garantizando así el cumplimiento de su misión de manera eficaz y coordinada, como reza a continuación:

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana está organizada de la siguiente manera: la Comandancia en Jefe, el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, el Comando Estratégico Operacional, los Componentes: Ejército Bolivariano, Armada Bolivariana, Aviación Militar Bolivariana, Guardia Nacional Bolivariana, la Milicia Bolivariana como componente especial, las Regiones Estratégicas de Defensa Integral y los diferentes escalones operativos del Sistema Defensivo Territorial, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo contemplado en su respectiva ley orgánica. Comandante

 Sistema Defensivo Territorial

El sistema defensivo territorial adquiere relevancia jurídica en este estudio al vincular la defensa integral con la educación militar y la responsabilidad de las autoridades militares para hacer cumplir estas obligaciones, alineadas con la cultura como fuente de identidad. Esto es crucial para el combatiente bolivariano, ya que le proporciona una base sólida para comprender el propósito del servicio a la patria. Los artículos 52 y 53 del Sistema Defensivo Territorial, junto con el Artículo 158 sobre Educación Militar, refuerzan esta conexión, describiendo cómo las estructuras y métodos del sistema defensivo, como las REDI, ZODI y ADI, se integran para asegurar la defensa integral de la Nación en sus respectivos espacios geográficos, conforme a lo establecido por la ley y bajo la dirección del presidente y Comandante en Jefe de la FANB.

El Artículo 53 define a la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) como una agrupación territorial de fuerzas y medios en áreas del territorio nacional con características geoestratégicas, basadas en la concepción estratégica defensiva nacional. Su propósito es planificar, conducir y ejecutar operaciones de defensa integral para garantizar la independencia, soberanía, seguridad, e integridad del espacio geográfico, así como el desarrollo nacional. Además, en concordancia con el Artículo 10 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación de 2014, que subraya la importancia del patrimonio cultural y el sistema educativo para preservar la identidad nacional, las REDI, junto con las ZODI, ADI y ODDI, tienen la responsabilidad de cooperar en la formación de la conciencia ética del militar.

A su vez, la misión antes mencionada está relacionada con el Artículo 158 de la Educación Militar, que la define como parte integral del Sistema Educativo Nacional. Su propósito es difundir doctrinas, valores históricos, y las funciones y estructuras necesarias para armonizar y unificar las políticas de Estado en defensa de la Nación. Los artículos mencionados son relevantes para esta investigación, ya que el sector defensa y militar no está exento de cumplir y promover el concepto de conciencia ética militar venezolana, lo que fortalece la identidad nacional en el marco de la seguridad de la nación.

Ley Orgánica para la Seguridad de la Nación (2014)

Otra norma esencial para este trabajo es la Ley Orgánica para la Seguridad de la Nación, la cual en su Artículo 2 establece que la seguridad de la Nación se fundamenta en el desarrollo integral, abarcando los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico y ambiental. Estos aspectos están intrínsecamente ligados a los principios y valores que deben guiar la formación de la conciencia moral y espiritual, con el fin de garantizar la seguridad de la Nación. Según el Artículo 2, esta seguridad es la condición que asegura el ejercicio de los derechos y garantías en todos los ámbitos mencionados, proyectándose de manera generacional dentro de un sistema democrático, libre de amenazas a la soberanía y la integridad territorial, tal cual reza la cita del Artículo Nro. 2:

La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo integral, y es la condición, estado o situación que garantiza el goce y el ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar de los principios y valores constitucionales por la población, las instituciones y cada una de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la integridad de su territorio y demás espacios geográficos.

El Artículo 5 introduce el principio constitucional de la corresponsabilidad, vinculándolo a los siete ámbitos que deben cubrir la defensa nacional, la seguridad de la nación, el orden interno y el desarrollo integral. Entre estos ámbitos, el cultural es fundamental para este estudio, ya que está estrechamente ligado a la identidad y al sentido de pertenencia. Según el artículo, tanto el Estado como la sociedad comparten la responsabilidad en la seguridad y defensa integral de la Nación. Las actividades realizadas en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar deben estar orientadas a garantizar la satisfacción de los intereses y objetivos nacionales establecidos en la Constitución y las leyes, como se cita a continuación:

El Estado y la sociedad son corresponsables en materia de seguridad y defensa integral de la Nación, y las distintas actividades que realicen en los ámbitos económicos, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, estarán dirigidas a garantizar la satisfacción de los intereses y objetivos nacionales plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes.

El Artículo 10 es crucial, ya que conecta directamente la Seguridad de la Nación con la educación, destacando su rol como garante de la preservación de la cultura y la identidad nacional dentro del marco de la seguridad Nación. Este artículo subraya que el patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, debe ser desarrollado y protegido a través de un sistema educativo y de difusión. Este sistema es entendido como una manifestación de la actividad humana que, por sus valores, sirve de testimonio y fuente de conocimiento, siendo esencial para la conservación de la cultura, las tradiciones y la identidad nacional, como se evidencia a continuación:

El patrimonio cultural, material e inmaterial, será desarrollado y protegido mediante un sistema educativo y de difusión del mismo, entendido éste como manifestación de la actividad humana que por sus valores sirven de testimonio y fuente de conocimiento, esencial para la preservación de la cultura, tradición e identidad nacional.

 Ley Orgánica de Educación

En la Ley Orgánica de Educación (2009) establecen los fines de la educación en Venezuela. Se dice que la educación tiene como fin promover los principios y valores presentes en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela como lo presenta en su Artículo 15:

La educación, conforme a los principios y valores de la Constitución de la República y de la presente Ley, tiene como fines: 1. Desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad y ciudadanía, en una sociedad democrática basada en la valoración ética y social del trabajo liberador y en la participación activa, consciente, protagónica, responsable y solidaria, comprometida con los procesos de transformación social y consustanciada con los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos, con los valores de la identidad local, regional, nacional, con una visión indígena, afro descendiente, latinoamericana, caribeña y universal.

En este artículo reseñado hace énfasis en desarrollar el potencial creativo de las venezolanas y venezolanos para que puedan ejercer plenamente sus derechos y deberes, como miembros de la República Bolivariana de Venezuela, pero para lograr esta condición, es necesario poseer plena conciencia de su identificación con los elementos que conforman la venezolanidad y la identidad nacional

Ley Orgánica de Cultura Decreto con Rango, Valor y fuerza (2014):

Esta Ley tiene por objeto desarrollar los principios rectores, deberes, garantías y derechos culturales, establecidos en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como en los tratados internacionales suscritos y ratificados por la República, mediante esta ley el Estado reconoce la existencia de una identidad nacional en su diversidad cultural y étnica, respetando la interculturalidad, bajo el principio de la igualdad de culturas. Esta ley se vincula a la investigación porque el patrimonio cultural forma parte de este concepto como característica que identifica de la conciencia individual y colectica del venezolano.

Plan de la Patria (2019-2025)

En el Plan de la Patria (2019-2025), se plantean los programas de Desarrollo Económico y Social, basados en el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, del cual, se relaciona con la presente investigación porque fija de modo concreto a la moral y la espiritualidad como objetivos necesarios para el desarrollo de la nación como se cita a continuación:

Gran Objetivo Histórico 2: Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del Capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política” para nuestro pueblo…

 

2.4: Convocar y promover una nueva orientación ética, moral y espiritual de la sociedad basada en los valores liberadores del socialismo…

 

2.4.1: Preservar los valores bolivarianos libertadores, igualitarios y solidarios del pueblo venezolano y fomentar el desarrollo de una nueva ética socialista…

 

Gran Objetivo Histórico 4: Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria en el planeta…

 

4.2: Afianzar la Identidad Nacional y Nuestra americana. (Plan de la Patria, 2019-2025

Siguiendo los lineamientos del Plan de la Patria las se observan las categorías de Socialismo Bolivariano, Felicidad, Estabilidad Social, Moral, Espiritualidad, Valores, Paz e Identidad que muestran la vigencia y la pertinencia de este estudio para la Seguridad de la Nación.

EL MÉTODO

Por la naturaleza del objeto de estudio de esta investigación se adoptó el método cualitativo propuesto por José Ruiz Olabuénaga (1999). La metódica cualitativa busca comprender la realidad desde una perspectiva interpretativa y personal, necesaria para estudiar el fenómeno de la Consciencia Espiritual, que en esta tesis está vinculada a categorías como cultura, emociones, religiosidad y moral, todas ellas pertenecientes a las ciencias sociales, filosóficas y teológicas que ameritan el método cualitativo. Desde un enfoque positivista es obligatorio un instrumento validado científicamente para medir los fenómenos, pero aquí no es prioritario medir, sino más bien, interpretar.

En atención a la problémica expuesta, se resalta que el marco teórico, de la tesis doctoral, está orientado hacia los efectos cognitivos y psicológicos de la Guerra Difusa dentro del rango emocional y espiritual, de esta circunstancia surge la pregunta: ¿Cómo se puede estudiar a la Consciencia Espiritual y su relación con la Seguridad de la Nación? Desde el punto de vista cualitativo propuesto por Ruiz (1989), el camino está en interpretar, comprender, describir y observar. Por todo lo expuesto, la investigación adoptó el método cualitativo, estructurado por el paradigma, el enfoque, el método, el proceso y fases, para concluir con el informe final.

Paradigma de investigación.

Esta investigación fue construida desde el paradigma teórico interpretativo o hermenéutico, con el objetivo de definir lineamientos teórico-filosóficos sobre la Conciencia Espiritual como fundamento ontológico-estratégico en la definición de la Seguridad de la Nación en el Proceso Bolivariano frente a la guerra difusa que enfrenta Venezuela. Para ello, se estudió el fenómeno a partir de la relación entre consciencia y conciencia, adoptando el enfoque interpretativo para comprender y abordar las complejidades inherentes a la Seguridad Nación por ser un camino más claro y necesario por la misma naturaleza del estudio.

Para entender lo que implica un paradigma de investigación, es esencial referirse al concepto propuesto por Kuhn (1962), quien sostiene que la ciencia, la política y la historia están influenciadas por un conjunto de ideas vinculadas a un momento histórico específico y a la estructura de un modelo de conocimiento. Cuando este modelo es reemplazado por un nuevo modelo, se produce una crisis o revolución que permite el nacimiento de una nueva visión en la evolución del conocimiento. Un ejemplo de esto es el cambio de la teoría geocéntrica a la heliocéntrica de Copérnico. Para Kuhn, los paradigmas no solo abarcan creencias científicas, sino también elementos religiosos, sociales, estéticos y filosóficos propios del contexto.

En este oren de ideas, Gadamer (1995) intentó demostrar cómo la hermenéutica, indica no sólo el procedimiento de algunas ciencias, o el problema de una recta interpretación de lo comprendido. Esto porque según el autor la comprensión es el carácter ontológico originario de la vida humana que deja su impresión en todas las relaciones del hombre con el mundo, pues el comprender no es una de las posibles actitudes del sujeto, sino el modo de ser de la existencia como tal. La interpretación siempre estará influida por nuestra condición de seres históricos: con nuestro modo de ver, con nuestras actitudes y conceptos ligados a la lengua, con valores, normas culturales y estilos de pensamiento y de vida.

Por su parte, Ruiz (1999) describe la hermenéutica como una investigación orientada a interpretar fenómenos desde perspectivas holísticas, abriéndose al entendimiento y a los sentimientos que emergen en relación con el objeto de estudio. Los investigadores se enfocan en las generalidades, interactuando con lo simbólico a través de una comprensión subjetiva, buscando también entender las percepciones de las personas sobre símbolos y objetos. Bajo estas consideraciones, la tesis fue enmarcada en el paradigma teórico-interpretativo, tal como se argumentó en los párrafos anteriores.

 Descripción de la Unidad de Estudio

La investigación considera la Conciencia Espiritual como un objeto clave en la guerra contemporánea, abordándola desde perspectivas filosóficas, teológicas, sociológicas y éticas. Basándose en Ruiz (1989), el estudio al adoptar el enfoque cualitativo utilizó teorías como puntos de partida para generar conocimiento, sin considerarlas definitivas. El proceso se inició con pistas interpretativas que guiaron la recolección de datos, reconociendo que cada situación es un "universal concreto", es decir, un fenómeno único producto de la interacción de diversos factores. El objetivo principal es descubrir y reconstruir significados dentro de un contexto específico, utilizando estas claves interpretativas para lograrlo.

El objeto de estudio de esta tesis doctoral identificó como claves iniciales un marco categorial que incluye el Concepto Estratégico Militar y la Seguridad de la Nación, vinculado a la perspectiva antropológica de Roger Bartra (2014) y su teoría de la cultura como exocerebro. Además, se integraron las claves sociológicas de la teoría de la cultura y la conciencia revolucionaria de Víctor Córdoba (2021), la teoría de los niveles de conciencia de David Hawkins (2011), y las claves de la teología moral de Marciano Vidal (1989) sobre los niveles de la ética. En cuanto a la dimensión religiosa y espiritual, se destacó el pensamiento de Juan Pablo II sobre la religiosidad popular, los escritos del Libertador Simón Bolívar y las reflexiones del hermano Nectario María sobre la religiosidad de Bolívar.

La investigación dentro del paradigma teórico-interpretativo analizó la información, siguiendo la idea de Ruiz (1999), donde los estudios cualitativos deben ser interpretados en un contexto específico. Para ello, se ejecutaron cinco entrevistas en profundidad con el propósito de conectar el objeto de estudio a la realidad de la República Bolivariana de Venezuela, aplicando una acción hermenéutica continua. La investigación vinculó el marco categorial y claves interpretativas con la Seguridad de la Nación, utilizando una matriz categorial entre teorías, entrevistas y los elementos cognitivos de la Guerra Difusa. Finalmente, se construyó una tabla de datos para analizar los conceptos y desarrollar la definición de la Consciencia Espiritual en el marco de la Seguridad de la Nación.

El diseño

El diseño de esta investigación es de carácter cualitativo documental, estructurado en cinco fases: definición del problema, diseño del trabajo, recolección de datos, análisis de los datos y validación e informe final. Este enfoque cualitativo se destacó por su flexibilidad y adaptaciones a lo largo del proceso para abordar la complejidad inherente al estudio de fenómeno humano de la Consciencia Espiritual. Según Ruiz (1999), el diseño cualitativo, a diferencia del cuantitativo, es provisional y susceptible a cambios, aceptando desde el inicio que las decisiones tomadas puedan y deban ser modificadas durante la investigación, manteniendo así un carácter dinámico y adaptable. Ruiz (1999) define el diseño de la siguiente manera:

Tras la definición del problema es preciso elaborar un diseño o proyecto del trabajo. Un diseño que, a diferencia del trabajo cuantitativo es solamente provisional y sometido conscientemente a probables cambios. Una de las características más fundamentales de este diseño es precisamente su flexibilidad. El diseño supone una toma de decisiones, que se sabe y se acepta de ante mano, deberían ser alteradas a lo largo de la investigación. Aun así, deben ser asumidas previamente con carácter de provisionalidad (Pág. 54)

Siguiendo con las ideas de la cita anterior, el diseño abarcó la planificación del esquema, la selección de la muestra, el establecimiento de un sistema de códigos, la implementación de controles de calidad, y la verificación necesaria para la elaboración del informe final. En esta tesis, se han seguido cinco fases en el diseño: primero, la conceptualización del problema; segundo, la estructuración del trabajo; tercero, la recolección de los datos pertinentes; cuarto, el análisis exhaustivo de la información recopilada; y, finalmente, la validación y presentación del informe final, garantizando así la rigurosidad y fiabilidad del proceso A continuación se exponen las fases de proceso.

 

APORTE TEÓRICO

La Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante y la Consciencia:

El investigador desarrolló un concepto propio sobre la consciencia Espiritual al combinar las teorías de David Hawkins y Roger Bartra con la filosofía de la religión, la religiosidad popular y entrevistas a profundidad como manifestaciones empíricas del proceso metafísico de la consciencia. Este concepto se ilustra a través de la vida cotidiana, como en el caso de una persona que, al rezar diariamente en su iglesia, integra su espiritualidad, ética y cultura. Este acto no solo le proporciona paz interior, sino que también le permite reflexionar sobre sus acciones y su papel en la comunidad, mostrando cómo la consciencia unifica múltiples dimensiones de la experiencia humana.

En este orden de ideas, se entiende por Consciencia Espiritual como la “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, la cual por ser una propiedad del “Ser” como esencia, es Potencia y al actuar, emana y se expande por toda la creación, es decir por todo el multiverso, confiriendo a todo lo creado la potestad de evolucionar, dicha evolución está presente en la Consciencia misma del “Ser” transferida energéticamente a todo lo que existe. La Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante se entiende como la esencia o potencia del “Ser” que, como la monada de Leibniz, es una sustancia indivisible, que para el autor está en continua expansión y creación sin menoscabar su indivisibilidad. Esta Potestad es una forma de energía capaz de autoderminarse en plena libertad confiriendo a todo lo creado por ella su misma potencialidad. Es importante aclarar que la potencialidad dada a la creación tiene su máxima expresión en la consciencia humana, que todavía está condicionada al ego como instinto de supervivencia condicionando y limitando la potencialidad y actuación del ser humano. 

El termino Consciencia Espiritual ya explicada viene unido al concepto de "Conciencia Estratégica Autodeterminante" (CEA) como una herramienta esencial en la defensa de la nación frente a la amenaza de la Guerra Difusa. Estas nuevas formas de combates se caracterizan por su capacidad de introducir diversas teorías de la guerra para penetrar en las estructuras sociales y culturales de los pueblos que son objetos de interés por parte de la potencias económicas y militares. Todo esto, con el fin de expropiar los recursos necesarios para sustentar sus estilos de vidas condicionadas por sus cosmos visones culturales. Para logar este cometido es imprescindible anular la “Conciencia Estratégica Autodeterminante”

La “Conciencia Estratégica Autodeterminante” sostiene que la consciencia humana trasciende el cerebro individual, extendiéndose hacia una memoria externa compuesta por las interacciones sociales, culturales y espirituales del colectivo. Un ejemplo de su aplicación en la Seguridad Nación podría ser la implementación de un programa de formación para el pueblo que debe asumir su posición de “Combatiente Bolivariano”; dicha formación debe integrar la venezolanidad como cultura, la ética, la espiritualidad en la formación de la “Consciencia Estratégica Autodeterminarte” (CEA). Esta formación es muy significativa para la toma de decisiones estratégicas. Este enfoque permitiría a los combatientes bolivarianos no solo a responder a amenazas inmediatas, sino también poseer la auto convicción espiritual del deber para anticipar y neutralizar intentos de manipulación ideológica o cultural, preservando así la cohesión y los valores fundamentales de la nación.

En el contexto de la Guerra Difusa, donde los conflictos son dispersos y las dinámicas son complejas y cambiantes, la “Conciencia Estratégica Autodeterminante” se convierte en un recurso esencial. Esta consciencia elevada no solo permite una mejor comprensión de los entornos multifacéticos, sino que también facilita la creación de estrategias adaptativas éticamente fundamentadas. La “Conciencia Estratégica Autodeterminante reconoce y maneja las interconexiones entre las dimensiones espirituales, éticas, y culturales, lo que permite respuestas más cohesionadas y efectivas frente a los desafíos globales.

Este concepto subraya la importancia de una consciencia que trasciende el ámbito individual para abrazar una red de interacciones y significados, donde la ética y la espiritualidad no son solo aspectos complementarios, sino integrales para la adaptación y evolución en un mundo en constante conflictos.

Conciencia.

La conciencia se entiende con la capacidad de discernir entre lo agradable y desagradable, entre lo injusto y lo justo, entre el mal moral y el bien moral. La conciencia emana de la ““Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante” pero que al llegar al ser humano viene condicionada y limitada por el ego y la cosmovisión personal y colectiva. La conciencia amerita ser formada porque está vinculada a la capacidad de discernimiento que lleva al ser humano a emitir juicios de valor. Si la capacidad de discernimiento viene afectada por una condición cultural, educativa o ideológica podría arrastra a todo un pueblo hacia el mal y la autodestrucción.

Unidos al párrafo anterior, un ejemplo de lo antes mencionado esta la Alemania Nazi o en el actual Estado de Israel. En ambos ejemplos, se contempla como los órganos del Estado y la población civil promueven delitos de lesa humanidad como si fueran un bien moral, la conciencia formada indica dese el discernimiento, que para que algo sea bueno, justo y verdadero debe promover a la vida, al bien común y a la libre autodeterminación del individuo y del colectivo. La conciencia bien formada, consustanciada con la cultura y con el derecho nacional e internacional se convierte en una herramienta que promueve la cohesión social, el entendimiento y el dialogo.

Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante

En el contexto de la guerra difusa y la seguridad de la nación, la ética y la moral se integran en un concepto que podríamos denominar "Conciencia. Estratégica Colectiva” (CEC) Esta conciencia representa una facultad esencial que surge de la autoconciencia individual y colectiva, guiada por el raciocinio y la razón práctica, y se fortalece a través de la interacción con el entorno cultural, social e histórico. La "Conciencia Estratégica Colectiva” (CEC) permite la distinción clara entre el bien y el mal moral, orientando la toma de decisiones en situaciones de amenaza. Al integrar valores éticos y morales en las estrategias de Seguridad Nación, este concepto no solo permite responder eficazmente a los desafíos de todo acto de agresión, sino también anticipar y neutralizar amenazas ideológicas y culturales que buscan desestabilizar la cohesión social y los principios fundamentales de la nación.

Es este orden de ideas, por ejemplo, en el contexto de la Guerra Difusa, un comandante militar que enfrenta la decisión de atacar un objetivo sospechoso por albergar presuntamente combatientes enemigos, debe ejercer su Conciencia Estratégica Colectiva para evaluar no solo la efectividad táctica del ataque, sino también las implicaciones éticas y morales. Supongamos que el objetivo se encuentra en una zona densamente poblada por civiles. Aquí, la conciencia moral del comandante, influenciada por sus principios éticos y posiblemente por su fe religiosa, lo lleva a cuestionar si el daño colateral justificará el beneficio estratégico. Decidir no atacar para evitar la pérdida de vidas inocentes, aun cuando el objetivo es de alto valor, refleja una conciencia colectiva que prioriza la justicia y la ética sobre la mera efectividad militar, demostrando cómo la moralidad y la fe pueden influir en las decisiones estratégicas en escenarios complejos.

Espiritualidad:

La espiritualidad, entendida como una manifestación de la Consciencia Espiritual, integra lo individual y lo colectivo en la búsqueda de lo trascendental, juega un papel crucial en la Seguridad de la Nación. Según las diferentes teorías del espíritu, esta dimensión espiritual actúa como un agente unificador, que no solo forja la identidad y la cohesión social, sino que también establece un marco ético y moral esencial para la autodeterminación tanto personal como colectivo. En este contexto, la espiritualidad fortalece la resiliencia nacional al promover valores compartidos y un sentido de propósito colectivo, ambos fundamentales para la estabilidad y la Seguridad de la Nación.

Para contrarrestar la Guerra Difusa en el contexto de la Seguridad de la Nación, es fundamental promover una espiritualidad arraigada en la consciencia colectiva que fortalezca los valores éticos y morales de la sociedad. Por ejemplo, al reconocer el llamado divino y la importancia de una conexión trascendental, se puede incentivar un sentido de propósito superior entre los ciudadanos y el personal militar. Este sentido de propósito no solo se manifiesta en la adherencia a creencias religiosas, como en el cristianismo o el catolicismo, sino también en la búsqueda de un bien común que trascienda los intereses individuales. Al fomentar esta espiritualidad, se construye una defensa sólida contra las amenazas que buscan desestabilizar la identidad y los valores nacionales, ya que un pueblo consciente de su conexión con lo trascendental y su propósito compartido está mejor preparado para resistir la influencia de todas las agresiones posibles.

Consciencia Espiritual en la Seguridad de la Nación: 

Para el investigador, la Consciencia Espiritual en el contexto de la Seguridad de la Nación se basa en la idea de que esta consciencia actúa como un catalizador para la cohesión social y la estabilidad, al integrar valores y principios que trascienden lo material. La Consciencia espiritual, influenciada por sistemas de creencias y cosmovisiones culturales, permite a los individuos y a la sociedad en su conjunto interpretar la realidad objetiva de manera que prioriza el bien común y la trascendencia sobre los intereses individuales y materiales. Este tipo de conciencia fomenta un sentido de propósito colectivo que fortalece la identidad nacional y la resiliencia frente a amenazas como la Guerra Difusa. Al promover una espiritualidad que valore la verdad, la unidad, y la conexión con lo trascendental, la nación se equipa con una fortaleza interna que es esencial para mantener su seguridad y estabilidad en tiempos de crisis.

La Consciencia Espiritual se define como una faceta de la Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, que va más allá de lo tangible y se vincula subjetivamente la realidad objetiva; es decir el sujeto, ya sea colectivo o individual es quien interpreta la realidad objetiva con toda su carga histórico cultural. Esta dimensión espiritual es moldeada por las creencias, religiones y mitologías que forman parte de una cosmovisión cultural específica. Busca explorar y entender los aspectos profundos de la existencia humana, como el propósito de la vida, la muerte, los conflictos, la paz y la eternidad, desde un enfoque particular.

Esta Conciencia Espiritual se enraíza en la fe y los valores de un individuo o grupo, guiándolos a comprender su mundo interior según su formación. Prioriza el desarrollo de principios y valores que fortalecen la fuerza interior, colocando lo espiritual por encima de lo material. Es un camino hacia la trascendencia basado en el amor, la bondad, la verdad, y la unidad. En el contexto de la Seguridad de la Nación, un ejemplo práctico sería la preparación del Combatiente Bolivariano, donde la conciencia espiritual se cultiva para fortalecer su valor, coraje y devoción, ayudándolos a enfrentar situaciones extremas minimizando el miedo a la muerte, y a la actuación con firmeza y ética en defensa del país.

 La Consciencia Espiritual se sitúa en un nivel superior a las otras formas de conciencia ejerciendo una influencia significativa sobre la conciencia moral y social. Esta conexión con lo trascendental, enraizada en diversas doctrinas de fe, cultiva principios y valores que guían la toma de decisiones. Este enfoque se manifiesta en la religiosidad popular promovida por el Papa Juan Pablo II, quien destaca su importancia como un factor crucial para la Seguridad de la Nación, ya que posiciona a la Patria como un valor fundamental para la auto realización tanto personal como colectiva.

Espiritualidad bolivariana:

La Espiritualidad Bolivariana se entiende como una manifestación de la “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante” vinculada y delimitada con el sentido de existencia y trascendencia que Simón Bolívar; integró en su visión de la libertad y la justicia. Esta espiritualidad no solo se articula en términos religiosos, sino que también se enraíza en una ética revolucionaria que busca transformar la sociedad y fortalecer la nación a través de principios morales y espirituales. La Espiritualidad Bolivariana es uno de los elementos constituyente de la cultura venezolana entendida como “prótesis cultural” o “exocerebro” que ha condicionado la cosmovisión del venezolano desde la independencia de la nación.

La Espiritualidad Bolivariana posee el talante promotor de alcanzar la trascendencia a través de los actos de justicia, libertad, solidaridad, resiliencia y abnegación en función de la Patria como valor social. Por otra parte, la Espiritualidad Bolivariana integra el hecho religioso como un principio que debe guiar a la conciencia desde un enfoque cristiano, sin imponerla sino como ideal ético para la vida republicana; interpretando el cristianismo como una "religión liberadora", que busca superar las limitaciones impuestas por la cultura capitalista y promover una ética social basada en la dignidad humana. Además, esta espiritualidad debe dar respuesta a los cambios generacionales producto del devenir histórico.

En el contexto de la Seguridad de la Nación, la Espiritualidad Bolivariana es parte esencial de la “Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante”. Facilitando respuestas a los desafíos de la globalización y la Guerra Difusa. Esta espiritualidad es una fuerza transformadora que integra aspectos religiosos, éticos y morales en la construcción de una sociedad justa y equitativa. Al incorporar estos principios en la Seguridad de la Nación y la praxis revolucionaria, ofrece una guía valiosa para enfrentar los desafíos contemporáneos y fomentar una identidad cultural sólida y cohesionada. Esta teoría puede servir como un marco para explorar cómo la espiritualidad y los valores éticos bolivarianos pueden influir en la formación de políticas y estrategias para la Seguridad de la Nación y el desarrollo social en el contexto actual.

CONSIDERACIONES FINALES

La creación de una teoría interpretativa, según Ruíz (1999), se origina a partir de las conclusiones extraídas de una investigación que se fundamenta en el análisis del entorno social y del objeto de estudio. En el contexto de esta investigación, se llevó a cabo un análisis matricial entre los referentes teóricos y las perspectivas de los informantes clave. Es decir, la teoría que emerge de este estudio se forjó después de recopilar información y ahondar en las experiencias compartidas con los informantes clave. Este proceso esta seguido de una reflexión profunda, comprensiva y gradualmente enfocada hacia una mayor especificidad. El objetivo final es la generación de una teoría de base interpretativa o crítica, conforme a la posición y perspectiva del investigador.

   Consciencia Espiritual y Seguridad de la Nación.

El cuarto objetivo específico es el de formular un constructo teórico-filosóficos que integren la Conciencia Espiritual como un fundamento ontológico estratégico en la definición de la Seguridad de la Nación en el contexto del proceso bolivariano. En este sentido los hallazgos de la investigación consintieron en focalizar la propuesta teórica partiendo del concepto de “Conciencia Estratégica Colectiva Autodetermine” configurada con la Espiritualidad Bolivariana como una emanación de la Consciencia Espiritual, entendida bajo lo que el investigador denomina “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, sosteniendo que la Consciencia Espiritual emana del “Ser” como una Forma de Energía Universal.

De acuerdo con el párrafo anterior, la Consciencia Espiritual es la esencia, del Ser. Desde la perspectiva cristiana católica, el Ser, es decir, Dios, creó y dotó a la creación y de modo especial a la persona humana de un espíritu individual con la potencialidad creadora y potestad evolutiva. Esto implica que todo lo creado está en constante evolución y expansión, ya que Dios mismo está en evolución continua. Toda criatura posee un espíritu que, mediante la libre autodeterminación, tiene un poder creador evolutivo. Este poder es definido por el investigador como “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, y es la que otorga la autodeterminación necesaria para la realización individual, social y nacional

En el caso de la Seguridad de la Nación hay que entender que la Nación tiene un espíritu, conformado por un colectivo humano caracterizado por la suma de las consciencias individuales dando origen a la consciencia colectiva y al fenómeno cultural como un “exocerebro” donde se propicia una forma de retroalimentación entre las experiencias vividas y experiencias por vivir. Si el espíritu de la nación está dormido, sometido, controlado o amenazado por formas de implantes cultural, entonces su libre autodeterminación será paralizada y frenada llevando a la muerte del Estado y de la Nación.

La “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, es un poder concomitante que al llegar a la condición humana se estratifica en niveles de consciencia y en niveles emocionales. “La Conciencia Estratégica Colectiva Autodeterminante” es un todo, constituida por el arraigo, la identidad, los aspectos del placer, la sexualidad, la procreación, la conciencia moral, la alegría, el amor, y a la espiritualidad, todas estas influenciadas por la cosmovisión cultural, condición religiosa y vida de fe; que llevan a la estratificación de la consciencia en diversas formas de conciencia. Es preciso especificar que el investigador asume la fe cristiana con respecto a la creación del ser humano; es decir la humanidad fue creada a imagen y semejanza del Ser; con la posteada de crear. Pero esa potestad creadora en el ser humano está condicionada y limitada por la historia de vida, la cultural y el sistema de creencias las cuales estructuran actitudes éticas y posturas ideológicas.

En este orden, de ideas la consciencia humana está comprendida por seis cualidades esenciales asociadas al cuerpo humano como expresión natural del ego. El ego no es ni malo ni bueno depende de los niveles de la consciencia. Lo trascendental para la seguridad de la Nación es entrenar el ego para que la persona y la sociedad pueda alcanzar la realización. Un ejemplo claro se pude contemplar cuando en 1983 se inauguró el metro de caracas y junto a esa inauguración se tomaron políticas psicológicas con el propósito de crear conciencia ciudadana para mantener limpio, y ordenado todas las estaciones del metro; el investigador lo pudo contemplar además que recogió muchos comentarios de la época, de personas que decían que al entrar al metro era como entrar en otro país.

En este orden de ideas, se debe distinguir que las cualidades de la consciencia humana están condicionadas por la cultura como un cerebro externo que contiene toda la información acumulada desde el mismo momento de la creación, esa información genera conductas, actitudes personales y sociales. La conciencia humana goza de la dimensión personal y colectiva; que al conectarse con la “Potestad Evolutiva Creadora Libre Autodeterminante”, adquiere el poder de transformar a al ser humano y la sociedad hacia modos de autorrealización plana. Claro está, que cuando el ego ha sido bombardeado por toda una carga alienante se necesitan de herramientas psicológicas y espirituales para lograr conectar la conciencia colectiva con el “Ser”

La Potestad Evolutiva Creadora procrea nuevas formas de consciencia por su cárter evolutivo como: la conciencia social, conciencia moral, conciencia histórica, conciencia política, consciencia de clase, conciencia ecológica, “Conciencia Estratégica Colectiva Libre Autodeterminante”, conciencia de Seguridad de la Nación entre otra. Sin embargo, hay que señalar que la evolución puede ascender o descender a ritmos más lentos o rápidos dependiendo de los niveles de la consciencia en la que está vibrando el colectivo, de ahí la importancia de crear mecanismos que propicien una constante y continua formación de la conciencia.

Con respecto a la Seguridad de la Nación, la República Bolivariana de Venezuela sometida en una forma de Guerra Hibrida, multifactorial y multi forme calificada como Guerra Difusa direcciona a la consciencia del venezolano como campo de batalla. Es por eso, que es trascendental la consciencia espiritual para develar, alimentar y construir estrategias que propicien el arraigo, la moral ciudadana, la moral política, sostenidas por la religiosidad popular, el sentir Bolivariano en la construcción del socialismo humanista impulsado por presidente Hugo Chávez Fría como medio ideológico para garantizar la sobrevivencia de la nación venezolana.

Un aspecto de la Consciencia Espiritual es el hecho religioso como un modo de vida en continua interpretación de lo espiritual de la conciencia. Partiendo del hecho cultural, se constata que el cristianismo bajo la interpretación de las tres principales corrientes religiosas como lo son la Iglesia Católica cristiana, la iglesia protestante luterana-calvinista-anglicana y la iglesia cristiana ortodoxa, unidas al sentir espiritual de los pueblos originarios son parte de los nuevos pueblos americanos que surgieron de la conquista, colonización e independencia, siendo la República Bolivariana de Venezuela una de ellas. Para garantizar la Seguridad de la Nación es obligatorio considerar el legado cristiano en Venezuela y tomar de ella todos aquellos elementos que propicien la cohesión y la coexistencia ciudadana para hacer frente ante todas las agresiones posible.

La cultura venezolana, en todas sus manifestaciones, refleja espiritualidad e identidad nacional. Creencias, valores, tradiciones y símbolos transmitidos de generación en generación estructurando la forma en que los venezolanos entienden su rol en la sociedad. Todo esto se convierten en objetivos bélicos por parte de las nuevas formas de guerra aplacada en Venezuela para someter al pueblo. Entonces debe señalarse a la conciencia revolucionaria y la espiritualidad bolivariana, como parte de la “Conciencia Estratégica Colectiva Auto Determinante” para enfrentar con eficacia la lucha contra el enemigo.

En este contexto, la seguridad de la Nación no puede desligarse de la espiritualidad del pueblo. La Conciencia Espiritual se convierte en factor determinante en la defensa de la patria y en la lucha contra las injusticias y las desigualdades. Es a través de esta conciencia que se promueve la solidaridad, la participación y la construcción de una sociedad justa, equitativa y solidaria que son los valores categóricos para dar fiel cumplimento al principio constitucional de la corresponsabilidad, expresado en el Art. 326 de la CRBV.

La conciencia espiritual está entrelazada con otras formas de conciencia, como la conciencia nacional, la conciencia patriótica y la conciencia revolucionaria. Estas formas de conciencia se refuerzan entre sí, generando un sentido de pertenencia y un profundo compromiso con la Nación y sus ideales. La espiritualidad del pueblo venezolano se manifiesta en diferentes aspectos de la realidad humana y social, desde la conexión entre cuerpo y espíritu hasta las expresiones artísticas, científicas y políticas que buscan la transformación social.

La conciencia espiritual, en el contexto de la seguridad de la Nación, implica una visión integral de la realidad. Va más allá de lo superficial y observable en la vida cotidiana, y busca comprender y trascender las dimensiones más profundas de la existencia. Desafía las lógicas mercantilistas y materialistas que enfatizan lo cuantificable y lo tangible, y busca dar un significado más profundo a la vida individual y colectiva.

Guerra Cognitiva espiritualidad Bolivariana

La espiritualidad Bolivariana esta sostenida por la religiosidad popular y la Fe Cristiana del Libertador Simón Bolívar expuestas en sus escritos aquí mencionados entre los cuales destacan el Congreso de Angostura y el Congreso Anfictiónico de Panamá, unido a los valores de la libre autodeterminación, la valentía, la igualdad, el amor a la Patria, espíritu de servicio, honestidad, justicia todas estas configuradas al humanismo socialista y compromiso ecológico.

Los aspectos psicológicos y cognitivos de la Guerra Difusa están focalizados en crear y potenciar aquellas emociones y sensaciones para subvertir el orden interno y lograr de someter a todo un pueblo. Entre las emociones y sensaciones consideradas por las diferentes teorías de la guerra para influir en la conciencia están: la vergüenza de ser venezolano, la vergüenza de ser afrodescendiente, la vergüenza de ser latinoamericano. La culpa por ser responsables de todos los sufrimientos vividos por las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos de Norte América, la culpa por la pobreza, la culpa por la delincuencia organizada, la culpa por el narcotráfico internacional.

La apatía como signo de no tener esperanzas. Miedo a ser invadidos, miedo al socialismo bolivariano que atenta contra lo propiedad privada. La ira y el orgullo; las cuales se evidenciaron en todas las protestas organizadas en 2014 y 2017 por los partidos políticos de la oposición venezolana, marcadas por el sentimiento excluyente, “quien no está conmigo, es un chavista bruto, negro, indio culpable de los males de Venezuela en el siglo XXI”.

Para contrarrestar estas medida psicológica y cognitiva el Estado debe contemplar el concepto de Consciencia Espiritual en la Definición de la Seguridad de la Nación y en el Concepto estratégico de seguridad y Defensa de la Nación. Fomentando la espiritualidad Bolivariana como elemento consustanciado con la “Conciencia Estratégica Colectiva Auto Determinante” desde el empoderamiento social, cultural y religioso. El Estado debe crear un mecanismo para generar confianza en toda la población, esta confianza esta asociad a la credibilidad y a la sensación concreta de seguridad. Además, hay que direccionar todas las políticas de Estado dentro una corriente propiciatoria de paz y reconciliación unido al sentir religioso de todo el pueblo.

En resumen, al hablar de la seguridad de la Nación venezolana, es fundamental reconocer la importancia de la Conciencia Espiritual, de la “Conciencia Estratégica Colectiva Auto Determinante” y las expresiones culturales que dan sentido y trascendencia a la vida de las personas. Estas formas de conciencia no solo influyen en la percepción y actuación de los individuos en su entorno social y político, sino que también contribuyen a la construcción de una sociedad más segura, incluyente y comprometida con el bienestar de todos sus ciudadanos, dándole la inspiración y la fortaleza para contrarrestar las diferentes batallas que enfrena la nación.

 

BIBLIOGRAFÍA

[El Universal]. (19 de Enero de 2021). [video], You Tube: https://www.youtube.com/watch?v=sA_n3rZoGF0.

Acosta, V. (2017). El mounstruo y sus entrañas. Caracas: Monte Avila.

Altemeyer, F. (19 de Agosto de 2020). Consolata América. Obtenido de https://www.consolataamerica.org/es/la-iglesia-catolica-en-venezuela/

Bartra, R. (2014). Antropología del cerebro, conciencia - cultura y libre albeldrío. Mexico: Fondo de Cultura Económica.

Bolívar, S. (26 de Diciembre de 1828). Archivo General de la Nación. Obtenido de https://archivodellibertador.gob.ve/archlib/web/index.php/site/documento?id=524

Brugger, W. (1988). Diccionario de Filosofía. Barcelona: Herder.

Comando Estratégico Operacional. (2019). Concepto Estratégico Militar. Caracas: Geografía y Cartografía de las FANB.

Comby, J. (1991). La historia de la iglesia. Navarra: Verbo Divino.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999). Caracas: Impresa por Pdvsa.

Cordova, V. (2021). Cultura y conciencia revolucionaria hoy. Caracas: UNEXCA.

Diez, F., & Garcia, F. (2002). Enciclopedia hiberoamericana de la religión. Madrid: Trotta.

Duch, L. (2001). Antropología de la religión. Madrid: Herder.

Dussel, E. (1996). Filosofia de la Liberación (Primera edición 1977 ed.). Bogotá: Nueva América.

Dussel, E. (2015). Filosofia del Sur, Descolonización y transmodernidad. México: Akal.

Francisco. (27 de Septiembre de 2015). El fenómeno de la globalización es negativo. Recuperado el 2020, de https://es.aleteia.org/2015/09/27/la-globalizacion-es-buena-o-mala-responde-el-papa-francisco

Frankl, V. (2015). EL hombre en busqueda de sentido. Barcelona: Herder.

Galeano, E. (2010). El imperio del consumo. Caracas: Editorial Arte.

González, L. (2000). Los cristianos del siglo XXI. Madrid: Salterrae.

Hawkins, D. (2013). El poder contra la fuerza. Estados Unidos: Hay House.

Hawkins, D. (2016). Trascender los niveles de conciencia. Barcelona: El grano de moztaza.

II, J. P. (1979). Discurso del Santo Padre Juan Pablo II en la inauguración de la III conferencia general del episcopado latinoamericano. En C. G. latinoamericano, Puebla. Caracas: Ediciones Tripode.

Jiménez, E. (2020). Guerra Difusa. Caracas: Editoral el Hormiguero.

Kuhn, T. (1962). La estructura de las revoluciones científicas. University of Chicago Press.

Leal, J. (2011). La Autonomia del Sujeto Investigador. Valencia-Venezuela: Azul Intenso.

Maria, N. (1996). Sentido religioso del Padre de la Patria. Buenos Aires.

Matvejevic, P. (15 de Mayo de 1999). El País. Recuperado el 2022, de https://elpais.com/diario/1999/05/16/opinion/926805608_850215.html

Mircea, E. (1979). Historias de las religiones y de las creencias religiosas. Madrid: Ediciones Cristiandad.

Moody, R. (2016). Vida despues de la Vida . Barcelona: EDAF.

Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. Valledolid: Ediciones Paidos.

Oxford Learner's Dictionary(2023). Recuperado el 2023, de https://www.oxfordlearnersdictionaries.com/

Pikaza, X. (1999). El fenómeno religioso. Madrid: Trotta.

Ruíz, J. (1999). Metodología de la Investigación Cualitativa. Bilbao: Universidad de Deusto.

Vidal, M. (1985). Moral de las personas. Barcelona: Océano Centrum.

Wilber, K. (1998). Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairos.

Wilber, K. (2011). El espectro de la conciencia. Barcelona: Kairos.

Zemelman, H. (2005). La voluntad de conocer. Barcelona: Anthropos.

 

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario