Domingo
13-11-2016
“Nada detiene una idea
cuando le ha llegado su tiempo”
Víctor Hugo
José D. Plaza A.
COMENZANDO
UNA NUEVA META
Estamos en un período histórico de gran incertidumbre;
indecisión en las cosas fundamentales que inquietan al ser humano. En esta
búsqueda de la esencia del individuo,
pareciera que todo nos lleva hacia una unificación y armonía con nuestro
contexto global. El auténtico “desarrollo humano” siempre ha sido sesgado a través de la historia, en una u otra
dirección, con una u otra perspectiva limitante que, a veces dejan fuera de su
vista aspectos medulares y elementales del mismo.
Por consiguiente, el
desarrollo ha sido un argumento preferentemente examinado desde la óptica de la
ciencia económica, siendo concebido como equivalente de crecimiento económico.
Sin embargo, como señala Bunge, éste es un punto de vista unilateral y por lo
tanto erróneo (Bunge, 1985:123). El desarrollo es un proceso complejo que
comprende elementos biológicos, económicos, políticos y culturales que deben analizarse
desde una perspectiva sistémica. Por otra parte, tampoco es correcto asimilar
el desarrollo y el subdesarrollo como un solo proceso. Estos deben
distinguirse y relacionarse entre sí, en
lugar de confundirlos o sostener dogmáticamente que algunos de ellos (por
ejemplo el económico) es el dominante, al cual están subordinados los demás (Bunge,
1985:124).
Un indicador fidedigno de
desarrollo no puede ser un número único (tal como el PIB) sino un vector con componentes
biológicos, económicos, políticos y culturales de diverso tipo: dominantes o
débiles, relativos o absolutos, aislados o sistémicos, descriptivos o
normativos (Bunge, 1985:128) es por ello, que desde un enfoque sistémico del progreso
exige que la planificación del desarrollo sea efectuado por equipos pluridisciplinarios
y la apreciación de su ejecución se efectúe teniendo en cuenta indicadores de
los tipos mencionados.
Valgan estos comentarios,
para señalar el proceso que se ha venido desarrollando en el país, y que atañen
directamente con la Meta-Estrategia Bolivariana, ya que es necesaria la
creación de un Estado diferente para restaurar
el equilibrio perdido por la concentración geográfica y sociopolítica del poder
en el país y en América Meridional.
En otro orden de ideas, en
ocasiones se ha comentado que el juramento de Bolívar en el Monte Sacro fue un
invento de Simón Rodríguez. Se debe convenir que el maestro era un hombre serio
y digno de crédito
Del sentido del juramento se desprende que el posterior
Libertador quería conceder a sus palabras el concepto de las representaciones
de libertad, igualdad y fraternidad aprendidas de la ilustración, toda vez que
la contemplación del paisaje repleto de ruinas de lo que fue el Imperio Romano
le hizo evocar la tiranía y opresión que caracterizaron a varios de sus
gobernantes.
Para cerrar, es importante
tomar conciencia de los tiempos por venir, mantener viva la esperanza y la
necesidad de una América Meridional Unida, siguiendo la senda que nos abrieron Bolívar,
Miranda, y otros próceres, y que hoy más que nunca nos reclaman, y no dejar
perder lo que tanto costó conquistar.
Referencias
Bunge,
M. (1985). Economía y Filosofía.
Madrid. Tecno.
Morón
G. (2006). Cátedra Bolivariana.
Caracas. Santillana
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