martes, 15 de noviembre de 2016

LA DOCTRINA MONROE CONTRA EL BOLIVARIANISMO

En el año de 1823, Estados Unidos emitió la Doctrina Monroe: "América para los Americanos", la cual fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. La doctrina supuestamente era dirigida a las potencias europeas, y señalaba como los Estados Unidos no toleraría la intromisión de potencia alguna en el continente.
Sin embargo para los Estados Unidos y precisamente para Monroe, existía la singular experiencia de la Isla de Amelia, en la Florida, donde 150 patriotas venezolanos la ocuparon en 1817, bajo el comando de Gregor Macgregor, siendo la fuerza bolivariana posteriormente desalojada por las tropas de Monroe, las que de paso aprovecharon para apoderarse de la Florida, la cual hasta esa fecha se encontraba bajo el dominio español.
Simón Bolívar en su visionaria Carta de Jamaica (1815), señalaba el ominoso papel que jugaría en un futuro los Estados Unidos y sus intenciones colonialistas. En el 1826 convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá, para crear un bloque de naciones latinoamericanas que pudieran responder como tal a las agresiones imperialistas. Expresamente ordenó no invitar a los Estados Unidos al Congreso, sin embargo con la traición enraizada que padecemos en América Latina, Francisco de Paula Santander procedió a invitar al país del norte.
Ya para 1840, los Estados Unidos procedieron apoderarse de la tercer parte de México, invocando la infausta política Monroe, la que llegó a su apogeo en los albores del siglo XX, cuando Theodore Roosevelt puso en práctica su famosa frase "Hay que hablar tranquilamente a la vez que se sostiene un gran garrote", la cual conllevó a la apropiación de Panamá y la implementación de la política de las cañoneras a lo largo de América Latina.
El modelo colonialista impuesto por los Estados Unidos a lo largo del Siglo XX, encontró su tropiezo con el arribo al poder del geoestratega Hugo Chávez y su visión Bolivariana. A partir de 1998 comienza la creación de un bloque antihegemónico, por intermedio de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, conocida como el ALBA, y el que ha logrado con cierto éxito frenar los tratados de libre comercio impuestos por la administraciones de los expresidentes Clinton y Bush, poniendo en jaque la iniciativa estadounidense del Área de libre Comercio de las Américas (ALCA)
El Alba en su esencia no es más que la visión de la unión de los pueblos de América Latina para responder a las agresiones económicas, políticas y militares provenientes del norte, tal como lo planteó Simón Bolívar en su visión del Congreso Anfictiónico de Panamá.
Por supuesto que los Estados Unidos viene haciendo todo lo posible por desarticular el movimiento social latinoamericano y su respuesta de visiones hegemónicas que han incrementado el abismo entre las clases sociales y incrementado la pobreza de los más desfavorecidos.
La polarización de clases y el socavamiento del estado de derecho por intermedio de una Corte Suprema de Justicia y un Ministerio Público sin vergüenza, que se han comportado afines a las políticas intervencionistas del imperio, y se han convertido en cómplices de la destrucción de la democracia.
El experimento político militar que se esta efectuando en Honduras, no es más que una receta elaborada por los neoconservadores estadounidenses para diluir cualquier intento de frenar la Doctrina Monroe e implementar la visión bolivariana del Congreso de Panamá. Honduras ha sido escogido como el campo de batalla entre la visión hegemónica y la independentista.
A pesar de todas las estratagemas de dominación de parte del imperio y la agresión hacia el pueblo hondureño, la resistencia continúa. Para la OFRANEH la restitución del orden institucional no consiste únicamente en el retorno del presidente Manuel Zelaya. Los objetivos de la lucha van más allá. Los pueblos Indígenas y Negros exigimos cambios constitucionales que nos visibilicen y garanticen el reconocimiento de nuestros derechos, y sobre todo que tengamos la certeza de la existencia de una democracia participativa, donde el pueblo soberano tome sus propias decisiones y dejemos ser caricaturas al servicio de los intereses foráneos.
A los casi dos siglos de la Doctrina Monroe y del Congreso Anfitiónico de Panamá, los pueblos de América Latina luchamos por nuestra verdadera independencia y el derecho a la no injerencia. Es hora que la administración Clinton-Obama reconsidere su política intervencionista y proceda a una relación de respeto hacia América Latina.
Es curioso que mientras los Ministros de la Defensa de las Américas se reunían en Congreso por VI vez en Quito del 19 al 20 de Noviembre del 2004, en ese mismo momento asesinaban a Danilo Anderson en Caracas. Más que curioso siniestro, porque si se habla de defensa y seguridad continental, por otro lado, más oscuro y vil, se desencadenaba una hola de terror destinada a desestabilizar a la región. Así el fiscal que llevaba el caso de Radonsky, Sumate, los firmantes del Decreto Carmona, y los sicarios de la Policía Metropolitana de Alfredo Peña es el blanco del terror: ¡a buen entendedor pocas palabras! En este Congreso se le dio una bofetada a la doctrina Monroe cuyos representantes fueron Rumsfeld y Uribe, mientras que la unidad entre Argentina, Ecuador y Brasil apoyados por Chile, Bolivia y Venezuela impidieron constituir una fuerza paramilitar latinoamericana en Colombia. ¿No fue entonces la muerte de Danilo Anderson una venganza? Las fuerzas opositoras a la revolución venezolana pasan a una guerra sin cuartel, y el sicariato político pasa a ser uno de sus métodos de agresión y desestabilización.

Si hay alguno que todavía no cae en cuenta recordemos que Radonsky atacó la embajada cubana en el golpe del 12 de Abril del 2002 y sigue siendo Alcalde fascista, SUMATE fue la agencia electoral financiada por la CIA para tumbar a Chávez, Carmona fue el presidente de facto por 47 horas en el mencionado golpe de Abril y Peña era el sicario jefe de la policía cipaya de la capital de Venezuela, policía que causó un genocidio en el Puente Llaguno, y se encuentra amparado por Uribe en Colombia, también Carmona recibe este apoyo.
Al igual que a todos los gobiernos nacionalistas y revolucionarios de la historia del continente, quieren destruir el gobierno bolivariano que promueve en Venezuela y el resto del continente y el mundo, cambios estructurales tendentes a mejorar la situación global del pueblo pobre en materia de salud, educación, empleo, vivienda, alimentación.
En Venezuela vivimos después de medio siglo de mentiras y corrupción un cambio popular que genera en un primer orden institucional, la organización básica necesaria de la comunidad a fin de formar un solo cuerpo con las estructuras que ya tienen y mantienen su organización y disciplina innatas. Así se conforman en la comunidad, los consejos locales de planificación pública, los consejos comunales, las cooperativas, las misiones bolivarianas, los programas sociales de salud y educación que luchan contra el analfabetismo y la muerte, los programas de créditos a los trabajadores y campesinos, a las amas de casa, los programas de vivienda, la universidad bolivariana, los centros de diagnóstico integral, los centros de formación ideológica, las becas a estudiantes de pre y postgrado, y es por eso que se escucha en las voces populares los nombres de Miranda, Ayacucho, Ribas, Robinson, Guaicaipuro, Hipólita, Ezequiel Zamora, Vuelvan Caras, Santa Inés, Florentino. Nacerán sólidas bases para definir y controlar el situado constitucional destinado a los gobiernos municipales que ya no será patrimonio del Alcalde sino del Pueblo organizado en Asambleas de Ciudadanos, Banco Popular y los diferentes Comités para la salud, seguridad, deporte, ambiente, cultura, agua, tierras. El diseño de las políticas que cada región necesita viene de aquí. Y esto es un logro comunitario que está en cierne, base de un futuro más firme, estructurado, y justo.
Es hora de asegurar con todas las fuerzas la unidad continental de los pueblos que desean luchar por su dignidad y soberanía. No habrá manifestación insignificante: ¡es la hora de la verdad! En todos los países sudamericanos están las voces que claman por la justicia social que merecemos como naciones destinadas a la libertad y a las independencias verdaderas. Muchos de sus gobiernos representativos han perdido legitimidad porque han sido sobornados por los EEUU. Debemos tender lazos para ellos, tenemos que estar unidos frente a la agresión que se cierne sobre más de 500 millones de personas.
Bibliografía:
·         Organización Fraternal Negra de Honduras
·         Marti Forti, Astrólogo, filósofo, escritor, poeta entre otros.


Tcnel. Luis Reinaldo Borges Azuaje

C.I. 12.606.123

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