martes, 29 de noviembre de 2016

Hacia una estructura económica regional

Por: Gloria Mejía Ochoa

      El nuevo modelo económico productivo nacional plantea un alto nivel de unificación continental que apunta al desarrollo endógeno de las naciones latinoamericanas. Se trata de un proceso de integración que arropa el esquema geopolítico, bajo una estructura económica regional, lo que implica la obligatoriedad de diversificar la producción nacional.
      ¿Será posible que Venezuela esté cerca de alcanzar plenamente, el sueño bolivariano de integración continental americano o por el contrario nos encontramos frente al punto de retorno, al pretender condenar a la oscuridad la acción de nuestros abolengos indios y africanos para dar paso a la tesis norteamericana del panamericanismo?
    El panamericanismo, según la tesis de Pedro Ortega Díaz (2006), intenta dar marco legal, institucional y orgánico a su dominio económico, político, tecno - científico y cultural para la dominación y   explotación de nuestros pueblos. Por ello, es necesario profundizar en el análisis de los tres periodos   que explican el proceso de desarrollo de la economía en el país.   El primero, el periodo indígena, pondera el modelo económico de la agricultura de conuco, produciendo diversidad de rubros alimenticios para el consumo de la población y el intercambio directo o trueque, a través del trabajo colectivo.  El segundo observa una pujante actividad económica con la extracción de perlas y la comercialización de cacao, café, tabaco y la ganadería. En 1728 éramos el principal productor de cacao en el mundo, resultados que se obtuvieron con   la aplicación de un modelo económico mercantilista - rentista – esclavista que para nada benefició a las mayorías.
     En tal sentido, mientras German Carrera Damas (1968), señala que parece predominar la convicción de que fue la insuficiencia del indio, lo que determinó la importación de mano de obra esclava..., Mario Briceño Iragorry, (1982), asegura que en nuestro mundo pre-republicano, se había formado una conciencia de autonomía que forcejeaba por lograr los instrumentos de la libertad.  La tesis de Iragorry,  compartida plenamente por la autora, explica la influencia Indo africana en el pensamiento  del libertador, de tal manera que no podemos condenar a nuestros ancestros  por haber luchado, durante tres siglos, por la libertad de la que hoy disfrutamos y mucho menos descalificarlos por utilizar tácticas de resistencia como la de brazos caídos o las fiestas de palenques,  por el contrario, más de 800 mil mestizos, pardos, indios y negros, son un modelo a seguir en la actualidad.
      El último periodo, el republicano, se ha caracterizado por ser un modelo rentista petrolero, donde las empresas transnacionales monopolizaron la propiedad y explotaron, exportaron y comercializaron el petrolero a través de relaciones de producción de explotación de la clase trabajadora. Este periodo, trajo un desarrollo acompañado de un movimiento migratorio interno del campo a la ciudad que determinó el estancamiento de la actividad agropecuaria y generó subempleo, desempleo y marginalidad en la población campesina.
       La explotación del petróleo desde 1917, hace que la economía gire alrededor de un nuevo eje de explotación y surgen conglomerados que originan una diferente organización del espacio territorial que se   caracteriza   por dos áreas fundamentales: el centro y la periferia, donde se le confiriere a Caracas un poder centralizador de las actividades económicas, reduciendo la periferia a un bajo dinamismo económico.
     La historia de los pasados y del presente siglo comprueban la existencia de una ideología imperialista que no cesa en sus intentos de abrir brechas para la dominación y explotación de nuestro pueblo. Ante esta amenaza   no queda otra alternativa que concretar los acuerdos del Congreso de Panamá de unión, liga y confederación perpetua  y para lograrlo Venezuela  está obligada a unificar los poderes públicos constitucionales a objeto de que el  pueblo pobre ejerza  plenamente la soberanía establecida en  el artículo 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
     De tal manera, que es correcta y acertada la puesta en marcha de un nuevo modelo económico productivo que apunta hacia la independencia económica y garantiza la seguridad de la nación a través del desarrollo integral y la defensa de la soberanía económica establecida en la Ley del Plan Patria y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación.  
Referentes
Carrera Damas, German, La Sociedad Colonial formación y Dinámica, Caracas: Cendes enero, 1968, p 13.
Díaz Ortega, Pedro, El Congreso de Panamá y la Unidad Latinoamericana, Ministerio del poder Popular para la Cultura.
Iragorry Briceño Mario, Tapices de Historia Patria, Caracas 1982, p 20
Rojas Armando, La Historia, Memoria y Esperanza,  Caracas, 1990




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