domingo, 13 de noviembre de 2016

GESTA INTERNACIONALISTA DEL LIBERTADOR

Examinando no sólo sus escritos, discursos y proclamas, donde la palabra nos expresa como individuos y como colectivos, ya que los uno no existen sin los otros,  sino también su obra, el Libertador trazó los surcos de un proyecto de unidad de la América Meridional, hechos que tienen su explicación en el historicismo axiológico de Reale[1] (1979), por cuanto la obra del Libertador fue materializada por una sucesión de eventos, apalancados por la aplicación de valores, medios y fines a una situación concreta y real, sintetizado en dos palabras: Independencia y Unión.

Por tanto su gesta internacional, en una naciente República, se observa desde una perspectiva de la Teoría de Equilibrio, señalada por Aron[2] (1985), la cual se deriva “…de la prudencia necesaria para aquellos Estados que se preocupan de preservar su independencia y de no quedar a merced de un estado que disponga de medios irresistibles”. Dicho de una manera más sencilla, la preservación de un Estado pasa sea por sí o por la conformación de bloques para acrecentar sus capacidades y de esta manera persuadir a otros estados.

Conforme a lo anterior, para Bolívar fue una preocupación permanente la seguridad de la América Meridional en todos los órdenes, la nueva República no había sido formalmente reconocida siquiera por alguna nación europea y la anarquía e intereses opuestos pendían como una espada de Damocles, de aniquilar lo apenas alcanzado, manifestaba: “Divididos seríamos débiles, menos respetados de enemigos y neutrales”; es así como desde la  perspectiva de Seguridad de la Nación, podemos entender la posición de su Excelencia, con lo dispuesto por Morganthau[3] (1986),: “La Seguridad Colectiva, basado en una política común de seguridad y la conformación de sólo un ejército continental que pudiera disuadir pretensiones de potenciales invasores.

La asombrosa visión del Libertador, lo convierte en un mito viviente, pues no sólo lo coloca en la vanguardia de su generación, las controversias suscitadas siguen vigente y a pesar del transito  complejo y contradictorio, se han logrado avances para enfrentar no sólo nuevos imperios, sino diferentes formas de dominación. Vincularnos con nuestra historia, nos obliga a compartir y defender su pensamiento, por cuanto el magno proyecto de la Unión de Países se enfrenta a amenazas desproporcionadas que no terminó en Carabobo, sino que aún persiste.               


[1] Reale, Miguel. (1979). Filosofía del Derecho. Editorial  Pirámide, Madrid, España
[2] Aron, Raymond (1985). Paz y guerra entre Naciones. Editorial Alianza, Madrid, España
[3] Morganthau, Hans (1986). Política entre las Naciones: La lucha por el poder y la paz. Grupo Editorial Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina.  

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